jueves, 5 de febrero de 2015

Orígenes de la Necesidad del Contacto Físico

Los estudios de Harlow* en monos pequeños (usando madres artificiales) demostró que los primates se apegan a sus madres, en primer lugar, en función de la suavidad de su piel. De manera secundaria, surgía la lactancia (oralidad), el calor y el efecto de ser mecido. En algunos casos, el calor tuvo preponderancia sobre la suavidad, lo que nos debe hacer pensar en diferencias surgidas en la gestación. El contacto que buscan muchos niños al tocar a sus madres (pechos, lóbulos, cabellos) está lejos de ser de naturaleza sexual, y parece cumplir la satisfacción de sentir otra vez a la madre acogedora.

Por ello Bowlby sugiere que el primer estadío del desarrollo psicosexual freudiano, más que centrarlo en lo Oral se centraría en el Apego, por lo que podría llamársele "Cutánea", entendida como contacto piel-piel, agarrarse, prenderse. Pues, tras improntarse el ave o mamífero con su madre o su sucedáneo, le sigue a donde vaya. Cuando no está la busca y la llama con el mayor desconsuelo. Este fenómeno también es notorio en el bebé humano y es lo que suele llamarse "angustia de separación", que suele desaparecer en cuanto se restablece el contacto con la madre.

Las crías de los mamíferos se agarran a los pelos de su madre para encontrar una doble seguridad física y psíquica. La desaparición casi completa de pieles sobre la superficie del cuerpo humano facilita los intercambios táctiles primarios significativos entre la madre y el bebé y prepara el acceso de los humanos al lenguaje y a otros códigos, pero hace más aleatoria la satisfacción de la necesidad de agarramiento en el niño pequeño.

Winnicott (citado por Anzieu, p. 38) nos habla de la psicopatología del apego: "si la carencia sobreviene antes de que el bebé se haya convertido en una persona, provoca la esquizofrenia infantil, los trastornos mentales no orgánicos y la predisposición a trastornos clínicos mentales posteriores; si la carencia engendra un traumatismo en un ser lo bastante evolucionado como para considerarse susceptible de resultar traumatizado, produce la predisposición a trastornos afectivos y a tendencias antisociales; si sobreviene cuando el niño quiere conquista su independencia, provoca la dependencia patológica, la oposición patológica y las crisis de cólera."

"El apego de la madre al niño se modifica a medida que éste crece, pero la reacción de desconsuelo cuando lo ha perdido no varía. El niño soporta ausencias cada vez más largas de la madre, pero sigue trastornándose dela misma forma si no viene en el momento en que le espera. El adolescente conserva esta reacción interiorizándola, porque tiende a escondérsela a los demás, incluso a sí mismo."  (madre interna). (p. 37)

Anzieu refiere que aquellos niños que tempranamente han sufrido enganchamientos excesivos y desenganchamientos bruscos e imprevisibles de forma repetida, luego presentan la llamada Personalidad Límite: personas que no están seguras de lo que sienten, más preocupados por lo que suponen que son los deseos y los afectos de los demás, viven sin mayor proyección de futuro y se comunican en forma de narración; no tienen la disposición para aprender por la propia experiencia, les cuesta desengancharse de las ideas, desarrollar un verdadero pensamiento abstracto; permanecen pegados a las sensaciones y a las emociones en su vida mental Temen la penetración, ya sea la de la vista o la del coito genital.

Referencia:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.

*Este video nos muestra los experimentos de Harlow