lunes, 17 de mayo de 2010

Diagnóstico: "USTED NO TIENE NADA..."

Cuerpo y Mente suelen entenderse como cosas separadas, diferentes, incluso hasta opuestas. Hasta pueden llevarse al extremo absurdo, expresándose en una frase muy médica: "Usted no tiene NADA" -Pero, doctor, dice el paciente: "si yo siento esto, me duele aquello, cómo que no tengo nada". Y el hombre de blanco, muy convencido de sus conocimientos insistirá: "Sus análisis indican que usted NO TIENE NADA".

Detengámonos un ratito y analicemos la conversación anterior:
  • Si yo como paciente siento algo, me duele algo, eso quiere decir que TENGO ALGO.
  • Los análisis los da una máquina, que puede ser muy bonita, muy moderna, pero sigue siendo máquina. ¿Dónde quedaron los médicos que me decían "saque la lengua", que me pedían toser mientras oían mi pecho con el estetoscopio, los que apuntaban con un foquito mientras miraban mis ojos?
  • Y si aparentemente no tengo nada, ¿no sería oportuno descartar alguna dificultad emocional?
Ante unos examenes que no indican nada se tiene que hacer dos cosas: Pedir una segunda opinión o sospechar que el problema AUN está en el plano mental, que aun no se ha consolidado como enfermedad orgánica, que lo que siente el paciente es un conjunto de reacciones que el cuerpo usa para avisar que el nivel de estrés se está elevando demasiado.

Hace mucho que está claro que la gastritis, la hipertensión y el asma, por poner unos ejemplos, guardan estrecha relación con las emociones. Pero también síntomas como falta de aire, dolores de cabeza, hormigueo, están reflejando malestares emocionales. Así que la próxima vez que oiga decir "Usted no tiene nada", piense en su nivel de estrés, y en como bajarlo. Y si no puede sólo, busque ayuda psicológica.

El cuerpo siempre está hablando, por ello:


"aquel al que no se le escucha
tiene más bien tendencia a gritar que a callarse"
- Ginger y Ginger (1993) - 

jueves, 13 de mayo de 2010

Mala Suerte, Buena Suerte ¿Quién Sabe?

"Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los vecinos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él y lamentar su desgracia, el labrador les replicó: '¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?' Una semana después, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: '¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?'

Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: '¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?' Unas semanas más tarde, el ejército entró en el poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, lo dejaron tranquilo. ¿Había sido buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe? Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien. Y lo que parece bueno a primera vista puede ser realmente dañoso. Así pues, será postura sabia que dejemos a Dios decidir lo que es buena suerte y mala, y le agradezcamos que todas las cosas se conviertan en bien para los que le aman."

Anthony de Mello - Sadhana

sábado, 8 de mayo de 2010

Para ti, Negrita

YouTube - Las manos de mi madre

Mater nostra

Dicen que muchos bebés lo primero que dicen es Pá! Hay que mirar las caras de sus abnegadas madres entre la sorpresa y el desencanto de no haber oído un Má! Y sin embargo esto sugiere un verdadero motivo de orgullo para esa mamá. ¿No le ha pasado que cuando le han preguntado su número telefónico no lo ha recordado y a respondido -a modo de disculpa- "es que como yo no me llamo a mi mismo"? Pues como que con los pequeños pasa lo mismo: mamá es parte de ellos.

Mamá es calor, es arrullo, es el límite que me contiene, es el espejo que me hace saber que existo, es una gran teta que sacia mi hambre, mi sed y mis angustias. Ella es Yo y Yo soy Ella.

¿Cómo llamarla si está conmigo, si soy yo mismo?

A esto le llamamos Fusión Madre-Bebé, de la que poco a poco nos vamos desprendiendo mutuamente, saliendo en busca de ese Pá! , dejando la teta, yendo a la escuela, haciendo amigos, formando parejas, yéndonos de casa, dándole su lugar a nuestro consorte. Si para nosotros, hijos, es un proceso a veces díficil, para nuestra madre lo es tanto o más, porque ella nos llevó en su barriga 9 largos meses, nos tuvo en sus brazos chiquitos y frágiles, cuidó de nosotros más grandes pero dependientes, y nos vió adentrarnos en el mundo, aunque para ella seguíamos, y siempre seguiremos, siendo "su pequeño, su pequeña".

No importa donde estés, mamá, aquí, en mi corazón, tu siempre serás la grande y yo, tu pequeño.

FELIZ VIDA, MAMA

jueves, 6 de mayo de 2010

CUANDO EL CORAZON SANGRA

Uno de los grandes dolores que sufre el ser humano es la pérdida del amor. Hemos hallado a alguien “perfecto”, que nos gusta. Le entregamos nuestros sentimientos, nuestras ilusiones. Y un buen día… zas! la relación termina. Dice que ya no nos quiere, que “necesita tiempo para pensarlo”, o simplemente desaparece. Y el mundo se nos viene encima.

Es entonces cuando el corazón sangra No, no es poesía, realmente sentimos que nos han partido el corazón y el alma. Nos sentimos vacíos, que nos han quitado “algo”. Es natural llorar en estas circunstancias. Pero podemos tragarnos nuestras lágrimas, y luego se transformarán en enfermedades. O quedarnos en la pena, alimentando una depresión que lentamente se apodera de nosotros. Y un buen día nos decimos: “Voy a pasar la página”, y hacemos como que nos olvidamos y seguimos con la vida. Pero dentro nuestro corazón sigue sangrando…


Terminar una relación implica un luto, un duelo, que es un proceso de cinco aspectos:
  • Negación (“esto no me está pasando”);
  • Depresión (dejo de negar la realidad y eso me llena de tristeza);
  • Rabia (que permite tomar distancia de la pérdida. El peligro es quedarse en esta etapa y vivir con rencor);
  • Cicatrización (se recupera la Autoestima. Estamos dispuestos a dejar marchar al otro); y
  • Aceptación (reconocemos nuestra parte de responsabilidad. Valoramos lo bueno que nos aportó la relación y nos llevamos lo aprendido. Ya no hay dolor.

    El tiempo no es suficiente para curar las heridas emocionales. Podemos haber establecido alguna nueva relación, habernos casado, haber pasado meses o años, y sin embargo seguir anclados en el pasado, impidiéndonos nuestra plena felicidad ahora.

La Psicoterapia potenciada con las Esencias Florales (Flores de Bach, de California, etc.) puede resolver y ayudar a superar asuntos pendientes inclusive de muchos años, más rápidamente. Por ejemplo la esencia Holly nos ayuda a manejar la rabia y los celos; Honeysuckle a poder dejar atrás el pasado, con aceptación; Gentian nos devuelve el ánimo perdido; Bleeding Heart (Corazón Sangrante) nos dará la capacidad de cortar los lazos de una relación que ya fue. ¡Y nuestro corazón será otra vez libre para Amar!