viernes, 20 de febrero de 2015

Enfrentar los problemas

Los padres suelen menospreciar, restarle valor, a los problemas de sus hijos. Hay cuatro maneras de menospreciar los problemas (p. 25):
  1. Menospreciar el problema mismo.
  2. Menospreciar su importancia.
  3. Menospreciar la posibilidad de solucionarlo.
  4. Menospreciar nuestra propia posibilidad de ayudar a solucionarlo.
Vamos a suponer que un niño de diez años no recibe invitación a una fiesta que ofrece el niño vecino. Este es un problema importante para él, pero su padre podría menospreciarlo diciendo:

(1) "Tienes otras distracciones, olvídate de eso".
(2) "No te preocupes tanto por eso, no vale a pena".
(3) "Nadie lo puede obligar a invitarte".
(4) "Lamento que no te hayan invitado, pero no puedo remediarlo".

Una vez me llamó urgentemente la maestra del colegio de mi hijo de seis años, que estaba en primer grado, para decirme que su conducta era "sexualmente incitante". Me apresuré a ir a la escuela ¿qué podría haber hecho? "vea por sí misma", me dijo la maestra, "su camisa está desabotonada todo el tiempo". Y ciertamente estaba sucediendo. Las camisas que yo le había hecho a mi hijo eran demasiado grandes y se desabotonaban fácilmente. Era poco probable que la maestra aceptara una explicación tan sencilla, así que le dije que haría algo al respecto. Y lo hice: achiqué los ojales y me reí. Si unos minutos con la aguja podían evitar al niño caricias negativas por parte de la maestra, bien valía la pena. (p. 63)

Tomado de James (1979, p. 64)
Tomado de:
James, M. (1979). ¿Qué hacemos con ellos ahora que los tenemos? Bogotá: Fondo Educativo Interamericano.