lunes, 9 de junio de 2014

EL ROL DEL PSICOTERAPEUTA (GRUPAL)

Toda conducta es una comunicación o intento de comunicación con objetos internos -grupo interno- pero el énfasis recae más bien en las relaciones internalizadas. Cuando nos relacionamos en otras situaciones, con objetos externos, no transferimos los objetos introyectados a esas situaciones, sino transferimos las relaciones, una matriz de dramas, de pautas de secuencias temporales y espaciales. (p. 46s)

Mi opinión: es inimaginable un vínculo que no se halle teñido de subjetividad. La comunicación interpersonal siempre incluye el nivel intrapersonal. Podría decirse que el nivel será interpersonal cuando lo intrapersonal no distorsiona la percepción de la realidad objetiva, cuando el grupo interno no "nubla" al externo. (p. 94)

Es tarea del psicoterapeuta grupal estimular y centrar la tarea en lo interpersonal cuando la dinámica del grupo lo aconseje. En mi caso, cuento con un repertorio de juegos... (para evitar caer en una verborreica de) "interpretaciones sesudas"... donde todo es explicado pero casi nada es sentido.

Por eso una de las propuestas del psicoterapeuta debe ser inculcar en los integrantes del grupo la utilidad de volcar en la "olla", no solamente lo que creen comprender, sino también el registro de lo vivenciado, aun de aquello que tal vez parezca trivial, como por ejemplo: "mientras escuchaba me distraje y me puse a pensar en lo que tengo que hacer más tarde", "a pesar de que estás triste, lo que yo siento es rabia, aunque no me doy cuenta por qué", "no puedo dejar de mirar tus zapatos deslustrados", etc. Suele ocurrir que a través de estas "trivialidades" emerge lo latente. (p. 95s)

(Uno de los más grandes retos para el terapeuta es el de) poder renunciar al sitial de poder que la sociedad le ofrece a quien ejerce el rol de terapeuta. Sitial en el que también es instalado ávidamente por los pacientes, los cuales muchas veces constituyen la barrera más infranqueable en un camino hacia el cambio, porque ellos son, asimismo, lo social, en ellos está internalizado un modelo terapéutico o, por lo menos, un modelo de relación con la "autoridad": padres, maestros, gobernantes, etc., que emerge como conducta transpersonal (el autor usa el término en sentido de "que atraviesa a las personas"). (p. 169).

El rol de psicoterapeuta no supondrá un ejercicio dominador sino una conducta facilitadora de que, cuando la oportunidad así lo indique, sean por ejemplo los miembros de un grupo terapéutico quienes propongan dramatizaciones, acuerden la organización de una sesión prolongada, o aún, por circunstancias de enfermedad o viaje del terapeuta constituyan igualmente el grupo psicoterapéutico. (p. 62) En mis grupos es habitual que sean los mismos pacientes quienes propongan una dramatización y la dirijan, pudiendo necesitarme como yo auxiliar. O excluyéndome, lisa y llanamente, sin que esto suponga ninguna interferencia en la tarea grupal. Por el contrario, es muy claro, indiscutible, que la posibilidad de crecer en el grupo se relaciona en alto grado con la capacidad del terapeuta de "empequeñecerse" en el momento oportuno. (p. 185)

Lo único que diferencia al terapeuta de quienes lo consultan es el instrumento que posee, la teoría y prácticas psicoterapéuticas... Dicho rol social de ninguna manera implica que el terapeuta es una persona que se conoce y se realiza. O que es una persona sana... La zanja entre los "sanos" y los "enfermos"... permite, a quien se ubica detrás del escritorio, ...ocupar el lugar de "sano". Y, además, a creerlo.
Trampa miserable que es posible descubrir en esta frase de Slavson: "La manera en que el terapeuta hace frente a las situaciones en el grupo sirve de ejemplo a los pacientes. Su aire tranquilo y su porte seguro constituyen una demostración viva de la fuerza del yo y de su objetividad"*. ¿Por qué  ese aire tranquilo? ¿Seguro de qué? ¿Acaso todos los terapeutas gozan plenamente del acto sexual? ¿Acaso saben tener amigos? ¿O acaso lo reasegurador y lo tranquilizador será justamente ese rol social tan necesario para el mismo sistema de dominación que a cambio y como pago le permite, ante la platea de sus pacientes, hacer "como si" tuviera todos sus problemas resueltos y "como si" la vida y la muerte le hubieran abierto las puertas de todos sus secretos? (p 151s)

(Parafraseo), El grupo, en sus múltiples facetas reflectoras, otorga el máximo de seguridad del mensaje emitido, por lo que el terapeuta grupal debe ayudarse oyendo a los miembros del grupo, Por ello, al intervenir es importante expresarse con la convicción de no creer tener la razón o la verdad, pues siempre están actuando los propios filtros. Ello se reflejará en frases como: "me parece que", "quizá lo que esté sucediendo sea", "a lo mejor lo que Fulano haya dicho es", o un simple "Posiblemente". Un ejemplo:

B (mujer) relataba una escena hogareña en la que su marido aparece como muy débil y arruinado, a diferencia de lo que habitualmente sucedía. Yo he señalado, sintiendo que me apresuro, como si no pudiera dejar de hacerlo, que a lo mejor B se está dejando llevar por su envidia hacia los logros del marido y que por eso lo disminuye ante el grupo. Interviene entonces otro de los miembros para mostrar que B está refiriéndose en forma inconsciente a un diagnóstico presuntamente maligno que le hicieron a su marido hacía ya un tiempo y que ambos se empeñaban en negar. Negación con la que tendí a hacerme cómplice, y pude darme cuenta de ello gracias a la intervención correcta, pues al día siguiente yo debía concurrir a una consulta médica a raíz de unos problemas intestinales cuyo diagnóstico me tenía preocupado. Es obvio que esa situación grupal me sirvió para revelarme cuánto me perturbaba realmente dicha consulta. (p. 165)

(Otro ejemplo, pero representando a lo que nos oponemos:)

En una sesión J (varón) se quejaba de que no obtenía placer en su trabajo y que ello le preocupaba seriamente. Su exposición estaba bañada de angustia. Había sostenido un largo tratamiento "psicoanalítico" individual en el cual se le había interpretado reiteradas veces que dicha dificultad radicaba en que no se permitía superar a su padre por las fantasías censurables que tal situación acarreaba. Claro, como no podía ser de otra manera: superar a su padre significaba tener un pene más grande que el de él y apoderarse de mamá. Una interpretación "perfecta". Cuando J relató esto fue evidente que lo recitaba, que dicho módulo jamás había "prendido"  en él. La palabra"módulo" se me ocurre adecuada para designar aquello tan habitual de que un "psicoanalista" construya algunas hipótesis que devuelve a su paciente como certezas (las negritas son nuestras). Le inocula módulos de pensamiento a los que es muy común, desgraciadamente, que el paciente se someta y los incorpore, como "realidades" a las que comienza a regar y adornar, haciéndose cómplice con su psi para instituir un circuito autoverificador. (p. 157)

*Slavson, J. (1954). "A contribution to a systematic theory of group psychotherapy", Journal of Group Psychotherapy.

Tomado de:
O'Donnell, Pacho (1974). Teoría y técnica de la psicoterapia grupal. Bs. As.: Amorrortu