Mira
detenidamente en tu interior ¿Existe algún rastro, por pequeño que sea, de
resentimiento o de mala disposición? Si lo hay, obsérvalo tanto a nivel mental
como emocional. ¿Qué pensamientos crea tu mente en torno a esa situación? Después
observa la emoción, que es la reacción corporal a esos pensamientos. Siente la
emoción ¿Te resulta agradable o desagradable? ¿Es una energía que elegirías tener dentro de ti? ¿Tienes
elección?
Quizá
se están aprovechando de ti, tal vez
estás haciendo un trabajo tedioso, quizá alguien cercano a ti es deshonesto,
irritante o inconsciente, pero todo eso es irrelevante. Es indiferente que los
pensamientos y las emociones que te provoca esa situación estén justificados. El
hecho es que te estás resistiendo a lo que es.
Estás convirtiendo el momento presente en un enemigo. Estás creando
infelicidad, conflicto entre dentro y fuera…
Cuando
digo que “el tiempo es una ilusión”, no tengo intención de postular un
principio filosófico. Simplemente te estoy recordando un hecho muy simple (…). Permíteme
repetirlo otra vez: el momento presente es lo único que tienes. Nunca hay un momento
en tu vida que no sea “este momento” ¿No te parece que esto es un hecho?
Centra
tu atención en el ahora y dime qué problema tienes en este momento. (No
el problema que “te espera” más tarde, ni el problema “que arrastras” del pasado,
ahora, en este instante ¿qué problema tienes?).
(El
apocalipsis y otras historias y parábolas) …no tienen que ver con el fin del
mundo (material) sino con el fin del tiempo psicológico (es decir, con el fin
de “mi” mundo, de mi forma de percibir habitual. Por eso el Credo católico
reza: “creo en la resurrección de la carne”, es decir, tras el fin de mi mundo,
mi cuerpo, la relación con mi cuerpo, también se transforma). Por eso se dice
que Jesús ascendió al cielo (cambió su conciencia) en cuerpo y alma.
Algunos
se enfadan cuando me oyen decir que los problemas son ilusorios…Durante muchos años
han definido inconscientemente su identidad en función de sus problemas o
sufrimientos ¿Quiénes serían sin sus problemas? (esta es la identidad de “víctima”,
soy alguien por mi sufrimiento).
“Ama
a tus enemigos“, ha dicho Jesús, lo que por supuesto significa “no tengas enemigos”,
(Porque si amas a tus enemigos, ¡ya no son tus enemigos!).