lunes, 18 de enero de 2016

El rol del terapeuta, según la Terapia Gestalt

...No existe el terapeuta ideal, y de existir no estoy seguro que sería de gran ayuda... El terapeuta real, de carne y hueso, inevitablemente mostrará su propia personalidad y sus propios prejuicios en la situación terapéutica. El asociacionista estará al acecho de asociaciones, es decir, contenido verbal e imágenes. El conductista buscará operaciones verbales y motóricas. El moralista estará al acecho de actitudes buenas y malas. El guestaltista estará al acecho de situaciones concluidas e inconclusas.

Pero mientras más se confía el terapeuta en sus propias convicciones y prejuicios, más tendrá que depender de sus propias especulaciones para descubrir qué es lo que está ocurriendo dentro del paciente. A pesar de que muchas de estas especulaciones psiquiátricas han sido tan extensamente aceptadas que han logrado casi el carácter de un reflejo -por ejemplo, el símbolo fálico escondido tras la aparición de cualquier objeto alargado-, no altera el que sean sólo especulaciones y abstracciones, fijas, iguales que las abstracciones fijas del neurótico. Como tales, impiden al terapeuta ver cualquier otra cosa.

[El terapeuta] tendrá que aprender a trabajar tanto con simpatía (compromiso total con el campo total, un darse cuenta de sí mismo  del paciente) como con frustración... Para poder ser bondadoso, tendrá que ser cruel. Tendrá que darse cuenta de las relaciones del campo total, tanto de sus propias necesidades y reacciones ante las manipulaciones del paciente como de las necesidades del paciente y sus reacciones ante el  terapeuta. Y debería sentirse en la libertad para expresarlas... La persona sana no pisotea las necesidades de los demás, ni tampoco permite que se pisoteen sus propias necesidades. Tampoco se resiente si su pareja reafirma sus propios derechos. (Perls, 104s)

...En la empatía [mal entendida. N. de E.] no puede haber un contacto verdadero. En el peor de los casos se convierte en confluencia... Está tan sumergido en el campo que no puede ser testigo de él. He conocido terapeutas que han tenido tal necesidad de mimar y ser ayudadores que estaban en confluencia crónica con sus pacientes. No es de extrañar que fueran muy apreciados por sus pacientes. Estos dependían tanto de ellos que no era de extrañar que no pudiera ocurrir ningún cambio decisivo.. (Perls, p. 106)

Lo que frustramos son sus intentos de controlarnos a nosotros mediante sus manipulaciones neuróticas. Esto le obligará a recurrir a sus propios recursos y desarrollar su propio autoapoyo. Entonces podrá dirigir toda su destreza manipulatoria hacia la satisfacción de sus necesidades reales. (Perls, p. 108)

"El proceso terapéutico descansa, por parte del paciente, en los dos factores transpersonales de toma de conciencia y espontaneidad; mientras que el terapeuta contribuye a ello con el estímulo y apoyo de la expresión genuina y refuerzo negativo ("reducción del ego") de lo patológico. En la medida que la psicoterapia pueda ser aprendida, esta actividad de reducir expresión genuina y confrontar lo disfuncional constituye una estrategia; en la medida que la terapia derive del grado de desarrollo del ser del terapeuta, estos dos serán el resultado espontáneo de una relación natural y de la creatividad individual." (Naranjo, p. 10)

[La auto-ayuda como tal es viable y necesaria, pero la perseverancia no es una cualidad tan común. Por otro lado, hay aspectos de uno mismo que sin ayuda externa son inaccesibles o se evitan (mecanismos defensivos). Como dice Naranjo:] "cuando se llega al asunto del camino interior, la dificultad aumenta, pues ¡quién desea cambiar! y ¡quién es realmente capaz de "trabajar"!" (ib. p. 12)

El profesional con habilidad en psicoterapia es, por sobretodo, aquel que puede producir acción real, más allá de las acciones superficiales, las cuales, si no están respaldadas con la actitud apropiada, no son más que un ritual vacío. Es capaz de detectar la actitud exacta, reforzarla, exigirla, enseñarla, pues la conoce en sí mismo. Cualquier libro puede describir una técnica, pero una actitud debe ser transmitida por una persona. (ib. p. 13)

El terapeuta no sólo entrenará al paciente en la atención persistente a su experiencia en curso, sino que especialmente lo estimulará a percatarse y expresar su experiencia en el momento en que fracase en la tarea...:

P: Siento que el corazón me late muy fuerte. Me están sudando las manos. Tengo miedo. Recuerdo cuando trabajé contigo la última sesión y...
 T: ¿Qué es lo quieres decirme volviendo a la semana pasada?
P:  Tenía miedo de exponerme, y luego me sentí aliviado otra vez, pero creo que no expresé lo verdadero...
T: ¿Por qué me quieres decir eso ahora? 
P: Me gustaría enfrentar este temor y descubrir lo que sea que estoy evitando. (ib. p. 35)
Claudio Naranjo
Prácticamente todas las técnicas de la terapia gestáltica podrían ser consideradas como una corporeización particularizada de la amplia prescripción: "percátate". Esta prescripción,  a su vez, es una expresión de la creencia y experiencia del terapeuta de que sólo con la  capacidad de percatarse puede haber verdadera vida para la persona, que la luz de la toma de conciencia es todo lo que necesitamos para salir de nuestra confusión, para percatarnos de la necedad de los que creamos nuestros conflictos, para disipar las fantasías que están ocasionando nuestra angustia. (ib.p. 57)

Ni siquiera nuestra actividad mental privada se centra primordialmente en el presente. Gran parte de ella consiste en anticipaciones, recuerdos, fantasías y "juegos de calce"... todas estas actividades, en lugar de permitirle a uno percatarse del presente, constituyen un acto de evitación del presente. (ib. p. 60)

Pienso que si le pedimos a nuestros pacientes que asignen la regla de la no auto-interpretación y acepten nuestra propia regla de la no-interpretación, sabiendo que es una técnica y no un asunto moral, estaremos en mejor contacto con ellos que si implícitamente consideramos sus "porque" como evitaciones o "sabotaje". Generalmente, en mi propia práctica hago una declaración en el sentido de que la necesidad de interpretaciones puede estar basada en suposiciones erróneas, e invito a mis pacientes a experimentar con una situación donde no haya lugar para interpretaciones.
(...)
Si, en forma alternativa, el paciente explica o busca explicaciones en él o en su terapeuta, éste puede seguir uno de estos dos cursos de acción:
  1. Insistir en la regla,
  2. Dirigir su atención a su experiencia del momento: la necesidad de evitar una incomodidad hasta aquí no reconocida, la compulsión de explicar las cosas o justificar en términos de eventos pasados, su deseo de sentirse aceptado como un paciente con capacidad de introvisión, su elección de su propio enfoque en lugar de aquel sugerido por el terapeuta, etc.
(...)
La regla del no-acercadeísmo, que involucra las reglas de la no-explicación o búsqueda de explicación, del no-filosofar o búsqueda de otra verdad que no sea la evidencia, del no-diagnóstico de la personalidad o reunir información conducente a interpretaciones (además de discusiones sobre el tiempo, las noticias matinales, etc.), no sólo se aplica al paciente individual, sino que es particularmente efectiva en situaciones de interacción grupal. En la terapia individual, las explicaciones representan pérdidas ocasionales de tiempo. En una situación grupal, una explicación lleva a otra y a otra y a otra, de modo que tal nivel de discurso se establece en que nada significativo puede ocurrir. Por otra parte, la simple regla de suprimir la verbalización de opiniones, ideas, opiniones acerca de los sentimientos de otros  miembros, etc., es, por sí misma, una garantía de que algo significativo va a ocurrir en la sesión... (ib. p. 64s)

El acercadeísmo se refiere principalmente al mal uso del intelecto (es decir, uso del intelecto para evitar), y el debeísmo, al mal uso de la vida emocional. En la esfera de la acción, la manipulación constituye una actividad semejante. (ib. p. 73)

Sin importar cuán no-directivo pueda ser un terapeuta gestáltico en su apoyo de la espontaneidad, él puede ser muy directivo en su forma de estimular la experimentación conductual en el curso de una sesión. (ib. p. 275)

El terapeuta sintonizado con su propia paranoia, su propia psicopatía, su propia depresión, su propia catatonía o hebefrenia está en condiciones de responder a quienes sufren un proceso de autodisminución por sobredosis de tales toxinas. (Polster, p. 38)

Claudio Naranjo resume los implícitos de un estilo de vida propuestos por la filosofía de la terapia gestáltica (Naranjo, p. 21):
  1. Vive ahora -es decir, preocúpate del presente más que del pasado o el futuro.
  2. Vive aquí -es decir, relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
  3. Deja de imaginar, experimenta lo real.
  4. Abandona los pensamientos innecesarios, más bien siente y observa.
  5. Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
  6. Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer, no restrinjas tu percatarte.
  7. No aceptes ningún otro debería o tendría más que el tuyo propio: no adores ninguna imagen tallada.
  8. Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
  9. Acepta ser como eres.
Y nos recuerda lo que dijera Freud: "el objetivo de la psicoterapia es la capacidad de trabajar y amar".

"Comamos, bebamos y disfrutemos, que mañana moriremos" afirma el Eclesiastés (Ec 2, 24)... Tras ello hay un punto de vista según el cual vivir la vida y vivirla ahora era una acción santa, una modalidad acorde con la voluntad de Dios. (ib. p. 42)

Tomado de:
Naranjo, C. (1990). La vieja y novísima Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.
Perls, F. (1976, 1973). El Enfoque Guestáltico. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.
Polster, E. & Polster, M. (1974). Terapia Guestáltica. Bs. As.: Amorrortu.