jueves, 28 de octubre de 2010

Trauma y Traumitas

Creo que todos sabemos qué es un "Trauma": un suceso que ha marcado nuestra vida de forma negativa e intensa. Que cuando lo recordamos nos duele, nos choca, que en lo posible lo evitamos. Grandes traumas pueden provocar locura, traumas regulares pueden hacer nuestra vida infeliz, llena de amargura, tristeza o resentimiento. ¿Y los traumitas?... Veamos esto desde una perspectiva física.

Un trauma es como una herida abierta, con pus por dentro. A veces es notoria, a veces no. Le ponemos un esparadrapo encima y evitamos que nada la roce porque es una zona sensible. Generalmente cuando hay riesgo de que se cangrene (es decir, que se extienda al resto de nuestra vida y la destruya) nos vemos en la urgencia de buscar ayuda. Queremos ser curados, pero que no duela. Si lo que te afecta no es tan profundo u otros aspectos de tu vida están fuertes, y y quien te ayuda tiene la experticia, casi ni lo sentirás. Toma en cuenta que tiene que salir la pus, hay que lavar la herida y protegerla el tiempo que cicatriza (un tiempo que dá ganas de rascarnos, ¡el riesgo de volver atrás!). Pero acá no hemos terminado.

Con ayuda profesional o sin ella, mucho de lo que nos ha afectado lo hemos superado. El sostén de nuestros padres, el apoyo de un amigo, el aliento de alguien a quien admiramos o los propios recursos que nos hemos generado a largo de nuestra vida, nos han permitido cicatrizar nuestras heridas emocionales. Y sin embargo cada vez que vemos la marca, la cicatriz o alguien nos la señala, nuestro semblante se puede ensombrecer y nuestro corazón comprimir. A esto yo le llamo los traumitas. Podemos vivir con ellos, pero nos roban vitalidad, nos roban alegría, y muy sutilmente, impiden que nuestras relaciones sean mucho mejores. Al proceso de superar los traumitas se le ha llamado purificación, limpieza mental, limpiar las memorias, liberación emocional, desapego, etc. Y básicamente, consiste en lograr que la emoción (negativa) se despegue del pensamiento (recuerdo o expectativa), la perspectiva cambia y la tensión que quedaba se libera. La Meditación de la Atención Plena y EFT (y otros semejantes) son uno de los mejores recursos para lograrlo.

"Intenta sin esfuerzo, ir viviendo con la muerte, en un presente sin futuro" (Krishnamurti)

martes, 26 de octubre de 2010

YO NO SUEÑO

Con profunda convicción me respondió aquel hombre frente a mi. "Yo no sueño. Es más, estoy preocupado  porque esas gotas que me ha dado me están haciendo soñar"(se estaba refiriendo a las esencias florales que le había indicado).
Soñar, para muchos, es sinónimo de que la mente no está descansando, señal de malos presagios o, lo que es peor, algo raro e innecesario. Veamos si soñar es tan raro...

Todas las noches, al irnos a dormir, se activa un proceso que consta de tres momentos principales: sueño ligero, en la que estamos medio dormidos, medio despiertos. Es esa etapa en que, si estamos frente al televisor, "soñaremos" con una urraca parlanchina, por ejemplo (cualquier coincidencia es pura casualidad). Si continuamos sin ser despertados, pasaremos a un segundo momento, en la que se entra en un profundo descanso, al punto que si intentan despertarnos, será muy difícil hacerlo, y finalmente un tercer momento en el que realmente soñamos.  Y este ciclo se repite de cuatro a cinco veces ¡cada noche! Lo que significa que todos soñamos, y varias veces.

El que muchas personas no lo recuerden o lo olviden pronto más bien tiene que ver con dos razones (las más frecuentes): el ritmo acelerado de la vida nos hace entrar rápidamente en las preocupaciones del día y olvidamos lo que soñamos o, no valoramos, consideramos de poca importancia, el mensaje que guardan nuestros sueños. En ambos casos puede estar reflejándose un interés bajo por conocerse a sí mismo. Por ello, aludiendo al comentario inicial sobre las esencias florales, al utilizarlas se activa una mayor conciencia de sí mismo, necesaria para una más completa y profunda curación, y más fácilmente se pueden recordar (y a veces comprender) los sueños.

Si usted es de los que no los recuerda, pruebe decirse esto al momento de acostarse: "Mañana recordaré mis sueños". Y disponga de un tiempo para repasar lo soñado, escribir palabras clave que se lo recuerden ya entrado el día, y alguien con quien conversar para acercarse a su significado.

"Soñar no cuesta nada... sueña en Grande"

domingo, 24 de octubre de 2010

DETRAS DEL TOC (TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO)

Ella no paraba de pedir, de suplicar: "¿puedes volver a hacer lo que has hecho?, ¿puedes volver a repetir lo que has dicho?", o ella misma repetía lo que acababa de decirle. No podía mantenerse sentada, y parecía que quería salir de allí. Cuando podía evitar la irrupción de la obsesión (aquello que dominaba sus pensamientos) su discurso hablaba de un chico que le gustaba, con el que quería tener sexo. Un comentario nada raro en un adulto, pero rarísimo de oír en un adolescente, generalmente reservado de sus sentimientos e impulsos.

¿QUE hay detrás del TOC (en este caso)? ¿Por qué se rompen los límites del recato?

El TOC pone en evidencia un mecanismo de protección frente a la avalancha de sensaciones intolerables. La persona ha tenido que separar su cuerpo (sensación y emoción) de su cabeza (pensamiento), para tolerar dicha avalancha. Se suele tornar muy "racional", lo investiga todo, a todo le busca la lógica. Pero siente poco, su pensamiento se vuelve árido, su vida es poco vital (depresión), y si le preguntamos ¿cómo te sientes?, frecuentemente responden: "normal" (no saben si bien o mal). Como casi no sienten, pueden mencionar temas sexuales con facilidad, pero no hay emoción en ello (para la mayoría hablar de sexo involucra pudor, verguenza, culpa, emociones de regular intensidad). La Obsesión o la Compulsión se encargan de mantener distraída la persona. Distraída de la experiencia matriz, de aquello que interpreta como intolerable, el secreto inconfesable... Vivencias que raramente pueden ser evocadas concientemente porque suelen corresponder a etapas en que aún no se había desarrollado ni la razón ni el habla. El abuso sexual, el incesto real o imaginado, la sensación de la muerte próxima (si es que pensaron o intentaron abortarnos), son algunas de estas vivencias.

UN hombre que superó gran parte de su TOC lo resumió así: "Estoy mejor gracias a que he podido aceptar que hay aspectos oscuros, sucios, en mi, y que no me pertenecen del todo. Soy un ser humano imperfecto,y así me acepto."