viernes, 6 de febrero de 2015

El Yo-Piel

"La piel mantiene el equilibrio de nuestro medio interno contra las perturbaciones exógenas, pero en su forma, textura, coloración y cicatrices, conserva las marcas de esas perturbaciones. A su vez, este estado interno que ella debe preservar, en gran parte lo muestra externamente; a los ojos de los demás es un reflejo de nuestra buena o mala salud orgánica y el espejo de nuestra alma. A su vez, también, esos mensajes no verbales emitidos espontáneamente por la piel son intencionadamente desviados o invertidos por los cosméticos, el bronceado, las pinturas, los baños e incluso por la cirugía estética" (p. 28).

"El Yo-piel se encuentra en el origen de la envoltura táctil, forrada por una envoltura sonora y por otra gustativa-olfativa. Las envolturas muscular y visual son más tardías" (p. 233). Como "toda actividad psíquica se apoya en una función biológica"... el Yo psíquico se apoya en el Yo corporal que le antecede, y éste, a su vez, en las funciones que cumple la piel. ..."Señalo aquí tres de estas funciones:
  1. Es el saco que contiene y retiene en su interior lo bueno y lo pleno que la lactancia, los cuidados y el baño de palabras han acumulado dentro de él.
  2. Es la interfaz que marca el límite con el afuera y lo mantienen en el exterior, es la barrera que protege de la penetración de las avideces y agresiones que provienen de los demás, seres y objetos.
  3. Al mismo tiempo que la boca, y por lo menos tanto como ella, es un lugar y un medio primario de comunicación con el prójimo y de establecimiento de relaciones significantes; es además, una superficie de inscripción de las huellas que ellas dejan".
En nuestra piel y cuerpo están inscritas nuestras experiencias
Con este origen epidérmico y propioceptivo, el Yo hereda la doble posibilidad de establecer barreras (que se convierten en mecanismos de defensa psíquicos) y de filtrar los intercambios (con el Ello, el Superyó y el mundo exterior). Según mi criterio, si la pulsión de apego está pronto y suficientemente satisfecha, aporta al lactante la base sobre la cual puede manifestarse lo que Luquet (1962) ha llamado el impulso integrador del Yo. Consecuencia ulterior: el Yo-piel proporciona la posibilidad del pensamiento". (p. 51)

Tomado de:
Anzieu, D. (1998, 1974). El yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Luquet, P. (1962). Les Identifications précoces dans la structuration et la restructuration du Moi. Rev. Franc. Psychoanal., 26, p. 197-301.