viernes, 17 de febrero de 2017

La Vulnerabilidad

Marcela nos habla de la importancia de ser vulnerables. Lo contrario es eso en lo que tan fácilmente solemos caer: ponernos "duros", "cerrarnos", para no sufrir, pero lastimosamente también nos cerrarnos a sentir lo bueno y lo maravilloso de la Vida.

Buenas noches, Piel de Seda. La abuela se va con el corazón inundado de vida nueva. Mañana seguramente me robaré un poco de tiempo para darte un masaje Chantala, con aceite vegetal de Esalen. Puede ser que cabalguemos hasta Buzios o volemos por el Amazonas visitando al abuelo buscador de oro. También puede ser que nos vayamos a París, cantando "Frére Jacques". O tal vez te duermas, mientras te tengo alzada, dejándome sentir tu vulnerabilidad que descubre la mía a través de tu cuerpo tibio.

Sentir esta vulnerabilidad mía, mezcla de blandura, ternura, compasión y empatía, como lo más básico de mi ser profundo, fue un descubrimiento de la relación con Sofía.

La vulnerabilidad es una cualidad ontológica, esencial en la naturaleza humana. Me pregunto: ¿Por qué, entonces, tenemos que enmascararla, disfrazarla y hasta encerrarla con varios candados, en la vida de todos los días?

Sofía, Piel de Seda: ¿cuánto tiempo seremos capaces de protegerte, sin que tengas que formar tu propia coraza defensiva?



Precisamente porque nos sentimos demasiado vulnerables aprendemos muy temprano a protegernos con una máscara que nos permite una distancia del mundo.

En nuestra cultura, hasta la palabra suena peyorativa; vulnerable es alguien sin poder, fácil de herir, fácil de sacar del medio.

Sin embargo hay otra lectura de la vulnerabilidad básica, esencial, ese centro sensible, blando y receptivo que escondemos cada uno de nosotros. Su respuesta natural es la gentileza, la ternura, el amor, la compasión. Sólo la desnudamos frente a lo menos amenazador: el recién nacido, el dolor de alguien, el amigo gravemente enfermo. También nos fuimos acostumbrando a nunca manifestarla con nosotros mismos.

Los budistas describen el ejercicio y la función de esta vulnerabilidad básica, como "corazón tierno" o "corazón abierto", un estado de crecimiento personal en el que se alcanza enorme poder. Para asistir, para curar, para amar. Para tirar por tierra las barreras que nos separan de otros seres y para unir adentro de nosotros partes fragmentadas.

En la mitología griega, Cupido, el amor, se representa con arco y flecha. Sugiere el poder de traspasar con las flechas corazas protectoras y tocar la vulnerabiilidad. Esto significa tocar nuestra verdadera naturaleza y nuestros verdaderos sentimientos.

También como terapeutas, sólo podemos asistir a alguien si somos vulnerables a su persona.

Sentir mi vulnerabilidad como la capacidad de conectar partes mías, fue el principal aprendizaje de mi aventura amorosa con Sofía.

Tomado de:
Miguens, M. (1993). Gestalt Transpersonal. Buenos Aires: Era Naciente, p. 60ss

miércoles, 15 de febrero de 2017

Modificación de Conciencia y Salud (2)

“Y FUI ARREBATADO AL TERCER CIELO”:
La Modificación de la Conciencia y la Salud
Walter Ojeda Murguía
-Segunda Parte-
Ver primera parte aquí

Entonces arribamos a un segundo aspecto: hasta ahora todos estos aportes del campo espiritual a la salud en su mayoría han tenido como limitante circunscribirse a lo descriptivo, a lo fenomenológico. Se refieren casos de curación tras ir a una misa de sanación, a un culto evangélico de expulsión de demonios, a una reunión de sanación por la mente, a una ceremonia con Ayahuasca, etc. Pero, ¿Cómo se engranan estos fenómenos con el cuerpo? ¿Qué condiciones físicas se requieren para que suceda? ¿Cómo se enlazan con la superación de una enfermedad o trastorno?
Un antiguo prejuicio de considerar que los fenómenos espirituales no tienen nada que ver con el mundo material posiblemente haya mantenido un pobre interés de buscar dichas relaciones. Sin embargo esto viene cambiando en los últimos años con el avance de las neurociencias y el pensamiento holístico propio de nuestra época.
En la década de los ochenta el médico alemán Ryke Hamer descubre que tras un shock biológico, una experiencia que pone en peligro nuestra supervivencia u homeostasis (y que en el nivel humano puede ser llamada impacto emocional) el organismo, como totalidad, reacciona a tres niveles a la vez: a nivel de los órganos, a nivel cerebral (evidenciado a través de un detallado mapa organotópico) y a nivel psíquico (emocional/instintivo. No confundir con una respuesta psicológica, filtrada por las cogniciones).
Halló que zonas específicas del cerebro se llenaban de líquido como respuesta a los eventos traumáticos vividos, lo cual se mantenía mientras no se resolvieran aquellos. Y que cuando sucedían bioshocks consecutivos de la misma índole, lo cual debía acarrear que se formase edema en un lugar que ya estaba ocupado, sucedía que se edematizaba la misma zona pero del hemisferio cerebral contrario. A este evento le llamó constelación, y entre los varios tipos que halló, descubrió una en particular a la que llamó Constelación Planeante, Flotante o Volando (Hamer, 1995).
Este tipo de constelación (conflictos sin resolver) genera sueños o delirios en relación a elevarse, a volar; la persona camina como si flotara, y la sensación general es de placidez, de felicidad; los problemas no preocupan, pues no se piensa en ellos. Se vive en el aire.
El sentido biológico de funcionar así es el de una gran protección. Como la persona no puede o no sabe gestionar los dos conflictos que está viviendo, la vida le es demasiado dura, trasciende la realidad inmediata, se eleva sobre ella, evadiéndola (Corbera y Batilló, 2014).
Asimismo, otras constelaciones, como la Post- Mortal o la de la Corteza Frontal, o sus combinaciones serían el hardware sobre el que se haría posible el software imaginal.


En términos generales ante un bioshock la primera posibilidad es cambiar la realidad circundante y, si no se puede, se realiza una adaptación orgánica. Por ejemplo: Si tengo hambre busco que conseguir dinero para adquirir alimento pero, si no me es posible, el organismo hace un nódulo hepático. Como dice Fleche: “Los creativos van a encontrar soluciones inéditas... [En ese sentido] la locura tiene un sentido, una utilidad... Y la locura nos lleva hacia otros estados de consciencia” (Fleche, 2013).
Si la masa conflictual, es decir, el grado de amenaza percibido, es muy grande, haciendo sentir que la vida corre peligro, el organismo, que en condiciones normales desarrollaría una enfermedad como medio para restaurar el equilibrio biológico (proceso de autocuración), inhibe el proceso somático, a la espera de un momento más propicio, y activa un proceso psíquico, provocando cambios en la conciencia y el comportamiento (que incluye los llamados trastornos del comportamiento: cambios en la personalidad, disociaciones, psicosis).
Así lo expresa Vicente Herrera:
“Las amenazas de pérdida del espacio vital (territorio) y los miedos, constituyen los elementos subyacentes que se manifiestan con cuadros de alucinaciones auditivas, alucinaciones visuales, y en ciertas condiciones provocan cuadros de levitación - sueños y alucinaciones en los que el individuo flota en el aire- con contenidos de tanta intensidad de tipo espiritual, que llegan a situar al individuo en un nivel de conciencia favorable para conseguir la trascendencia.
Los diferentes comportamientos que se observan en la enfermedad mental sitúan, en parte, al individuo en una situación en la que no tiene que competir y, según qué problemas ha sufrido, queda aparcado a la espera de tiempos mejores si estos aparecen” (Herrera, 2009, pág. 88s)

La locura, que en su momento tuvo un sentido, un sentido biológico, suele quedarse anclada, a la espera de tiempos mejores, pero que nunca llegan porque no nos damos por enterados, enceguecidos por nuestras creencias y temores, como aquella mujer que espera en el andén al novio que nunca llega[1].  
Esta activación de lo psíquico como una manera inteligente de protección biológica, para Hamer incluiría un suprasentido, el de poner en acción un programa biológico de tipo espiritual (fuerzas sobre-naturales), llevando la solución del conflicto a un nivel mayor, situando al individuo en un nivel de consciencia favorable para conseguir la trascendencia (Hamer, 1995, pág. 125). Refieren Corbera y Marañon (2012) que se han observado levitaciones en la remisión espontánea de tumores, lo que evidenciaría que dicho estado impulsa una regeneración orgánica.
Expresiones del suprasentido, además de los delirios, las alucinaciones y el interés por el mundo-otro, serían el desdoblamiento, las experiencias místicas, las canalizaciones; contacto con otras vidas, sensaciones energéticas, los sueños de tipo premonitorio, la expresión artística, la inventiva, etc.[2]
El aporte del doctor Hamer estaría mostrando que muchas de las llamadas experiencias espirituales se darían en respuesta a una situación de emergencia biológica, de supervivencia urgente, en la que la solución, al no poder encontrarse en el plano físico o mental, requiere de un nivel más elevado. Aunque gran parte de lo estudiado por él se circunscribe a una conflictiva específica (Constelación Planeante), es probable que existan otras condiciones físicas que lo posibiliten. Identificar dichas condiciones afinará aún más el trabajo que ya vienen desarrollando terapias de base neurocientífica como el EMDR (Souza de Carvalho, 2015).
Posiblemente esto explique porque surten efecto las sesiones shamánicas, las terapias llamadas espirituales, y los milagros de sanidad producidos en grupos religiosos de diversa índole. Nos conectan con el miedo primitivo a lo desconocido, al riesgo de morir, a ir al Infierno, nos colocan entre la espada y la pared y nos impelen a soltar el control y a abandonarnos a Lo Superior, como bien lo dijera James hace más de 100 años (véase su Conferencia IX, La Conversión, en James, 1902).
Todos estos aspectos son los que han de ser considerados por una medicina que pretenda ser integral, considerando cada aspecto e interacciones del organismo: el físico, cerebral, psíquico, espiritual y social; y el estado y estadio de conciencia del individuo (Wilber, 2008) (Álvaro, 2009).
Se abre un nuevo campo en la inducción y el acompañamiento de la modificación de la conciencia, focalizada y específica, pues hasta ahora había venido siendo difusa y general, realizándose en el nivel mental y/o espiritual sin relación con el nivel físico. Conocer la base estructural y el proceso biológico involucrado facilitará lograr estados que permitan el acceso a soluciones de problemáticas psíquicas y somáticas, desde un nivel más comprehensivo, puesto que, después de todo, no existe tal división entre mente y cuerpo, sólo un único organismo expresado en dos ámbitos.
La enfermedad, entendida como proceso autocurativo, muchas veces se mantiene porque quien la padece no encuentra la manera de resolver el conflicto causal. Cómo hemos visto, propiciar un cambio de nivel activando la conexión espiritual en nosotros, facilita el surgimiento de una solución trascendente, la desaparición del conflicto o, de ser necesario, su transformación. Elevarnos al cielo para obtener una nueva perspectiva y volver a la realidad cotidiana con nuevos bríos y nuevos enfoques.
…Convertidos.

________________________
[1] Penélope, canción de Diego Torres.
[2] Véase: (Enríquez de Guevara, 201?)


Referencias

Álvaro, T. (2009). Crisis evolutiva de la profesión médica. En M. Almendro (Ed.), Krisis (pág. 207ss). Victoria-Gasteiz, España: La Llave.
Burney, C. (1991). La Imaginación Activa de Jung. En S. Grof, Sabiduría Antigua y Ciencia Moderna (págs. 207-210). Santiago de Chile: Cuatro Vientos.
Corbera, E., y Batilló, M. (2014). Tratado de Bioneuroemoción. Barcelona: El grano de mostaza.
Corbera, E. y Marañon, R. (2012). Tratado de Biodescodificación. Barcelona: Vedrá.
Doore, G. (. (1992). ¿Qué sobrevive? Buenos Aires: Planeta.
Enríquez de Guevara, D. (201?). Ryke Geerd Hamer Sobre las experiencias cercanas a la muerte y las experiencias fuera del cuerpo. Obtenido de http://wwwmundonuevo-daniel.blogspot.pe/2010/07/ryke-geerd-hamer-sobre-las-experiencias.html
Fernández, O. (1994). La creación como cura. Buenos Aires: Paidós.
Fleche, C. (2013). Trastornos de la Conducta. Seminario de Biodescodificación Enero 2013, (pág. 8). España.
Giove, R. (2002). La liana de los muertos al rescate de la vida. Tarapoto: Takiwasi.
Grof, S. (1993). La Mente Holotrópica. Barcelona: Kairós.
Hamer, R. (1995). Testamento de una Nueva Medicina. Tomo II. s/c: s/e.
Herrera, V. (2009). Facilitar la salud. Barcelona: s/e.
James, W. (1986, 1902). La variedades de la experiencia religiosa. Barcelona: Ediciones 62. Disponible aquí.
Kutschera, I. (2002). Enfermedad que Sana. Buenos Aires: Alma Lepik.
Ojeda, W. (2002). La Psicoterapia en el límite de la realidad. Obtenido de www.takiwasi.com: aquí.
Savage, J. (1992). Duelo por las vidas no vividas. Barcelona: Luciérnaga.
Souza de Carvalho, E. (2015). Sane su cuerpo, sane su cerebro. U.S.A.: Traumaclinic.
Valdivia, O. (1975). Hampicamayoc. Medicina Folklórica y su substrato aborigen en el Perú. Lima: UNMSM.
Vaughan, F. (1997). Sombras de lo sagrado. Madrid: Gaia.
Weber, G. (1999). Felicidad Dual. Barcelona: Herder.
Wilber, K. (1993). Psicología Integral. Barcelona: Kairós.
Wilber, K. (2008). La Visión Integral. Barcelona: Kairós.

lunes, 13 de febrero de 2017

Modificación de Conciencia y Salud (1)

"Y FUI ARREBATADO AL TERCER CIELO"
La Modificación de Conciencia y la Salud (1)
Walter Ojeda Murguía
-Primera Parte-

Tanto la recuperación de la salud física como de la mental son atravesadas por experiencias espirituales, sea a través de un ajuste en nuestro sistema de valores o por experiencias de tipo espiritual. A continuación reflexionamos sobre ello teniendo como eje los descubrimientos del doctor Hamer y la perspectiva de la Psicología Transpersonal.

El fariseo Saulo iba camino de Damasco persiguiendo a los cristianos cuando una luz lo encegueció y lo hizo caer del caballo. Y oyó una voz…
La historia de Saulo, luego llamado Pablo, el apóstol, está llena de detalles acerca del proceso de la salud y la enfermedad. Nos muestra la ocurrencia de un evento inesperado que provoca una alteración física (ceguera), la percepción de una luz particular, la audición de un mensaje, un  punto de inflexión tan radical que genera hasta el cambio de nombre y, finamente, la recuperación de la vista antes perdida. Más adelante, Pablo contaría a los corintios acerca de la experiencia de ser llevado a lo que llamó “el tercer cielo”, lugar de visiones y revelaciones (cfr. Hechos 9, 1-22 y II Corintios 12, 1-5).
Todo el relato evidencia una verdadera metanoia, una transformación actitudinal, un ir más allá de lo conocido (meta: más allá; noia: conocimiento): una conversión[2]. Pero algo más, esta conversión muchas veces está acompañada de una experiencia particular: la de elevarse, levitar, ser arrebatado al cielo. Más de una de las características arriba mencionadas las hallamos en los testimonios de sanidad religiosa.
Este tipo de experiencias evidencia un proceso frecuente pero usualmente inadvertido, que se vincula con nuestra salud física y mental, tal como lo explicaremos a lo largo del texto. Dicho proceso se manifiesta de variadas maneras, tanto de forma natural como inducida, generalmente relacionadas con situaciones extremas de dolor, miedo y peligro; enfrentarse al cáncer, confrontarse con la muerte.
Respecto a la forma natural podemos mencionar las experiencias espontáneas de éxtasis, el arrobamiento del enamorado, el orgasmo, los sueños tipo desdoblamiento astral; los cuadros febriles con delirios, las alucinaciones migrañosas; cuando, frente a una situación crítica, un ser querido fallecido se nos presenta en sueños; las experiencias cercanas a la muerte que espontáneamente han vivido muchas personas en el quirófano y fuera de él; los relatos de moribundos avistando a familiares fallecidos que vienen a recogerlos; la llenura del Espíritu Santo, fenómeno frecuente en contextos grupales cristianos. El elemento luz suele estar presente en todos estos casos.
También existe una larga tradición de inducción de dichos procesos, alterando la temperatura, el patrón respiratorio, el tono muscular, el foco atencional, etc., llevándolos a límites que movilizan respuestas de emergencia orgánica. Ejemplos de ello lo encontramos en el temazcal, la inmersión en aguas frías como la laguna de Las Huaringas, técnicas respiratorias varias, el Yoga, la meditación, ingesta de enteógenos, etc.
Veamos lo relacionado con la modificación de la conciencia: Se caracteriza por cambios en la percepción del tiempo y el espacio; el individuo se siente fuera de sus coordenadas habituales, transportado a otra dimensión; se establece un tipo de contacto con seres de la esfera espiritual y/o del denominado “otro mundo”, llámense Dios, ángel, santo, gurú, extraterrestre o incluso un pariente fallecido o por fallecer, de quienes recibe mensajes o inspiración. La experiencia es vivida como real, no deja lugar a dudas (aunque puede verse filtrada por las creencias culturales y entonces el individuo puede pensar que está enloqueciendo o alucinando). Además, suelen generar en quien las vivencia un sentimiento de integración personal y de comunión con otras personas y con el cosmos. Esto suele inyectar una gran dosis de confianza, seguridad y paz. Empero, existe el riesgo de convertir la experiencia en motivo de sectarismo, pues quien la vive puede creer que sólo él ha sido capaz de vivirla, asumiendo que es “El Elegido” (es verdad que también existen experiencias desagradables, del tipo llamado demoníaco, pero no profundizaremos en ellas aquí).[3]


Sólo en tiempos recientes, aquello que era llamado místico o locura, empezó a merecer estudios sistemáticos. Uno de los primeros que los describió fue William James, el padre de la psicología norteamericana, quien en su libro Las variedades de la experiencia religiosa reseña las manifestaciones de la conciencia en el ámbito espiritual (James, 1986, 1902). Décadas más tarde Abraham Maslow acuña el concepto de Experiencias Cumbre, sobre todo para las experiencias de carácter positivo, en que se trasciende la noción de yo separado. Luego vendría todo el movimiento de la Psicología Transpersonal, con sus diversos métodos y enfoques, iluminando los diversos aspectos de la Consciencia.
La Psicología Transpersonal, en general, ha enfatizado que en el ser humano existe un impulso a la trascendencia, tan importante como el impulso sexual, y ello probablemente porque ambos están al servicio de la supervivencia, no necesariamente del individuo, sino del colectivo, llámese familia, clan, especie o cosmos.
Lo trascendente se hace evidente cuando nuestra conciencia habitual (vigilia consensuada, sueño común) es modificada y la experimentamos como integradora. Henri Corbin ha descrito dicha modificación como mundus imaginalis, el mundo de lo psíquico poblado de poderosas imágenes, condensadoras de experiencias ontogenéticas y filogenéticas (Corbin, en Ojeda, 2002), una fuente de puro potencial, donde todo es posible y poderoso (Fernández, 1994). Los personajes y las temáticas que habitan lo imaginal[4] van más allá de nuestro sentido de individualidad y es evidente para cualquiera que se pone en contacto con ellas del nivel de autonomía y vida propia que poseen. Las deidades, los seres mitológicos, los habitantes de los cuentos de hadas, los grandes personajes de la historia e incluso nuestras creaciones personales forman parte de nuestro inconsciente personal y del colectivo Una amplia descripción del impacto que genera sobre el individuo el contacto con esta realidad lo podemos ver en los estudios realizados por Grof de la modificación de la conciencia por el uso de LSD y del método de Respiración Holotrópica. Se vivencian luchas titánicas, ciclos de muerte y renacimiento, encuentros transpersonales, resignificaciones y hasta cirugías espirituales. Grof ha dado en llamar COEX Systems (Sistemas de Experiencia Condensada) a las temáticas que agrupan experiencias personales, perinatales, prenatales y transpersonales; y cuya resolución en un nivel se extiende a los demás (Grof, 1993).
Las visiones, sueños y otros estados modificados de conciencia (meditativos, hipnóticos, etc.), como activadores de recursos para recuperar la salud, pueden ser mejor valorados desde una perspectiva multinivel como la que propone Ken Wilber, consistente en identificar no sólo el estado de conciencia en que se encuentra la persona (estadio del sueño, momento circadiano, conciencia acrecentada), sino también de su estadio de conciencia, dependiente de su edad, su desarrollo psicológico individual y el grado de desarrollo psicológico de su cultura (Wilber, 2008). Este autor sugiere, por ejemplo, interpretar los sueños tanto en sus estratos inferiores (analogía corporal, metáforas sexuales al estilo freudiano) como en sus estratos transpersonales (sentido existencial, arquetípico o espiritual). Esto puede hacerse extensivo también a otros estados de la conciencia (Wilber, 1993, pág. 150).
Burney refiere su experiencia con la psicoanalista jungiana Frau Jaffé utilizando la Imaginación Activa:
Frau Jaffé me sugirió que tal vez me vendría a la mente una imagen que me recordaría lo esencial de las mujeres con las que tenía este problema. Dijo que podría ser un animal, una persona u otra cosa, pero que claramente sería algo fantaseado y no la imagen de una persona viva que yo conociera. De inmediato surgió en mi mente la imagen de un pulpo… la siguiente sugerencia consistió en que me dirigiera a un lugar tranquilo donde pudiera escribir un diálogo con este pulpo… Yo debía escribir cada pregunta y cada respuesta que me diera el pulpo…
[Luego de varios días]… la Imaginación Activa que estaba utilizando pareció llegar a su fin. Y para mi sorpresa, por largo tiempo no tuve más de esos encuentros sofocantes que había experimentado antes con mujeres. (Burney, 1991, págs. 207-210)

Desde otro ángulo, la práctica chamánica centra gran parte de su trabajo en la recuperación del alma[5]. Es decir, ya sea que lo afectado es el cuerpo o el comportamiento, el alma, la esencia que nos integra, debe recuperar su lugar. Para lograrlo se suelen usar medios externos como el recorrer el lugar donde ocurrió un hecho traumático y con chicotazos y/o tambores llamar al alma del involucrado usando su nombre. Otras maneras, más internas, consisten en recurrir a lo onírico y/o a las visiones producidas bajo efectos de sustancias enteógenas, para que el alma encuentre el camino y/o el shamán la traiga de vuelta (Valdivia, 1975). Visto de esta manera, la curación física y la mental ocurren cuando la persona recompone su parte escindida, retoma sus valores, vuelve a ocupar su lugar en el clan y en la comunidad, cuando recontacta su sentido de espíritu encarnado.
Esta noción de recuperación del alma muchas veces se presenta como experiencia espiritual, a través de visiones y sueños reveladores, la escucha de una voz interior sabia, de comprensiones súbitas, como resultado de una acción terapéutica transpersonal y de la experiencia de ver la luz al final del túnel (curiosamente “trascender” también es llamado Iluminarse o Ver la Luz). El individuo se sabe curado o, al menos, que la curación ha empezado y está encaminada. Por ejemplo, de manera espontánea y/o dirigida establecemos contacto con el bebé que perdimos antes que naciera o a temprana edad (Savage, 1992); los familiares fallecidos se hacen notar y/o se despiden a través de sueños y visiones (Doore, 1992); adictos en rehabilitación, al ingerir plantas psicoactivas en un contexto ceremonial e institucional, tienen visiones y ensoñaciones que anuncian y/o confirman su progreso (Giove, 2002). Las terapias de tipo energético (Reiki, Toque Curativo, etc.) generan también, espontáneamente, fenómenos oníricos, visionarios e intuitivos frecuentemente. Yo mismo, durante una sesión de reflexoterapia, vi modificada mi conciencia al punto que percibí que un ser, al que vivenciaba como un ángel, me hablaba, explicándome y aconsejándome en relación al padecimiento físico por el que acudí a la atención.
El poder de las imágenes también se evidencia durante sesiones tipo Constelaciones Familiares, en las que queda configurada una temática del consultante, utilizando al grupo. Los temas a consultarse suelen ser diversos: enfermedades, problemas financieros, relaciones interpersonales, toma de decisiones. Salen a la luz los factores encubiertos del presente y los transgeneracionales a través de lo que el grupo personifica como imagen espacializada. La movilización emocional y la percepción  de lo trascedente suele ser evidente (Kutschera, 2002). Y, como ha dicho Hellinger: “En cuanto la persona ha visto la solución, no tiene que hacer más que interiorizarla y simplemente seguir viviendo. Tiene que dejar que el tiempo pase. Es como un proceso de curación que se desarrolla lentamente y, en su momento, llega a su fin… Todo el cambio se da tan sólo por la imagen interiorizada.” (Weber, 1999, pág. 278)
Todo esto es emplear los recursos espirituales para facilitar que el organismo se trascienda, hallando soluciones sobre-naturales.

Ir a la segunda parte

(1). El presente texto fue publicado en Solaris Revista Intercultural. Año 1 Vol 1 Jun 2016, NIOS: Lima, pp. 67-76.
[2] Concepto bastante alejado al de arrepentimiento, la traducción clásica.
[3] Para profundizar en la descripción y análisis desde un punto de vista transpersonal de cada una de dichas experiencias sugiero ver (Doore, 1992), (Grof, 1993)
[4] Precaución: no confundir imaginal con imaginario. Lo imaginal se vivencia como real, con vida propia. Lo imaginario es vivido como un invento de nuestra propia mente.
[5] Por Alma considérese el mundo interno, en contraposición al Ego, orientado al mundo externo. El alma entendida como lo que nos hace seres individuales en contacto con la totalidad, la chispa del Espíritu (véase (Vaughan, 1997, pág. 57ss).

sábado, 11 de febrero de 2017

El trabajo sobre el inconsciente según Assagioli (2)

Para ver la primera parte pulse aquí.

6. DESARROLLO DE LAS FACULTADES DEFICIENTES (cfr. cap. 18)
Hasta ahora hemos hablado de las formas en que pueden utilizarse las energías psíquicas existentes y activas en nosotros. Pero para llegar a una psicosíntesis armónica de nuestra personalidad, es frecuente que haya que cumplir otra tarea: la de desarrollar en forma activa las funciones psíquicas deficientes. Estas pueden ser debidas a deficiencia constitucional o por represión (p. 155) [En este último caso es necesario primero un psico-análisis]. Para el primer caso es necesario el entrenamiento sistemático. Presentamos algunas propuestas:

  1. Desarrollar el percibir y observar. Se puede practicar mirando dentro de una habitación o escaparate, luego hacer un ejercicio de recordar lo visto y finalmente cotejarlo. Hacer lo mismo con un cuadro o con un dibujo. También ejercitar el oír prestando atención a los sonidos e ir señalando lo que va llegando (usualmente pasamos por alto mucha información auditiva).
  2. Desarrollar la concentración. Ejercicio: Evocar del modo más vívido posible y mantener cada vez durante más tiempo, imágenes diversas. Ir de lo simple a lo complejo, por ejemplo empezar con un número o letra y avanzar a imágenes estáticas. Luego puede pasarse a movimiento o imágenes secuenciales. Pueden recordarse también impresiones auditivas, evocando sonidos, motivos musicales y también impresiones táctiles, olfativas y gustativas.
  3. Desarrollar el pensar y el razonar. Todo ser humano tiene el potencial de la razón, cuyo desarrollo requiere la capacidad de ser conscientes de cómo la afectividad, las emociones, nuestros intereses e imaginación nos atraviesan constantemente, empañando, dirigiendo o enriqueciendo nuestro raciocinio. El método científico es uno de los más grandes logros del género humano respecto al desarrollo de la razón. Para un pensar provechoso es útil conocer las Distorsiones cognitivas a las que propendemos, conocer acerca de las distorsiones perceptivas a las que estamos expuestos (por ejemplo ilusiones ópticas), los errores lógicos en el lenguaje, etc. La lectura de ciertas novelas policíacas puede favorecer algunas formas de razonamiento inductivo. Tal es el caso, por ejemplo, de las aventuras de Sherlock Holmes, de Conan Doyle, las novelas de Van Dyne y algunas de Agatha Christie.
  4. Desarrollar la Empatía. Para ello se requiere un sincero interés de entrar en la perspectiva del otro, en sus sentimientos, siempre desde el otro, Junto con esto, mantener la agudeza de mirar más allá de la persona, en los aspectos que la han determinado, para comprenderla mejor. (Chesterton ha expuesto con agudeza este método en su libro El secreto del padre Brown
  5. Uso de la autosugestión y afirmaciones
  6. Imaginería, acompañada de la actitud física correspondiente al estado que se quiere suscitar o reforzar. 
  7. Alimentar el espíritu con lecturas, filmes, música, arte, ambientes, personas.

Todo lo expuesto aspira a que, así como se valora el cuidado al cuerpo, con el deporte y la gimnasia, se valore y desarrolle la psique y el espíritu, con sus adecuados cuidados y ejercitación.


7. DESARROLLO DE LAS FACULTADES SUPERIORES (cfr. cap. 19 - 20)
Existe una práctica por excelencia para el desarrollo del espíritu:

A. Meditar, es decir suspender el resto de las actividades psíquicas ordinarias, Observar con desapego, calmando el tumulto usual de las emociones y la incesante agitación de la mente inquieta. Esto permite la emergencia de la intuición, de la Voz de nuestra alma (superconsciente). La mente, así aquietada, puede convertirse en un espejo fiel de las imágenes del mundo superior. Las experiencias a este nivel pueden ser abruptas o graduales, duraderas o efímeras, claras o nebulosas; es decir, una danza constante entre la personalidad y el Espíritu.

Pero esta práctica no está exenta de peligros, sobre todo si antes no se han integrado los otros aspectos del Ser, como la sexualidad, la agresividad, las cualidades deficientes de nuestra constitución, y aquellos otros que nos habitan (subpersonalidades). Otro peligro es caer en la fascinación por eventuales fenómenos parapsicológicos, cuya importancia para el desarrollo espiritual es mínima, y que generalmente nos desvían, conduciéndonos a la soberbia espiritual o al miedo supersticioso. Ante la irrupción persistente de fenómenos inquietantes, es mejor buscar la guía de un practicante avanzado o, ante su ausencia, suspender la práctica por un tiempo [Para ampliar sobre los peligros del camino espiritual véase: "Las cadenas de oro del camino espiritual" en Vaughan, F.*]

[Una alternativa, más segura en el sentido de no exponernos a contenidos psíquicos aun no asimilables, es la práctica del tai chi, que con sus movimientos lentos es una forma de meditación en movimiento, pero cuyo foco se encuentra en la concentración sobre el cuerpo.]

B. Hay otros métodos para desarrollar las facultades superiores y favorecer la psicosíntesis, en los que se hace uso activo de las funciones psíquicas normales, y que por lo mismo no presentan los inconvenientes del método del "silencio" [meditación].

Entre ellos, uno muy apto y eficaz es el de la evocación interior de un "modelo ideal". Ésta puede ser de dos clases:

a) Imaginarnos a nosotros mismos ya en un estado de psicosíntesis, tan completa como podamos concebirla. También aquí se empieza a ponerse en un estado de reposo físico y de calma mental y emotiva, pero luego se usa en forma activa la imaginación. se procura "verse", del modo más vivo y concreto posible, tal como querríamos ser. Debemos imaginar de modo claro la nueva expresión de nuestra fisionomía, la nueva forma de conducirnos y de hablar, los nuevos sentimientos y pensamientos que se despertarían en nosotros, la nueva voluntad que nos anima, todo nuestro ser armónicamente unificado. Cada vez que logramos hacer esto, aunque sea brevemente, se produce en nosotros un cambio real, nos acercamos, aunque sea sólo un paso, a la meta, y las repeticiones posteriores del ejercicio resultan cada vez más fáciles. La energía sigue al pensamiento -el pensamiento es creativo.

Nótese bien que no se trata de engañarse imaginando que ya se es aquello que se aspira a ser. Al contrario, cuanto más claro es el modelo ideal forjado por nosotros, tanto más clara nos parecerá la discrepancia entre él y lo que de hecho somos. Por otro lado, el ejercicio debe completarse con el esfuerzo resuelto de expresar en la vida, al menos en cierta medida, las dotes y virtudes superiores evocadas con la imaginación. Al final del ejercicio interior tratemos de hacer luego alguna cosa de un modo diferente y mejor que de costumbre, de mantener en nosotros, por decirlo así, un eco y un aroma de lo que hemos experimentado de bello y de sublime.

b) Evocar la imagen de alguna figura histórica o mítica que haya poseído las cualidades superiores que quisiéramos desarrollar en nosotros. El método es semejante, pero en este caso podemos servirnos de la ayuda de imágenes externas (retratos), del recuerdo de episodios reales o simbólicos, de actos y de palabras del personaje elegido como modelo ideal, para luego imitarlo, cuanto sea posible, en la vida práctica.


El primer método resulta más fácil a los tipos introvertidos, en los que la atención y el interés se vuelven de preferencia hacia ellos mismos, en cambio el segundo es más apto para los extrovertidos, a los cuales resulta más fácil evocar imágenes externas.

Con el fin de que esas "evocaciones" sean eficaces, es preciso que no se hagan de un modo frío, casi mecánico, sino con "calor", con sentimiento. Esto nos lleva a hablar de la función de las emociones y de los sentimientos en la psicosíntesis.

Si bien las emociones deprimentes (miedo, desaliento, envidia, celos desconfianzas, sentimiento de inferioridad) son las que impulsan la búsqueda de una psicosintesis, son las emociones dinamizadoras las que favorecen la unificación, la síntesis psíquica y espiritual: esperanza, confianza, fervor, alegría, devoción, admiración, amor espiritual. Por ello, estos sentimientos deben suscitarse con ayuda de todos los medios adecuados y eficaces, y es preciso alimentarlos, reforzarlos, reafirmarlos sin cesar. (p. 169-173)

EL PROCESO TERAPÉUTICO
La cura psicosintética se basa sobre todo en cerciorarse de la especial situación existencial de cada paciente, de los problemas que presenta y de los medios para resolverlos. Por tanto, incluye una etapa psico-analítica. Sigue luego la activación de los aspectos y de las funciones latentes o poco desarrolladas, mediante el uso de las diversas técnicas adecuadas a este propósito. Después, o mejor dicho, mientras está haciéndose esto, debe promoverse la armonización y la integración en un "todo funcional" de todos los elementos constitutivos y de todas las funciones del individuo. Esta es la meta específica y la tarea central de la psicosíntesis. [Este proceso incluye lo interpersonal y social].

Todas estas etapas de la cura no se desarrollan por separado y en forma sucesiva, sino en línea paralela. Por ejemplo, desde el principio el problema central existencial suele estar vinculado con conflictos éticos o religiosos que deben tomarse en consideración. En cuanto a la investigación psico-analítica, puede hacerse a intervalos, cada vez que deban eliminarse síntomas o resistencias.

[Uno de los principales objetivos es el desarrollo de la voluntad]. La voluntad sólo es ineficaz cuando se trata de actuar en contra de la imaginación y de otras funciones psicológicas cuando en realidad su uso hábil y por lo mismo eficaz, consiste en regular y dirigir todas las demás funciones hacia un fin elegido con plena deliberación. La voluntad incluye varios aspectos y estadios, todos necesarios para su expresión eficaz y completa:

1. Objetivo, fin, meta. 2. Motivación. Deliberación. Evaluación. 3. Elección. Decisión. 4. Afirmación (fiat: hágase). 5. Plano de acción. 6. Ejecución. (Apéndice, p. 180s)


PARA CONCLUIR con una mirada rápida de conjunto la exposición de los principios y métodos de la psicosíntesis, recordemos que ésta, en su sentido más amplio e inclusivo, es el resultado de la acción concorde de dos fuerzas, de dos agentes, de dos centros en nosotros: uno personal y consciente, el otro espiritual y superconciente.

El primero se manifiesta sobretodo como voluntad consciente, decidida, tenaz, dirigida a la meta... El segundo es el Yo Espiritual o Self, el centro más alto de nuestro ser, que realiza la obra, completa y perfecciona lo que la voluntad ha iniciado. Este actúa de un modo sutil, con frecuencia inadvertido, desde dentro y desde lo alto.

Por naturaleza propia, el Espíritu está por encima de todo dualismo, de todo conflicto. Él es unidad. Donde está presente y operante, renueva, coordina, armoniza y unifica.

Entreguémonos pues con fe a la acción del Espíritu, abrámosle las puertas de nuestro ánimo, aspiremos a unirnos, a confundirnos hasta donde sea posible con él, al grado de llegar a ser de manera consciente y efectiva, lo que somos en esencia, a saber, un solo Ser, una sola Vida. (p. 174s)

APÉNDICE: MODELO DE LA PSIQUE

En el inconsciente pueden distinguirse tres zonas: el inconsciente primitivo o inferior (1), que en cierto sentido puede considerarse como biopsíquico y que debe incluirse en la integración plena del individuo. Está después el inconsciente medio (2), que más o menos corresponde al preconsciente de Freud. La zona superior (3) es la del superconsciente. El punto central (5) indica el yo autoconsciente, y el área circular que lo rodea (4) representa el campo de la consciencia personal, en el cual van turnándose los contenidos psíquicos (sensaciones, imágenes, emociones, ideas, etc.), de los cuales nos damos clara cuenta en cada momento.

El área oval más amplia (7) es la sede de todos los elementos y funciones psíquicas de los que no somos conscientes en forma directa. Ella a su vez está contenida en la esfera ilimitada del inconsciente colectivo o mundo psíquico metaindividual. La estrella situada en el vértice (6) indica el Sí mismo, considerado no como simple "función trascendente", sino como una realidad psicoespiritual, de la que puede tenerse (como resulta de muchos testimonios) la experiencia consciente. El Yo consciente y el Sí mismo no deben considerarse como dos entes separados, sino más bien como dos aspectos de una única realidad.

Todas las líneas que delimitan las áreas son punteadas y no continuas para indicar que los diversos campos no están separados entre sí por completo, sino que pueden producirse, y de hecho se producen sin cesar, pasos e intercambios de contenidos psíquicos, de uno a otro. Creo conveniente hacer notar que los elementos y las funciones que por lo común tienen su sede en el superconsciente, o que de él descienden al campo de la conciencia (las intuiciones, las inspiraciones, el sentido estético, el moral, las experiencias religiosas y místicas) son "hechos" psíquicos, son "realidades" en sentido pragmático, porque son "eficaces", es decir, producen cambios, ya en el interior del hombre, ya influyendo en sus actividades externas. Por eso son susceptibles de observación y experimento, mediante el uso del método científico, en formas adecuadas a su naturaleza. Puede suscitárseles, dirigírseles y utilizárseles valiéndose de técnicas psicoespirituales apropiadas.

Tomado de 
Assagioli, R. (1980, 1966). Psicosíntesis, armonía de la vida. México D.F.: Diana, Cap. 10 - 20 y apéndice.
(El presente texto es un extracto con algunos párrafos en paráfrasis. Donde hay corchetes y se menciona el "confróntese" (cfr.) se ha resumido o parafraseado.)
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*Vaughan, F. (1997). Sombras de lo Sagrado. Madrid: Gaia.

viernes, 10 de febrero de 2017

El trabajo sobre el Inconsciente, según Assagioli (1)

LA PRÁCTICA DE LA PSICOSÍNTESIS.
El que emprende la obra de exploración del inconsciente, con frecuencia se siente detenido desde el principio por una extraña resistencia y renuencia que puede manifestarse de diversas maneras en la consciencia, con una vaga sensación de incomodidad, de turbación, o bien con un sentimiento más definido de temor, de extravío, a veces incluso de angustia. Es una impresión semejante a la del niño que se halla a oscuras en su cuarto que desconoce, lleno de objetos que ignora, o bien en un bosque lleno de sombras y de rumores. En realidad, el hombre moderno, tan fuerte, audaz y seguro de sí mismo en el mundo exterior, en general se conduce como un niño ignorante y atemorizado al verse obligado a dirigirse hacia su interior, para enfrentarse al abismo oscuro y tumultuoso de su mundo interno. No cabe duda que en la renuencia a hacerlo hay... fuga de una tarea que se presenta ardua, dolorosa, fatigosa. Pero hay también un sentimiento justo de defensa propia, la intuición de carecer de la preparación necesaria (p. 103)

La exploración del inconsciente y su dominio pueden efectuarse de un modo sano, seguro, armónico, satisfactorio, con tal que se tenga la preparación adecuada y se sigan las normas oportunas. En el pasado se hacían viajes aventurados de exploradores solos que se lanzaban a tierras por completo desconocidas, sin preparación, sin instrumentos científicos, con armas insuficientes. Pero estos audaces solían pagar con su propia vida ese arrojo. O bien regresaban si haber podido lograr el objetivo, al menos por completo. (p. 106)


1. La primera tarea consiste en estudiarnos y conocernos a nosotros mismos, reconociendo nuestros aspectos bajos y elevados (Inventario). Este autoconocimiento puede darse a través de diversos medios:
  • Tests y pruebas proyectivas,
  • Autobiografía, Diario de sucesos (reacciones, síntomas, lapsus).
  • Expresión artística libre, 
  • Asociación Libre de palabras y Palabras Estímulo (Jung)
  • Mano libre (Escritura automática)
  • Sueños y Fantasías. [interpretación y/o drasmatización]

2. Para poder ensanchar el campo de la conciencia, extendiendo su periferia, para poder asimilar y dominar otros "contenidos", es preciso que el Self esté bien arraigado. ... Es menester hacer al mismo tiempo la exploración del inconsciente y una labor de refuerzo del centro consciente.

El método para lograrlo, base necesaria para el uso de todos los demás, es el del desprendimiento, de la objetivación, de la no identificación... La lucha está dentro de nosotros. Aquí está el campo de batalla, aun cuando ésta se proyecte al exterior... Este desprendimiento ha existido entre todos los maestros espirituales, son ellos los que lo enseñan.

Cito a Filippo Burzio, quien propone una nueva especie de hombre moderno, "demiurgo", cuyo carácter sería precisamente la universalidad, el desprendimiento y el poder sobre sí mismo, sobre el mundo, sobre los hombres.
Nuestra civilización, cuando era cristina, tuvo a los santos. Su lema era: renuncia. Al volverse pagana, ha inventado al superhombre. Su lema es: posesión-gozo. Éste sigue siendo el lema actual. Pero no evita a nuestros contemporáneos el malestar. Con el ritmo secular de la civilización, con el rápido ir y venir, los individuos oscilan entre los extremos de las cosas ansiadas e insatisfactorias. ¿No será posible detener el péndulo  en una posición exacta? El demiurgo piensa que sí. Su lema es: posesión con desprendimiento. Su idea consiste en que el error está en el tumulto contradictorio de la psique: una vez codiciosa, otra santa; ora ilusionada, ora decepcionada, y que es preciso dominar ese tumulto, situándose más allá de los sentimientos; que asceta y superhombre son los términos pasionales de una antítesis que espera su síntesis... (p. 108s)
¿Cómo se adquiere la sabiduría? Con la visión espiritual de la vida que nos viene del descubrimiento del propio centro superior, de la observación atenta y desinteresada de toda la vida en nosotros, en los demás, en el cosmos, de la experiencia de la vida.

3. Al conocimiento y a la comprensión de sí mismo debe seguirle un plan de acción interior. Es menester decidir qué queremos hacer de nosotros mismos, a qué queremos llegar, qué actitud hemos de tomar ante todo lo que hemos descubierto en nuestro ánimo. (p. 116)

4. Un modo rápido y oportuno de orientarse en nuestro mundo interno, de ver cuáles son las tareas más urgentes y escoger un plan de acción, es el de ordenar los diversos elementos y las múltiples fuerzas que se agitan en nuestro ánimo, en dos grupos principales: el de Eros y el de Logos. (p. 119)

Eros, que en griego significa amor en el sentido más amplio, indica el impulso vital, primordial, la tendencia que da origen a los instintos fundamentales de conservación, agresión reproducción, que luego se diferencia en los diversos impulsos y deseos humanos y se sublima en las aspiraciones más altas. (p. 119)

En cambio, el Logos es el principio directivo, ordenador, regulador de la vida. Tiende a recoger y a canalizar el tumultuoso caudal del Eros dentro de cauces rectos y seguros, encaminándolo hacia una meta prevista. El Logos es ley, disciplina, orden, armonía y belleza; es ritmo y medida, es inteligencia y razón, comprensión y luz. (p. 120)

CÓMO ELIMINAR EL EXCESO DE EROS (Cap. 13)
[En el campo psíquico] el caso más frecuente es el de la exuberancia, del exceso de Eros. Son muchísimos los que están dominados por una emotividad exagerada, que sufren por una afectividad en demasía, por la preocupación y el temor, por una impulsividad desbordante que no saben dominar... El medio más sencillo, fácil y espontáneo para eliminar los excesos del Eros es el del desahogo:
  • Desahogo verbal [en particular, la verbalización de aquello que consideramos censurable socialmente, pero cuyo silenciamiento ha provocado un trastorno];
  • Desahogo muscular [gestualidad, motricidad, "golpear almohadas". Ejercicios psicofísicos. Expresión corporal, en particular de lo deseado y no permitido, pero en fantasía o simbólico];
  • Desahogo por escrito [diario personal, cartas simbólicas]
El otro tipo de medio, es el de aplicar el Logos, a través del raciocinio (uso de información, diálogo interno reflexivo) o a través de la actitud meditativa, desprendida. (cfr. p. 123-126)

Psicoanálisis del Vejigante.
Rafael Tufiño

5.1.  TRANSFORMACIÓN Y SUBLIMACIÓN DE LAS ENERGÍAS PSÍQUICAS
(Cfr. Cap. 14 y apéndice)
El siguiente paso, dice Assagioli, es el de la transformación y sublimación de los impulsos y contenidos psíquicos. Él sugiere para lograrlo:

1. Por medios internos:
  • El uso de imágenes sugerentes, que representan el ideal que se aspira realizar (Símbolo).
  • Repetición de palabras y frases que afirman lo que deseamos obtener. 
  • Meditaciones en sus diversas clases: Concentración, Meditación reflexiva, Meditación receptiva, Contemplación.
  • Vía devocional o mística.
  • Desarrollo del sentido del humor.
2. Por medios externos:
  • Contacto psíquico con quien haya realizado aquello que anhelamos obtener [segunda posición en PNL]
  • Lecturas, sobre todo de biografías, autobiografías, diarios.
  • El arte superior que es vehículo simbólico de fuerzas espirituales (Bach, Beethoven, Wagner, Dante, etc.).
  • La acción. Escribir, la creación artística, la acción social y humanitaria. Servicio desinteresado.
  • Actividades Grupales. Grupos terapéuticos.

Son pues varios los modos que hay para obtener la sublimación y es grande el bien que pueden acarrear. La sublimación elimina o atenúa conflictos penosos, utiliza energías que de otro modo permanecerían estériles o tendrían efectos nocivos y favorece la actuación de la psicosíntesis. Por eso una de las tareas más importantes de la voluntad es el uso decidido y sabio de esos métodos. (p. 130s)

5.2. TRANSFORMACIÓN Y SUBLIMACIÓN DE LAS ENERGÍAS SEXUALES (Cap. 15)
Sabemos poco del proceso psicológico de la sublimación, pero parece que, por una especial afinidad de naturaleza, las energías sexuales pueden transformarse con más facilidad en actividades creadoras que en manifestaciones de otra índole.

Condición previa e indispensable para cualquier tentativa de sublimación es antes que nada el crear en nosotros una actitud mental de sinceridad y de valor con respecto a la sexualidad.

Sí, según el punto de vista tradicional, consideramos de hecho el instinto sexual como algo impuro y oprobioso, que deba combatirse con violencia, no conseguiremos ni sublimarlo ni aniquilarlo, sino sólo sumergirlo en abismos oscuros del inconsciente, donde escapará a nuestra vigilancia y tenderá a vengarse, acechando a nuestra salud e influyendo en toda nuestra personalidad.

El instinto en sí no puede ser ni "bueno" ni "malo", y los excesos y perversiones de la vida sexual se derivan por lo común de debilidad o perversión de la fantasía y del sentido moral. El instinto sexual, que tiene una función biológica de la máxima importancia, debe ser dominado y disciplinado al igual que cualquier otra tendencia, sin violencia y sin horror. Las energías que quieren disciplinarse pueden emplearse de otra manera sublimándolas. (p. 137s)

5.3. TRANSFORMACIÓN Y SUBLIMACIÓN DE LAS ENERGÍAS COMBATIVAS
(Cfr. Cap. 16-17)
Los impulsos agresivos guardan relación con nuestra necesidad de autoafirmación. Su transformación implica la elevación y sublimación de la voluntad de poder. Para practicarlo, debemos cambiar y afinar poco a poco los móviles que nos impulsan a la lucha, los métodos que utilizamos para combatir y también la índole misma de la lucha y el campo de su manifestación. (p. 145s)... [Citaré algunas de las actividades para sublimar las energías agresivas:
  • La actividad física: Deportes o actividad manual. En el caso del primero, siempre y cuando su cultivo no se vuelva excesivo (y por extensión, contraproducente).
  • El combate de flagelos sociales; la defensa de derechos; la búsqueda de reformas, los trabajos en que se lucha contra la adversidad y la naturaleza agreste.
  • La lucha espiritual y/o simbólica.]

¿Por qué tantas personas que bajo otros aspectos de buenas cualidades morales, se dedican con ardor, casi con entusiasmo, a criticar a los demás, y experimentan con ello una genuina voluptuosidad, que se revela en todo su ser?... En realidad podemos observar que diversos instintos y tendencias fundamentales encuentran en la crítica una gran satisfacción: [satisface nuestra necesidad de autoafirmación, nos produce un sentimiento de superioridad, cosquillea nuestra vanidad y presunción; ofrece un desahogo a nuestra agresividad]. Es un desahogo que mientras nos da la satisfacción de una victoria fácil, sin exponernos a peligros (ya que el enemigo está ausente), nos parece inocuo.

Añádase también que para muchas personas que deben soportar sin protestar el dominio de otros, o aceptar condiciones de vida y situaciones desagradables sin poder rebelarse contra ellas, la crítica constituye la única forma de proporcionar un libre desahogo a su hostilidad y al resentimiento reprimidos. (p. 150)

Muchas veces nos hacemos la ilusión de haber "sublimado" nuestra agresividad, cuando en realidad no hemos hecho sino recubrirla con una máscara de respeto y celo, bajo la cual esas tendencias se manifiestan de modo sutil y refinado, pero impulsadas por motivos que son todo menos superiores.

¿De dónde puede obtenerse la fuerza necesaria para efectuar la verdadera sublimación? De una concepción espiritual de la vida, del principio de solidaridad de todos los seres... La práctica de la meditación, de la aspiración a la elevación de los instintos, de ponerse al servicio de una causa superior.

Así por ejemplo, la crítica puede transformarse en un perspicaz y sabio discernimiento espiritual... Lo que en realidad distingue a la crítica del sano discernimiento es la actitud interna frente al hallazgo de las fallas ajenas. Quien posee discernimiento no tiende a acentuar y declarar los errores del otro, sino se inclina a compadecerle y a ayudarle. En lugar de hacer gala de la propia superioridad, trata de ayudar a los demás a rectificar y a elevarse. [usualmente no pontificando, sino con el ejemplo].

Si a veces, por amor a la verdad y para ser fiel a los propios principios o por el bien de los demás, la persona dotada de discernimiento espiritual debe declarar en forma abierta su discrepancia, amonestar o poner en guardia; si tiene que defender una causa o una institución o bien una persona atacada injustamente, lo hace con valor y firmeza, pero siempre con mesura y dignidad, de modo sereno e impersonal, sin descender al nivel del adversario, ni utilizar los métodos de lucha de éste (p. 152s)

Los métodos de lucha se van elevando. En la etapa más baja, en la que reina el máximo separatismo, se mata al enemigo. En un nivel un poco más alto, se le vence, se le supera, pero no se le destruye. Más arriba se trata de dominar, disciplinar eliminar, no personas, sino algunas de sus actividades nocivas para los demás. En fin, en la cumbre el enemigo queda absorbido en nosotros mismos, nos volvemos una sola cosa con él, cuando se subliman y regeneran las energías internas combativas con la fuerza del espíritu. (p. 149)

Esta gran transformación de las energías combativas ha sido expresada por Mabel Collins en su libro La Luz sobre el sendero (La luce sul sentierro), [y nos muestra la viabilidad del uso de imágenes trascendentes para la elevación de las energías psíquicas]:

"1) Mantente al margen en la batalla inminente, y aunque combatas, no seas tú el guerrero.
 2)  Busca al Guerrero y deja que él combata en ti.
 3) Recibe sus órdenes para el combate y obedécelas.
 4) Obedécelo, no como si Él fuese un general, sino como si Él fuera tú mismo y sus palabras fuesen expresión de tus deseos secretos, porque Él es tú mismo, y sin embargo, infinitamente más sabio y más fuerte que tú. Búscalo; de lo contrario, en la fiebre y el fragor de la batalla, puedes pasar a su lado y Él no te reconocerá si tú no Lo reconoces. Si tu clamor llega a su oído vigilante, Él combatirá en ti y colmará el vacío interno que te oprime. Si es así, tú puedes, en pleno combate, permanecer tranquilo y reposado, manteniéndote a un lado y dejando que Él combate por ti. Entonces te será imposible dar un golpe en vano. Pero si no Lo buscas, si pasas sin verlo, no habrá salvaguardia para ti. Tu cerebro sufrirá vértigo, el corazón se sentirá incierto, y en medio del polvo de la batalla, la vista y los sentidos te fallarán y no distinguirás a tus amigos de tus enemigos. Él es tú mismo, y sin embargo tú eres finito y sujeto a error. Él es eterno y seguro. Él es la verdad eterna. Una vez que haya entrado en ti y se haya convertido en tu adalid, ya nunca te dejará por completo, y el día de la gran paz se hará uno contigo."

Considerémonos "Caballeros del Espíritu", milicianos de una causa ideal: la de ayudar a la humanidad a salvarse de los peligros que la amenazan [no considerándonos "elegidos", sino milicianos anónimos, colaboradores de la evolución].

Tomado de 
Assagioli, R. (1980, 1966). Psicosíntesis, armonía de la vida. México D.F.: Diana, Cap. 10 - 20 y apéndice.
(El presente texto es un extracto con algunos párrafos en paráfrasis. Donde hay corchetes y se menciona el "confróntese" (cfr.) se ha resumido o parafraseado.)

miércoles, 8 de febrero de 2017

Ser madre, suegra, abuela

La maternidad entendida en su sentido más amplio y profundo, antes de ser función humana es un principio cósmico. En la naturaleza existe la tendencia a terminar el ciclo de vida una vez que se ha cumplido con la finalidad de perpetuar la especie. Quizá esto forme parte del sentimiento de desorientación que muchas mujeres sienten al llegar a la menopausia, cuando su potencial reproductivo desaparece. Sin embargo, como especie humana, curiosamente el ciclo reproductivo femenino termina alrededor de la mitad de una vida potencial (50/100), lo que podría leerse como una segunda etapa para vivirse plenamente desde la individualidad, desde la abuelidad consciente o teniendo hijos trascendiendo la biología, trascendiendo los límites tribales, inspirados por el refrán: "Es mamá/papá quien cría, no el que engendra".

A las mujeres de algunas etnias, dice Assagioli, recién se les considera con alma cuando han tenido un hijo. Adquiere como madre un grado de dignidad que no tenía como esposa. Y es que el hijo es la conexión fáctica con la familia. Es un vínculo que da realidad consanguínea, lazos de sangre. En palabras de una suegra: "ahora eres mi nuera" (ahora eres, antes "nu - eras"), o "ahora eres mi yerno" (hoy sí, "a-yer no").

Ser madre, mater, es relativamente sencillo. Prodigar los cuidados mater-iales: amamantar, limpieza, cuidados, etc. Convertirse en mamá, en cambio, es lo que lleva al cúlmen de la maternidad. Maá - Má, sonido que conecta con los sagrados Amén, Aum, Ommm.
Si se comparan los cuidados materiales que muchas madres tienen con el cuerpo de sus hijos, con los que dedican a su carrera, a su triunfo exterior en la vida, el cultivo de su alma, a la comunión intelectual y espiritual con ellos, la desproporción es enorme. En consecuencia, se ven muchos hijos bien cuidados, bien protegidos, bien provistos en los estudios profesionales, pero a los que falta toda atención interior, que carecen de toda base sólida ético-espiritual. (Assagioli p. 61)
Klimt. Las tres edades de la mujer

Esta desproporción de la que habla Assagioli y, a continuación, el exceso de sobreprotección materno que señala, serían los dos extremos de una misma falencia: no se puede ser suficientemente madre o padre (al decir de Winnicot) sin haber logrado ser suficientemente hija o hijo. La madre, necesitada aún de su propia madre, gasta sus energías en compensaciones o en proyecciones, siéndole difícil estar plenamente disponible para el niño en desarrollo. Esto genera que el niño se "aferre" a su madre, en lugar que se apegue. Cuando el apego es seguro (Bolwby), el niño se siente con la confianza suficiente para alejarse de su madre, puesto que siente la mirada protectora sobre él/ella. Esto, con el tiempo, hará que sea capaz de ser autónomo, y aunque ya no tenga a su madre físicamente a su lado, la llevará en su corazón a todas partes. Historia distinta es cuando el pequeño ha sufrido experiencias intensas de ausencia de la madre, ausencias físicas (como estar hospitalizado) como ausencias emocionales (madre deprimida o nostálgica). El niño se aferra, se siente en peligro constante de ser abandonado. Ante una madre desapegada, un niño aferrado.

La madre está desapegada del niño, pero aferrada a alguno de sus padres o a alguna otra persona. El no soltar al hijo está más relacionado con no querer pasar (o no volver a pasar) por la experiencia de ser abandonado o de pérdida.

La madre pasa por muchos sacrificios por su vástago y la verdad es que cuanto más te sacrificas por alguien, más enlazado a él te sientes. Las sociedades tradicionales desarrollaron ritos de tránsito para facilitar el paso de la niñez a la adultez y el desprendimiento del enlace madre-hijo. Estos ritos se han perdido en nuestras sociedades modernas. La madre "civilizada" no tiene estos apoyos para lograr el sacrificio de los sacrificios: permitir que los hijos se desprendan de ella. Sacrificar la propia dedicación a los hijos, saber retirarse. Lo que era bueno, debido y noble en un momento dado, se vuelve inoportuno, excesivo y dañino.

Y una forma en que se evidencia esta dificultad de desprendimiento se observa en el papel de la suegra ("su-ogra"). Veamos lo que dice Assagioli:

LA SUEGRA
La crisis de una madre cuya hija se casa es algo que debe tomarse en serio. Mientras los hijos en la adolescencia se apartan poco a poco, en el caso de la hija la cosa suele ser más brusca. Hasta el momento de contraer matrimonio, la hija permanece más cerca de la madre. Con frecuencia participan en las mismas actividades dentro y fuera de casa. De pronto aparece un nuevo ser que se atraviesa en su intimidad, la interrumpe en forma brusca. Es una crisis grave para la madre, y si no sabe comprenderla y superarla con prudencia, acontecen hechos penosos. La madre se vuelve "la suegra" en el sentido peyorativo de la palabra. Surgen en ella hostilidades y celos contra el individuo que le ha arrebatado a la hija, a la compañera.Como es natural, este apego y estas reacciones injustas producen una serie de errores en la actitud de la madre, y es contra lo que el yerno se rebela, y muchas veces no sólo él, sino también la hija misma. Así es como se presentan las complicaciones que todos conocemos. (Assagioli p. 63s)
Así, por una paradoja aparte, para ser madre en el sentido mejor y más elevado, del modo más verdadero, la mujer no debe ser sólo madre, sino ante todo un ser humano que también es madre, que ejercita la función de madre con fervor y nobleza. Pero, repito, no debe ser sólo madre. Es preciso que la mujer, además, y me atrevería a decir por encima, de la madre, se reconozca como un alma humana consciente de sí misma, que tiene también otros intereses, otras actividades, que participa en la vida social y espiritual. Esto no la vuelve menos madre. Más bien hace de ella una madre mejor.
Ante todo, al interesarse por los problemas espirituales y sociales, al incorporarse a la vida de la época y de su civilización, está en grado de comprender y seguir por más tiempo a sus hijos. Si cuando los hijos son pequeños, quita a sus cuidados una que otra hora para [informarse] e interesarse en los problemas que trascienden el cerco limitado de su familia, cuando los hijos sean adolescentes estará en grado de seguirlos, de comprenderlos, de ser su compañera [amistosa]. Así pues, por el interés mismo de la función materna es oportuno que la madre no sea exclusivamente madre. Cuando al fin llegue el momento del desprendimiento, ella ya tendrá otra serie de intereses humanos y espirituales hacia los que puede dirigir su actividad, a los que puede dedicar su tiempo. (A p. 64)
SER ABUELA
Una forma de maternidad renovada es su dedicación a los nietos, en calidad de abuela. En esta función femenina, la mujer madura, pero interiormente viva y activa, puede con toda verdad ser, en ciertos aspectos, madre una vez más. Incluso puede ser una madre más sabia, más serena, más ecuánime. Puede [suplir] en parte e integrar la obra de la madre de sus nietos... gracias a la actividad ininterrumpida, sus facultades permanecen ágiles y lozanas, siguen desarrollándose, y ella continúa en contacto con la vida que se desenvuelve a su alrededor. En una palabra, se mantiene psicológicamente joven.

Referencias Bibliográficas:
Assagioli, R. (1980, 1966). Psicosíntesis, armonía de la vida. México D. F.: Diana, p. 61- 69
Véase también: Hellinger, Bolwby, Winnicot.