jueves, 30 de diciembre de 2010

Honrando a don José de San Martín

Acabo de ver un documental sobre los últimos años de San Martín. Un tipazo, San Martín. Dispuesto a dar su vida por defender la patria, que no es otra cosa que la Casa Grande, nunca quiso levantar las armas en contra de sus propios compatriotas, que no son otra cosa que los propios hemanos. Por ello nunca volvió a pìsar suelo argentino. El deseo de poder no lo sedujo, no fue su estilo imponerse por la fuerza. Les comparto este poema que se le dedicara, y que también es para cada uno de nosotros. Y con esto, mi deseo de un buen año por llegar.

FLORENCIO BALCARCE
(...)
La fama en tierra ajenas

me aclamó noble y bizarro;
pero ya, ¿qué soy? apenas
la ceniza de un cigarro.

Por la Patria fui soldado
y seguí nuestras banderas
hasta el campo ensangrentado
de las altas cordilleras.

Aún mi huella está grabada
en la tumba de Pizarro.
Pero, ¿qué es la gloria? nada;
es el humo de un cigarro.

¿Qué me dejan de sus huellas
la grandeza y los honores?
Por la paz hondas querellas,
los abrojos por las flores.

La Patria al que ha perecido
desprecia como un guijarro...
Como yo arrojo y olvido
el pucho de mi cigarro.

Las horas vivid sencillas
sin correr tras la tormenta;
no dobléis vuestras rodillas
sino al Dios que nos alienta.

No habita la paz más casa
que el rancho de paja y barro;
gozadla, que todo pasa
y el hombre, como un cigarro.