jueves, 9 de enero de 2014

Vivir desde la respuesta

Vivir desde la respuesta o vivir desde el resultado tiene que ver con vivir u orar como si ya ha ocurrido. Como menciona Braden (p. 102): “Una afirmación u oración exitosa se basa en sentir que el resultado ya se ha producido, que la curación ya se ha llevado a cabo. La gratitud por lo ocurrido hace que creemos los cambios que plasman ese sentimiento en nuestra vida”.

Un niño, que oyó de esta actitud a Neville Goddard (mistico del siglo XX), le dijo: “Sé lo que quiero y sé cómo conseguirlo”. ¿Y qué es lo que quieres? Le preguntó Neville. El niño le contestó: “quiero un perrito, así que cada noche, al irme a dormir, voy a hacer como que tengo un perro y que lo saco a pasear”. Este niño no sólo lo hizo así, sino que estaba convencido que así ocurriría, con el pensar y el sentir. Y así ocurrió, aunque de inicio no había probabilidades de que así fuera.

“La naturaleza es holográfica y usa este principio para compartir información y realizar rápidamente cambios significativos, como mutaciones curativas del ADN. De modo que tanto si dividimos el universo en galaxias, los seres humanos en átomos o los recuerdos en fragmentos, el principio involucrado sigue siendo el mismo: cada parte refleja la totalidad, sólo que a una escala menor”. O, visto de otra manera, el Universo es redundante, fractálico. En cada parte se expresa la totalidad; en un fragmento de un discurso, de un sueño, de un recuerdo, se halla la clave importante, la llave maestra.