lunes, 23 de febrero de 2015

Hablar a los niños de la muerte

Si el tema es la muerte -de un pariente, padre, abuelo, amigo o hasta de un animal doméstico querido- es muy importante lo que le ha de decir al niño. por ejemplo, no diga: "Dios se llevó a la Abuelita" pues esto puede infundir miedo de Dios. Diga más bien: "Abuelita es como un carro que se desgastó tanto que no pudo andar más, porque estaba muy vieja". Si ha muerto un animal querido, no le diga: "Mañana te compraré otro". Dígale: "Yo sé que estás muy triste".

Si el niño asiente, dígale: "Vamos a hacerle un funeral para que digas lo que sientes y te despidas".

Cuando una persona tiene la experiencia de perder un ser querido -por muerte, abandono o divorcio- hay una labor de duelo que hay que hacer. Los mayores tienen que hacerlo al igual que los niños.

Tomado de:
 James, M. (1979). ¿Qué hacemos ahora que los tenemos?  Bogotá: Fondo Educativo Interamericano, p. 67s.
 

viernes, 20 de febrero de 2015

Amor sexual en la pareja

El Ananga Ranga es un tratado sobre la sexualidad y el amor de pareja. Fue escrito hace unos quinientos años. El texto siguiente está lleno de sabiduría y es con lo que cierra el libro. 

"El principal motivo de la separación y la causa que impulsa al marido a los brazos de otras mujeres y a la esposa a los de otros hombres, es la necesidad de placeres variados y la monotonía que sigue a la posesión. De esto no existe la menor duda. La monotonía es la madre del hastío, y éste acarrea la repugnancia por la cópula, tanto en uno como en otro. Se conciben pensamientos maliciosos, el marido o la mujer ceden a la tentación y el otro sigue a impulsos de los celos. Muy raras veces ocurre que los dos se amen mutuamente con idéntica intensidad, por lo que uno se deja seducir por la pasión mucho más fácilmente que el otro. De esas disensiones surgen o se producen la poligamia, el adulterio, los abortos y toda clase de vicios y no sólo ambos cónyuges caen en un lodazal, sino que, además, arrastran tras de sí el venerado nombre de sus antecesores muertos, del lugar en que se encuentran los mortales beatificados al infierno o bien de nuevo a este mundo.
Al comprender claramente el modo cómo surgen tales disputas, he presentado en este libro cómo el marido, dándole variedad al goce de la esposa, puede vivir con ella igual que si se tratase de treinta y dos mujeres diferentes, para evitar, de manera definitiva, el sentimiento de hastío y de saciedad.

Asimismo he enseñado toda clase de artes y de misterios útiles por los que la esposa se puede hacer pura, hermosa y agradable a los ojos del marido."

Kalyana Malla (1993, s. XVI a.C.). ANANGA RANGA. Barcelona: Ediciones 29.

Relación entre lo psicodinámico y lo social según Kardiner

Los aportes de Sigmund Freud a la comprensión del funcionamiento psíquico no nos deben dejar pasar por alto que dicho devenir psíquico, o dicho de otra forma, la actualización de viejos programas, siempre se da en un marco cultural. Gran parte de lo dicho por Freud sería válido para sus pacientes: vieneses de clase media de la época  victoriana. Los estudios de Malinowsky (1927) y de Mead (1928) en otras culturas, mostraron la relatividad del Complejo de Edipo y de la etapa de latencia, por lo menos tal como se les entiende usualmente. Los psicólogos del Yo, en base a estas investigaciones, se orientaron a una visión más social en la configuración psíquica, aunque perdieron de vista la preeminencia del Ello.

Abram Kardiner, uno de los psicoanalistas que abandonó la teoría de la libido para centrarse en las influencias del medio, desarrolló durante la década del 1930 un fructífero intercambio entre antropólogos y psicoanalistas, lo que desembocó en una investigación en la isla de Alor (Indonesia).

Kardiner concluye que las frustraciones infantiles son el resultado de pautas de crianza culturalmente moldeadas, las que movilizan actitudes defensivas y estimulan procesos de sustitución o compensación que pueden, y suelen, continuar en la vida adulta.

De estas experiencias culturalmente en común, Kardiner denominaría a los elementos de personalidad que comparten miembros de una misma sociedad, "personalidad básica".

El mismo autor considera que existen dos tipos de instituciones sociales:
  • Las Instituciones primarias, responsables de la formación de la personalidad básica. No elaboró ninguna lista con estas instituciones porque creía que adoptaban distinta forma en cada sociedad, pero pueden ser la organización de la familia, formación del grupo interno, alimentación, destete, solicitud o descuido con los niños, entrenamiento sexual, pautas de subsistencia.
  • Las Instituciones secundarias o “sistemas proyectivos” serían los sistemas de tabú, religión, rituales, que satisfacen las necesidades y mitigan las tensiones creadas por las primeras.

"La detallada aplicación de los conceptos de Kardiner a la comprensión de la interacción entre la personalidad y sociedad implica:

  1. la identificación de situaciones claves y de instituciones sociales primarias que ejercen influencia en la formación de la personalidad;
  2. una teoría psicodinámica acerca de la manera en que las experiencias culturalmente específicas de frustración y gratificación, en esas situaciones claves, provocarán el desarrollo de específicas estructuras de defensa y de control, originando una ""personalidad básica"" en los miembros de una sociedad determinada;
  3. una teoría psicosocial acerca de la manera en que las exigencias y características de la personalidad básica, que derivan de las experiencias del niño en las instituciones sociales primarias, moldearán las instituciones secundarias de la sociedad y presionarán sobre éstas;
  4. una teoría sobre la manera en que los problemas específicos de adaptación a los ambientes físico y social, en interacción con la personalidad básica de sus miembros y con sus instituciones sociales existentes, influirán en el futuro desarrollo de estas últimas (incluyendo aquellas que afectan la práctica de crianza) y en la capacidad de la sociedad para enfrentarse con ambientes en proceso de cambio" (p. 158, Deutsch & Krauss).

Deutsch & Krauss citan a Kardiner (1963) en su resumen del estudio sobre los alorenses:
El trato que se da a los niños en Alor puede caracterizarse como negligente e incongruente. Si lo observáramos en nuestra sociedad, pensaríamos que ocasionaría serias perturbaciones en la integración del individuo... son desconfiados, suspicaces y ansiosos. Carecen de confianza y autoestima. Son cobardes y faltos de agresividad, pero roban a sus vecinos recurriendo a la mentira, el fraude y ardides astutos. Son incapaces de mantener una verdadera relación amorosa o amistosa. Su capacidad para manejar el mundo externo o disfrutar de él es limitada. La aparición de estos rasgos como herencia común de los alorenses no nos sorprende, ya que conocemos las primeras experiencias de estos nativos con sus padres y con el ambiente. Pero lo que es más interesante y constituye una auténtica contribución a nuestro conocimiento de los procesos culturales, es observar que estos rasgos se reflejan en toda la estructura social de la cultura.
Este reflejo en toda la estructura se evidencia en el folklore, donde "el tema más común es la frustración causada por los padres y el odio. En una fábula, por ejemplo, una madre pide a su niño  que vaya a buscar agua con un recipiente cuyo fondo ha perforado deliberadamente. Mientras el niño trata inútilmente de llenar el recipiente, los padres lo abandonan. Años más tarde, en la boda del hijo, los padres reaparecen y se les obsequia recipientes de comida llenos de excrementos.

En su religión no hay idealización de la deidad. Esta no posee gran poder benéfico y por ende no se le aplaca con la esperanza de obtener recompensas y beneficios. Los sacrificios se le ofrecen de mala gana y con resentimiento, y solamente en casos de emergencia. No existe un concepto de la clemencia y no hay acumulación de virtudes como una forma de seguridad. El único tema alentador que aparece en la religión, el mito y el folklore de Alor se refiere a Seres Buenos sobrenaturales que otorgan favores de manera caprichosa y no a pedido. Siempre son (lo que resulta bastante significativo), totalmente extraños para aquellos a quienes ayudan." (p. 159)

Aquí hay una estructuración a esperar lo peor de la vida y, en su forma compensada socialmente, una exagerada valoración del status y la riqueza, como manera de reforzar la autoestima.

Kardiner propuso ""la tesis de que las frustraciones persistentes producen tensiones internas que requieren la elaboración de lo que denominó "sistemas proyectivos", como la religión y el folklore, que adquieren su carácter distintivo en una determinada cultura presumiblemente porque las concepciones que se desarrollan como resultado de experiencias infantiles son llevadas a esos sistemas o proyectadas en ellos"" (ídem).

También destacó que una adecuada caracterización de las relaciones recíprocas entre las instituciones sociales y la personalidad requiere la adquisición de tres cuerpos de conocimientos relacionados:

  1. una comprensión de los problemas de adaptación que ha enfrentado la sociedad;
  2. una comprensión de los procesos homeostáticos que operan en ella para mantener su funcionamiento como tal;
  3. una comprensión de la ""personalidad básica"" que resulta de las particulares pautas homeostáticas particulares de una sociedad determinada.
Referencias:
Deutsch, M.; Krauss, R. (1970). Teorías en Psicología Social. Bs. As.: Paidós.
Kardiner, A. y Preble, E. (1963). They Studied Men. NY: New American Library, p. 218ss.
UNED. Historia de la Antropología: Abran Kardiner. Tomado de:  http://perso.wanadoo.es/teresapastor/antrop/autores/kardiner.htm

Primer año de vida. Modelo de crisis vital

Fernández Mouján propone el acceso al campo originario, al inconsciente natural, como experiencia creativa que permita afrontar las crisis, entendidas como puntos de quiebre para el yo, que necesita desidentificarse y eventualmente retomar identificaciones flexibilizadas. Emplea el primer año de nuestra vida como modelo de la vivencia de las crisis.

LOS MOMENTOS EN LA CRISIS VITAL.
"El bebé recién nacido aún no tiene nociones de afuera-dentro. No hay límite en su cuerpo inmaduro, donde la mielinización neuronal aún no llegó a la superficie (a los tres meses estaría en condiciones de registrar la diferencia entre interno y externo.)" Si aún no hay un Yo plenamente formado, ¿como quién me vivencio durante estos primeros tres meses de vida? (y aún antes) -se pregunta Fernández. Y se responde: A través de un "mi" o "sí mismo" (self), sujeto de experiencia singularizado dentro de un campo participativo, inscrito en una identidad grupal que no es otra que la familia, un "nosotros" dador de identidad. El neonato existe como co-partícipe, registrando en su "cuerpo vivo" (incluyente de su madre y otros) las experiencias sensoriales a su unidad que no hace distinción de cuerpo y mente. De este registro dará cuenta en el futuro, transformando la in-formación en formas (objetos, imágenes).

En un primer momento tras su nacimiento, el bebé se encuentra en un estado de "identidad grupal" o "contexto de creación", orientándose "por lo vivido como pura información, encontrando un sentido y creando holísticamente su mundo. Aún no hay percepción de "objetos" ni se ha desarrollado la identidad del yo, viviendo en una simbiosis dinámica con la madre. La especularidad durante este periodo simbiótico normal no es visual sino de índole vivencial, e intervienen todas las sensaciones. Este es un momento mítico originario, que no da cuenta del origen de un niño sino del significado de la vida para el hombre. En él mora lo desconocido en sí, lo real, donde aún no hay palabras, sólo vivencias que darán vida a las palabras y a todas las formas. Éste es, pues, el contexto de creación del cual se sale con el acto creador. (p. 286s)

Cuando llega al tercer mes, puede diferenciar el afuera del adentro (segundo momento de la crisis vital) y empieza a vislumbrar o percibir parcialmente (M. Klein) un mundo externo objetal sobre el cual ilusoriamente despliega sus fantasías, las que orientarán las pulsiones tras la satisfacción en la descarga. Para evitar las frustraciones, el Yo incipiente transcurre dentro de una estructura narcisista, y convertirá el mundo objetal en su imagen idealizada, suponiendo externo lo negativo.

En este momento del primer año de vida el cuerpo originario empieza a objetivarse como esquema corporal, posible por cierto grado de identificación a partir de las sensopercepciones puntuales sobre las cuales el bebé construye su mundo de fantasías... La diferenciación entre cuerpo vivo y anatómico coincide con la diferenciación identidad grupal e identidad del yo, mundo vivido y mundo representacional (escasamente percibido), experiencia de satisfacción y experiencia de participación (en esta última anhelamos el ser, no deseamos objetos).

Este proceso de individuación y separación se sustenta por el proceso simultáneo que la madre va realizando, de ir frustrando el narcisismo infantil, al ir demorando la satisfacción de necesidades o delegándolas a otras personas. Este proceso de "narcisación" tiene su desenlace en la estructura edípica que supone la apertura a un "tercer objeto" (el padre) que nos abra a todos los demás (tercer momento de la crisis vital). El yo narcisista como sujeto se debilita, y se fortalece el yo sujeto de las relaciones, fomentando la sublimación. (p. 31s)

"La identidad del yo se va realizando en el curso de la historia personal y proporciona un sentimiento de unidad, mismidad y continuidad con todos los hechos significativos (conscientes o no). Estos sucesos tienen un correlato en la fantasía, que ayuda a explicar ilusoriamente todos los enigmas de la realidad personal. Esta forma elaborativa de la relación con las cosas y de dominio de la realidad se convierte en una forma de ser, la cual se encuentra determinada por estas representaciones dinámicas (estructuras de un sistema) o fijada por la represión o la rigidez ideológica social.
Cuando tenemos una crisis, buscamos en estas estructuras fijas o dinámicas, inconscientes, el fundamento para explicar el porqué de lo que sucede". (p. 26)

La crisis es una "oportunidad" para revivir un momento originario vital, momento que se manifiesta en muchas circunstancias vitales, pero que se da por antonomasia en el parto, donde se sale a poner "formas" a la in-formación (lo que está en formación, lo que se está formando) hasta ese entonces recibido.

"El conocimiento de uno mismo no termina en la historia oculta (que es importante) y su resignificación (que es más importante aún) sino en la "conciencia acrecentada" que como "ser" tenemos cuando nos "abrimos" al constante emerger de un mundo donde la vida fluye y el hombre tiene la oportunidad de trascenderse. Un hombre que anhela más de sí mismo, no tanto de los objetos que le satisfagan. No son importantes el control, la posición ni la seguridad de las relaciones, sino la búsqueda de un sentimiento de identidad en resonancia con el destino de todos.

Es por ello, a nuestro entender, que las crisis vitales más allá de sí son accidentales o evolutivas; constituyen acontecimientos que podemos provocar en cualquiera circunstancia de la vida. La decisión de abrirnos a la cultura viva conlleva una ardua tarea que la razón y los sistemas sociales imperantes dificultaron ya que éstos, ante todo, buscan el dominio y la estabilidad. La vida es inquietante como el devenir; sabe que todo fluye cuando no "dominamos". La tarea del yo, pues, consistirá en ajustarse a la realidad interna y externa desde la libre autosuperación." (p. 36s)

"Al profundizar la teoría de la crisis vital, se llega a la conclusión de que su momento culminante es cuando el yo logra desidentificarse de todo objeto ("queda suspendido") y alcanza el estado "participativo" desde un sujeto que libremente vivencia la experiencia sin fronteras, al lograr una identidad grupal donde el espacio medible desaparece. Vivenciar esta experiencia nos permite intuir un tiempo de adviento, que no viene de un pasado sino de una fuerza vital generada desde un inconsciente cultural que informa una conciencia ampliada. Luego, al ceder este momento culminante, reaparece el yo orientado por el símbolo vivo que da cuenta de lo vivido, y de la transformación de las relaciones con los objetos" (p. 53)

"Primero somos grupo (un nosotros) luego somos yo (narcisista); finalmente, un yo-en-relación".

Para ver otros aspectos de la propuesta de Fernández Moujan: psicología y física cuántica (1)

Referencia:
Fernández Mouján, Octavio (1994). La Creación como Cura. Buenos Aires: Paidós.

Enfrentar los problemas

Los padres suelen menospreciar, restarle valor, a los problemas de sus hijos. Hay cuatro maneras de menospreciar los problemas (p. 25):
  1. Menospreciar el problema mismo.
  2. Menospreciar su importancia.
  3. Menospreciar la posibilidad de solucionarlo.
  4. Menospreciar nuestra propia posibilidad de ayudar a solucionarlo.
Vamos a suponer que un niño de diez años no recibe invitación a una fiesta que ofrece el niño vecino. Este es un problema importante para él, pero su padre podría menospreciarlo diciendo:

(1) "Tienes otras distracciones, olvídate de eso".
(2) "No te preocupes tanto por eso, no vale a pena".
(3) "Nadie lo puede obligar a invitarte".
(4) "Lamento que no te hayan invitado, pero no puedo remediarlo".

Una vez me llamó urgentemente la maestra del colegio de mi hijo de seis años, que estaba en primer grado, para decirme que su conducta era "sexualmente incitante". Me apresuré a ir a la escuela ¿qué podría haber hecho? "vea por sí misma", me dijo la maestra, "su camisa está desabotonada todo el tiempo". Y ciertamente estaba sucediendo. Las camisas que yo le había hecho a mi hijo eran demasiado grandes y se desabotonaban fácilmente. Era poco probable que la maestra aceptara una explicación tan sencilla, así que le dije que haría algo al respecto. Y lo hice: achiqué los ojales y me reí. Si unos minutos con la aguja podían evitar al niño caricias negativas por parte de la maestra, bien valía la pena. (p. 63)

Tomado de James (1979, p. 64)
Tomado de:
James, M. (1979). ¿Qué hacemos con ellos ahora que los tenemos? Bogotá: Fondo Educativo Interamericano.

Ser padrastro o madrastra

Eric Berne ya nos hacía ver que al casarse ambos novios llegan con un contrato secreto: "Yo te curaré... de tu alcoholismo, tu mal carácter", etc.; o: "yo me haré de la vista gorda a cambio que no me abandones," o etc.

Cuando nos abrimos a la posibilidad de un nuevo matrimonio el contrato secreto puede incluir un "espero que reemplaces (o no) al padre/madre de mis hijos". Sin embargo hay que recordar que la persona es irremplazable, sólo podrá serlo la función parental  y en la medida que no haya otra alternativa (muerte, incomunicación, desconexión con la realidad).

Entonces, cabe hacerse las preguntas: ¿Me conviene este hombre, esta mujer, como padre/madre de mis hijos? ¿O como padrastro /madrastra para mis hijos? (aunque la palabra está muy contaminada, encierra una maravillosa oportunidad: ser un padre o madre estrella o espiritual, padre-astro, madre-astral).

Citando a James (1979, 101s): "Primero, escuche a esta persona cuando habla de los niños ¿Es irónico, frío, amargo, comprensivo, respetuoso, cariñoso? Fíjese en sus relaciones con sus propios hijos y cómo se desenvuelve con ellos. Piense si "los suyos y los míos" se van a entender bien. si se fija bien, observará qué clase de padre es.

Luego, evalúese como posible padrastro o madrastra: ¿le cayeron bien esos niños? Si no le gustaron, van a ser todos muy desgraciados. Será criticón, impaciente, envidioso, celoso o furioso. Aunque los padres e hijos peleen, o no se lleven bien, existe un vínculo más fuerte que el accidental, y no tolerarán que los critique un "extraño" que puede ser usted. Va a tener que ganarse el amor y aprecio de esos niños, y probar que es confiable, pronosticable y no una veleta irracional. Tendrá que trabajar duro en esto pues los niños quieren ver lo bueno de sus propios padres ante todo; y usted representa una amenaza. Por lo tanto, camine suavemente, y cuando dé consejos, camine como sobre huevos. Deje que la disciplina sobre tareas escolares, hogareñas, vestuario, dinero, etc. queden en manos de su padre o madre verdaderos."

Como nos dijera Bert Hellinger, el segundo compromiso hará bien en respetar a la primera esposa o esposo, y recordar su lugar de segundo. Esto es un hecho. No es un respeto a la persona y sus acciones, sino a su lugar y su función. ¿Cómo respetar a los hij-astros sin respetar a sus padres? ¿cómo podrán ellos respetarte a ti si tú no respetas a sus padres? Es una cuestión de Orden, de los órdenes del Amor (cuidado, no son LAS, sino LOS órdenes del Amor, de estar ordenado, en el lugar que a cada quien le corresponde).

Sólo entonces, la palabra padrastro, madrastra, podrá recuperar su brillo, y dejarán ser los ogros y brujas del cuento para recuperar el sitial de leñadores y hadas madrinas.

Referencias:
Hellinger, B. (2007). El manatial no tiene que preguntar por el camino. Buenos Aires: Alma Lepik.
James, M. (1979). ¿Qué hacemos ahora que los tenemos? Bogotá: Fondo Educativo Interamericano.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Enseñando a dar Caricias Positivas

"Todos los padres necesitan ejercer influencia en sus hijos y sus instrucciones tienen por lo menos cuatro interpretaciones:
  • Lo que los padres aclaran como el verdadero significado.
  • Lo que en realidad están diciendo.
  • El significado literal.
  • Lo que creen los hijos que ellos están diciendo.
Pongamos un ejemplo. El padre dice: "No le des golpes a tu hermanita".
  • Papá y mamá aclararían que esto tiene un significado general: "No maltrates a tu hermanita".
  • Podría realmente significar: "Quédate quieto".
  • Un niño puede interpretar así la orden: "Dijeron que no le pegue a mi hermanita; pero no me dijeron que no le dé un puntapié".
  • O el niño puede comprender el mensaje implícito: "Quédate quieto", o podrá esperar que papá y mamá estén lejos y no puedan oír y luego pegarle a la hermanita.
Otro ejemplo de prohibiciones es: "No juegues con los niños de la casa de enfrente". El niño puede interpretar la orden como de "no jugar", pero nadie le ha prohibido que pelee con ellos.

Por esto es más seguro utilizar oraciones positivas en lugar de oraciones negativas. Diga: "Las galletas se comen después del almuerzo; te puedes comer una zanahoria o una manzana antes del almuerzo".

Diga: "Tú eres mayor que tu hermanita y más fuerte que ella, trátala con suavidad". (p. 29)

Reuniones Familiares de Caricias Positivas

Para asegurarse el flujo de caricias positivas y el evitar el aumento de las negativas, o de las llamadas "indirectas", algunas familias implementan reuniones, que pueden sistematizarse de la siguiente  manera:
  • Sesiones de veinte minutos para aclarar resentimientos e intercambiar reconocimientos.
  • El procedimiento es que cada quien verbalice sus resentimientos y los demás escuchan sin interrumpir. Cada uno habla directamente con el otro, no del otro (no como si la persona involucrada no estuviera presente). "Me enojó lo que hiciste" en lugar de "Me siento mal por tu culpa", o peor aún "Mamá, la Betty es mala, por su culpa me duele la cabeza" (como si Betty no estuviera a su lado escuchándola). Esto ayuda a salir del juego psicológico llamado Tribunales, desarrollando responsabilidad y búsqueda de soluciones ganar-ganar (a diferencia del "yo gané, tú perdiste, jajaja").
  • Luego cada uno expresa sus sentimientos de aprecio para con los demás.
  • Luego viene la discusión del resentimiento y sus aclaraciones.
Escuchar a los hijos, escuchar sus palabras y los sentimientos que hay detrás de ellas, es una de las mejores caricias que se pueden dar. Escuchar es decir: "Te veo, te oigo, respeto tus ideas y te respeto a ti". Cada quien habla, cada quien escucha, todos reciben buenas caricias. (p. 37)

Adaptado de:
James, M. (1979). ¿Qué hacemos con ellos ahora que los tenemos? Bogotá: Fondo Educativo Interamericano.

martes, 17 de febrero de 2015

Dar y Recibir Caricias Positivas

Las Caricias son un concepto que propuso Berne para explicar que todos necesitamos sentirnos vivos y para eso requerimos estimulación: de afecto, contacto físico, miradas y palabras. "Caricia" no significa sólo lo agradable, también incluye lo desagradable, a condición que nos permite saber que estamos vivos. Por eso muchas personas prefieren vivir en el maltrato que separarse, en la creencia que no encontrarán nadie más y mejor.

Muriel James nos comparte su experiencia de cómo cambió su relación con su madre:

"Mis padres eran muy cariñosos y responsables, pero no preguntaban nunca como me sentía, sino más bien pensarían que me sentía como ellos creían. No acostumbraban dar caricias.

Hace algún tiempo mi Adulto resolvió que esto no es un buen sistema de educar a los hijos. Mi estado del Yo Niño influyó en mi Adulto para llegar a esa decisión. Todos los Niños, incluyendo el mío, quieren que les pregunten como se sienten, y que los acaricien. Empecé a preocuparme más de los sentimientos de la gente, daba caricias a mis hijos frecuentemente y busqué amistades cariñosas y demostrativas, además de intelectualmente estimulantes.

Al principio esta nueva actitud se me hizo muy difícil, pero luego se hizo automática en mí, y formó parte del Nuevo Padre en mi estado del Yo Padre. Esto agradaba a mi Niño y mi Adulto pensaba entonces, y sigue pensando, que es mejor así. 

Yo probé este sistema con mi propia madre. Estaba en el hospital con una influenza grave. Nuestras relaciones habían sido siempre amistosas pero un poco frías. Pensé utilizar mis nuevas luces para eliminar las tensiones existentes y aumentar el cariño. Mi Adulto hizo un plan y lo siguió.

Al principio la visitaba por minutos varias veces al día. Me sentaba junto a ella en la cama. Le hacía un cariño en la cara o el brazo cada vez que entraba o salía de la habitación. Al principio sentía que ella se me retiraba instintivamente. No hacía ningún comentario de las caricias, sino que hablábamos del hospital, de los niños y temas así. Después de algunos días, procuraba besarla cuando entraba y cuando salía.

Un día hice una prueba: no la toqué y en lugar de sentarme junto a ella en la cama, me senté en la silla. Repentinamente me llamó y me dijo que me sentara junto con ella, y luego me acarició y dijo: "Que gran persona eres". Y me sentí gran persona. fue una caricia incondicionada tan maravillosa que el Gran Cañón de soledad que yo sentía se llenó. Me sentí feliz. El Nuevo Padre mío había creado un Nuevo Padre en ella, y el afecto fue recíproco." (p. 99s)

¿Cómo logro las caricias que necesito?

Pues, "¿Cuáles son las caricias que necesitas? ¿Necesitas caricias positivas por tu aspecto, por tus triunfos, y cuáles? ¿De quién las quieres? ¿De mucha gente o de poca? ¿De tu familia? ¿De los amigos? ¿De "los contactos"? ¿Específicamente qué necesitas para sentirse acariciado?

Ahora, el siguiente asunto es: ¿qué debes hacer para recibir las caricias que deseas? ¿Cómo debes cambiar tu conducta? ¿Y qué harás después que recibas las caricias? El otro día oí la conversación de dos adolescentes. Una dijo: "Muero porque alguien me diga que soy bonita". Y la otra respondió: "Tú eres bonita". Sorprendida contestó: "Me has dado un dolor de cabeza". Las personas que reciben caricias positivas cuando esperan negativas, no saben qué hacer con ellas". (26s)

Entonces, ¿Qué vas a hacer para recibir las caricias que deseas?

Adaptado de:
James, M. (1979). ¿Qué hacemos con ellos ahora que los tenemos? Bogotá: Fondo Educativo Interamericano, p. 26s. 99s

lunes, 16 de febrero de 2015

Una técnica regresiva en Eric Berne

En PNL hay un procedimiento llamado Posiciones Perceptuales que consiste en la capacidad de ponerse en distintos puntos de vista personales: en primera persona ("yo me siento así", "yo estoy haciendo tal cosa"), en segunda persona (hablar, sentir, pensar, desde la posición de otra persona, como la pareja, el jefe, un yo mismo de otra época, etc.) y en tercera persona ("veo que a él le pasa tal cosa", donde "él" puede ser otro individuo o yo mismo de otra época). Y hay otro llamado Línea de Tiempo, útil para identificar momentos cruciales y realizar cambios de perspectiva.

He encontrado una posible inspiración de estas técnicas en Eric Berne. Berne dice que la reintegración de la personalidad requiere de la expresión del Estado Niño -esa parte no racional, creativa y de emociones básicas- en presencia del Estado Adulto -razonador y objetivo- y del Estado Padre -normas y valores de nuestros padres-.

Berne llama a su técnica "análisis de regresión", y la describe como un procedimiento directo en el que no se trata de hablar de lo que pasó como si fuera un recuerdo (hablar desde el Estado Adulto), sino de ponerse en el instante de lo vivido, sentirlo, revivenciarlo (hablar desde el Estado Niño). Lo cito:
Cuando un Estado del Yo arcaico previamente sepultado es revivido en todo su vigor en estado de vigilia, queda entonces permanentemente a disposición del paciente y del terapeuta para un examen detallado. No sólo ocurre una "abreacción" y un "traspaso", sino también  se puede tratar al Estado del Yo como a un niño real. Se lo puede cuidar y aun mimar hasta que se abre como una flor, revelando todas las complejidades de su estructura interna. Por así decirlo, se lo puede manejar y darle vueltas hasta que se logran ver todos los detalles que hasta entonces no estaban visibles. Tal Estado activo del Yo no se considera (...) como una memoria, sino como una experiencia por derecho propio, más parecido al fenómeno del lóbulo temporal de Penfield.
Berne describe la consigna de la siguiente manera:

"Tengo cinco años de edad y todavía no he empezado a ir a la escuela. Tú tienes la edad que quieras, siempre que sean menos de ocho años. Adelante ahora."

  • Esta consigna implica que habrá un diálogo entre dos niños.
  • Se elige la edad de ocho años porque pocas personas afirman no recordar nada anterior a esa edad; y los cinco años por el léxico limitado.
  • Por lo tanto, el diálogo es simple, directo, sin rodeos, concreto; lo que desalienta la defensividad de usar palabras rebuscadas.
  • Reportar la experiencia suele ser dificultoso, porque el terapeuta se halla dividido entre una parte regresionada y otra parte de adulto observador. Este suele ocasionar que el terapeuta no recuerde los detalles de lo ocurrido. Esto lo menciona Berne y  yo lo he notado en mi y en otros terapeutas que trabajan de forma similar (consteladores, decodificadores). Estaría relacionado con los descubrimientos de aprendizaje y memoria según el estado de conciencia.

Un ejemplo de Berne:

"El señor Wheat, cuyo padre había muerto cuando él contaba dos años de edad, hablaba en una sesión individual sobre ciertas actitudes Paternales suyas en relación con sus propias travesuras sexuales.
Dr. Q: Tengo cinco años de edad y todavía no he empezado a ir a la escuela. Tú tienes la edad que quieras, siempre que sean menos de ocho años. Adelante ahora.
Sr. W: Mi papá ha muerto ¿dónde está el tuyo?
Dr. Q: Salió a ver enfermos. Es doctor.
Sr. W: Yo voy a ser doctor cuando crezca
Dr. Q: ¿Qué quiere decir "muerto"?
Sr. W: Quiere decir que está muerto, como se mueren los pescados, el gato o el canario.
Dr. Q: No es lo mismo, porque cuando muere la gente es diferente. Hay un velatorio y todas esas cosas.
Sr. W: ¿Cómo lo sabes?
Dr. Q: Pues lo sé. Los velan y después los entierran en el cementerio ¿Tu papá está en el cementerio?
Sr. W: Sí, y también en el cielo.
Dr. Q: ¿Cómo va a estar en el cementerio y también en el cielo?
Sr. W: Pues así es.
Dr. Q: ¿Dónde está el cielo?
Sr- W: Allá arriba.
Dr. Q: Si está arriba, tu papá no puede estar en el cementerio.
Sr. W:¡Claro que sí! Le sale algo de adentro y va al cielo, y lo demás lo ponen en el cementerio.
Dr. Q: ¿De dónde le sale eso?
Sr. W: De la boca.
Dr. Q: ¡Qué risa! No lo creo. ¿Cómo sabes que le sale de la boca? ¿Lo has visto?
Sr. W: No, pero así es.
Dr. Q: Si no lo has visto, ¿cómo lo sabes?
Sr. W: Porque me lo dijo mi mamá. El verdadero papá es el que va al cielo, y es sólo su cuerpo el que ponen en el cementerio.
Dr. Q: Bueno, yo no veo cómo puede estar en dos lugares ¿Qué hace allá arriba?
Sr. W: Está sentado junto a Jesús y nos vigila. Oye, eres muy cómico, tienes la cara flaca.
Dr. Q: Estás loco si crees que tu papá puede estar en dos lugares a la vez.
Sr. W: Ojalá tuviera un verdadero papá (solloza)...

Esta breve experiencia les aclaró al paciente y al médico lo confuso que estaba el Niño (interior) de Wheat respecto a su origen, su función y la realidad de su Estado Padre." (p. 242)

En este diálogo se pueden notar estas fantasías confusas de doble ubicación del padre, de su mirada vigilante, de un "algo" que le salió de la boca, etc., y finalmente de la tristeza de su pérdida y de la falta que le hace.

Berne encuentra inspiración en los postulados teóricos de J. N. Rosen y su Psicoanálisis Directo, aunque tomando distancia de sus cuestionables aplicaciones prácticas. Un artículo interesante sobre Rosen aquí.

Tomado de:
Berne, E. (1976). Análisis Transaccional en Psicoterapia. Buenos Aires: Psiqué, cap. XIX, pp. 237-245

viernes, 13 de febrero de 2015

Autismo y Yo-piel (2)

Entre los seis y los dieciocho meses aparece el autismo secundario caracterizado por "la envoltura de agitación", predominando la excitación, a diferencia del autismo primario, caracterizado por la inhibición.

Estos niños autistas secundarios tienen una armadura, una piel espesa (próxima de la segunda piel de Bick -1968- y que Reich llamaba coraza muscular), un Yo- crustáceo (es decir, una caparazón rígida que reemplaza a la piel) con un para-excitación (defensa ante los estímulos) vuelto hacia el exterior, pero no tienen una piel interna. Buscan la envoltura corporal y relacional en la agitación psicomotriz; andan, corren, vocalizan sin parar, introducen el desorden en los objetos que los adultos ordenan, se imponen a sus madres de forma parasitaria, chillando en cuanto ellas ponen cara de alejarse, dan vueltas sobre sí mismos, destrozan sus vestidos; rechazan la comunicación indiferentes a las miradas, a las palabras.

La angustia aparece cuando esta defensa psicomotriz está impedida por los neurolépticos o cuando se les ata a la cama. La angustia se manifiesta por automutilaciones: se escalpan, se fracturan el cráneo, se desgarran la piel; la piel es arrancada como órgano de inscripción y de posibles intercambios de signos.

El niño autista secundario se habilita un aspecto de seguridad, proyectando fuera de sí una barrera de agitación infranqueable. Adquiere la distinción animado/inaminado, dentro/fuera. Tiene una barrera protectora, pero no una superficie envolvente, ni una interfaz. Funciona según la posición esquizo-paranoide, pero con mecanismos de defensa corporales que aún no son los psíquicos de la escisión, proyección, negación, etc. El yo-piel táctil es rechazado. Se puede entrar en contacto con el niño por medio de la instalación de una envoltura sonora: por la voz cantada, por la música, por el eco de sus gritos (aunque sean perforantes y perturbantes) y de sus vocalizaciones.

En el autismo secundario regresivo el niño ha adquirido una piel psíquica fina: de aquí la hipersensibilidad que oculta bajo la confusión y el desorden.

En la esquizofrenia infantil, madre y niño están envueltos juntos, según una relación de inclusión recíproca: existe una envoltura psíquica, pero construida sobre el modelo de una fantasía intrauterina que no constituye aún una interfaz común que separa y une a la madre y el niño.

Pasemos a la patología más grave y más arcaica (sus manifestaciones son todas anteriores a la edad de seis meses). En el autismo primario anormal el cuerpo es blando, fofo, amiboide, hipotónico. De ello resulta un Yo-pulpo. Ni la piel ni el Yo llenan la función de mantenimiento ni de sostenimiento. El niño está tranquilo, inmóvil durante horas, indiferente, pasivo, ausente, rehuye las miradas, pero observa de rabillo disimuladamente. Si se le solicita demasiado o si hay un ligero cambio del marco y de las costumbres reacciona con furor o con una terrible angustia. Sentado, se balancea durante horas, hacia adelante y hacia atrás, con ritmo lento. No reacciona a las señales sonoras. Es indiferente a las manipulaciones corporales y al dolor. Pero un ruido ligero, no esperado, un simple rozamiento táctil, puede provocar reacciones de agitación y de chillidos.

No existe ni envoltura táctil ni sonora. La envoltura visual está esbozada. El para-excitación se encuentra en el aislamiento y el retraimiento. El autobalanceo rítmico puede que proporcione una envoltura postural auto-erótica. Estos niños conservan la posición fetal; están inmóviles y requieren la inmutabilidad del entorno; parece que su cuerpo se sumerge en el regazo materno. Todo el cuerpo (y todo el psiquismo) está replegado sobre sí para tejer la piel y prorrogar la envoltura intrauterina. La persona que le cura está englobada en este universo, se siente transparente, manipulada como un objeto inanimado, inmersa en la embriaguez de las profundidades. Su separación lleva consigo el hundimiento del niño.

Su desesperanza es profunda. Se manifiesta con el furor, la automutilación, que afecta a la cabeza, los ojos, la piel: todo aquello en lo que podía apoyarse un Yo-piel es atacado.

La ausencia del Yo-piel proporciona trastornos de todas las funciones: limpieza, alimentación (a veces ausencia de búsqueda del mamelón) y sueño. La distinción animado-inanimado no ha sido adquirida. Los autistas primarios "juegan" de forma estereotipada, pero sin duda por placer autoerótico, con sus manos, pies, vestidos, con cuerdas o ramillas, con trozos ásperos de tela, chupan su lengua, la pared de sus mejillas, retienen sus excrementos, hacen pompas con la saliva, manipulan el agua, el barro, la arena, escuchan interminablemente el mismo disco. No acceden al objeto transicional ni a la distinción exterior-interior. Tocan sus órganos sexuales y los de las personas de su entorno.

En resumen, para ellos se trata de:
  • prorrogar artificialmente la envoltura intrauterina y así negar el nacimiento;
  • rechazar todas las envolturas que la madre y el entorno le proporcionan (táctil, visual, sonora, kinestésica);
  • no ejercer las funciones de la piel y de los órganos de los sentidos y no adquirir la representación de un interfaz;
  • encontrar el para-excitación en el aislamiento, la inmovilidad del cuerpo, la inmutabilidad del entorno y la inhibición de las funciones.
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva. p. 245ss
  • Bick, E. (1968). L´experience de la peau dans les relations d´objet precoces, en Meltzer, D. y col., 1975, p. 240-244

jueves, 12 de febrero de 2015

Autismo y yo-piel (1)

En relación al autista y al como vivencia su contacto con el mundo, dice A. Anzieu:

"La envoltura cutánea externa del cuerpo está realmente "agujereada" por los órganos de los sentidos, el ano y el orificio uretral. Se puede construir la hipótesis de que la sensibilidad de estos orificios, orientados hacia el exterior del cuerpo por el objeto que pasa por ellos, provoca en el niño pequeño una confusión: el contacto interno del cuerpo y de su contenido con la pared cutánea que le dan sus límites, no está diferenciado del contacto cutáneo externo con los objetos que le rodean. Esto viene a decir que el niño está penetrado por las imágenes visuales, por los sonidos y los olores, y que se convierte en continente y lugar de paso, como sucede con las heces, la orina, la leche o su propio grito. La envoltura interna, puede, pues, ella también ser atacada y perforada por las percepciones-objeto. Algunas situaciones de angustia hacen de este fenómeno fantasmático una persecución permanente, que violenta y agita el interior corporal del lactante contra la cual se hace necesario cerrar, por cualquier medio, todos los orificios controlables."
Por otro lado, D. Anzieu, comentando a Grand (1982), señala que la disfunción del pensamiento en la esquizofrenia encubre una alteración profunda en la organización (articulación) del Yo corporal, en la incapacidad precoz de darle sentido coherente a los datos sensoriales, ante la falta de un buen holding. Esta falta de cohesión interna dificulta la distinción clara entre experiencia interna y experiencia externa. (166s)

Esto también nos permite comprender los vacíos, huecos, interrupciones, transparencias, solapamientos, que se muestran en las diversas técnicas proyectivas.

Referencias:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva. p. 142. 166s
  • Anzieu, A. (1978). D la chair au verbe, en Anzieu, D. y col. Psychoanalyse et langage, París: Dunod. p 129
  • Grand, S. (1982). The body and its boundaries: a psychoanalytic study of cognitive process disturbances in schizophrenia, Internat. Rev. Psycho-Anal., 9 p. 327-342.

martes, 10 de febrero de 2015

Piel, comunicación y masoquismo

Anzieu, citando a Barrie Biven, hace algunas observaciones acerca de la piel y su influencia en el psiquismo (p. 31):
  • La piel proporciona un núcleo fantasmático a las personas que han sufrido privaciones tempranas. Por ejemplo, pueden buscar el suicidio como restablecimiento de una envoltura común con el objeto de amor.
  • La piel que el recién nacido aprende a conocer mejor es la de las manos y la de los pechos de su madre.
  • Helene Keller y Laura Bridman, sordas y ciegas, aisladas del mundo, aprendieron a comunicarse por la piel.
  • Las mutilaciones de la piel -a veces reales, más a menudo imaginarias- son tentativas dramáticas para mantener los límites del cuerpo y del Yo, para restablecer el sentimiento de estar intacto y cohesivo. Ejemplos de esto lo encontramos en artistas como Rudolf Schwarzhogler (1940 - 1969), quien decía que "el arte es el purgatorio de los sentidos" (su arte representaba escenas de mutilaciones, sangrado. Nota al margen: Parece ser que se suicidó a los 30 años). O en los dibujos hechos para libros de anatomía en el siglo XVII, como este de Van Der Spieghel
"En la fantasía masoquista la piel (cf. La Venus de pieles, de Sacher-Masoch) aporta la representación figurada de la vuelta a un contacto piel-piel, aterciopelado, voluptuoso y oloroso* (no hay nada más fuerte que el olor de una piel nueva), a este abrazo de los cuerpos que constituye uno de los placeres anexos de la satisfacción genital. El que la Venus flagelante esté desnuda bajo unas pieles, confirma el valor primario de la piel-pieles como objeto de apego antes de adquirir un valor expresivo del objeto sexual. ¿Hay que recordar que las pieles, en la realidad, son una piel de animal y que su presencia remite a un animal desollado y despellejado?" Las pieles significan  a la vez la fusión y el desgarramiento en la díada madre-niño, el desgarro de la separación y el anhelo de recuperar la fusión. (p. 53)

"S. Consoli ha expuesto el caso de un paciente (masoquista) que se complace imaginándose víctima de humillaciones impuestas por una mujer en las siguientes condiciones: ella está de pie, revestida con una piel de carnero o de vaca, y él, a cuatro patas a los pies de la mujer, se identifica con el carnero o la vaca. Existen, pues, representaciones de una piel común al hombre (transformado en animal) y a la mujer que le doma, portadora de la piel del mismo animal, en una complementariedad de papeles que acentúa la ilusión de una  continuidad narcisística. En su cuerpo a cuerpo, cada uno es una de las dos caras respectivas de esta interfaz cutánea común", estando presentes la fusión y el desuello.

Por otro lado, tenemos el cuento de Perrault: Piel de Asno, donde vemos a la princesa cargar con los proyectos incestuosos de su padre (¿y de su madre también?), representados en una culposa "piel de asno".

Abajo, un dibujo renacentista que ilustra esta noción de la piel como trofeo u ofrecimiento. "Me has arrancado de tu lado", dirá el des-pechado amante.

Dibujo atribuido a Gaspar Becerra para la Historia de la composición del cuerpo humano (Roma, 1556).

* Cf. El Perfume, de Patrick Süskind




Esta película, basada en una historia real, ilustra la dinámica de la piel y el sado-masoquismo.

Referencias:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-Piel. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Biven, B. (1982). The role of skin in normal and abnormal development, with a note on the poet Sylvia Plath. Int Rev Psycho-Anal. 9, 205-228

lunes, 9 de febrero de 2015

Orígenes de la Necesidad de Contacto Físico (2)

Seguimos reflexionando con Anzieu:

Montagu señala tres aspectos fundamentales en la relación con la piel y el tacto (Anzieu, p. 29):
  1. "La influencia temprana y prolongada de las estimulaciones táctiles en el funcionamiento y el desarrollo del organismo: lameteo  con la lengua, peinado de la piel con los dientes, despioje con los dedos, tocamientos y caricias humanos. Estas estimulaciones favorecen la iniciación de actividades nuevas que son, en el momento del nacimiento, la respiración la excreción, las defensas inmunitarias, la vigilancia y después la sociabilidad, la confianza y el sentimiento de seguridad.
  2. Los efectos de intercambios táctiles sobre el desarrollo sexual (búsqueda de pareja, disponibilidad para la excitación, placeres preliminares, desencadenamiento del orgasmo o de la lactancia).
  3. El gran abanico de actitudes culturales hacia la epidermis y el tacto. El bebé esquimal (por ejemplo) es llevado desnudo contra el centro de la espalda de la madre, con el vientre contra su calor rodeado por el vestido de piel de ésta, sostenido por un chal anudado en torno a los dos cuerpos. La madre y el niño se hablan por la piel. Cuando tiene hambre, el bebé rasca la espalda de su madre y chupa su piel, ella lo pasa hacia adelante y le da el pecho. La necesidad de moverse se satisface por la actividad de la madre. La madre va por delante de todas las necesidades del niño que adivina de forma táctil. Es raro que el niño llore. Ella le lametea la cara y las manos para limpiarle porque es caro hacer fundir el agua helada. De aquí la serenidad ulterior de los esquimales frente a la adversidad; su capacidad de vivir con una confianza básica fundamental, en un medio físico hostil; su comportamiento altruista, sus aptitudes espaciales y mecánicas excepcionales". A diferencia de nuestras sociedades, donde se establecen tabúes del tacto para proteger de la excitación sexual y/o para evitar el desarrollo de la ternura (y, por el contrario, el desarrollo de la dureza).

Cuando hemos sufrido una pérdida nos podemos sentir desgarrados, perdemos el con-tacto con la persona amada. Surge entonces la necesidad de recontactar. La prueba de las manchas, el Rorschach, muestra cómo las personas que han terminado una relación afectiva (también podemos considerar la muerte o el alejamiento de alguien cercano o un embarazo interrumpido) y aún no superan el duelo dan más respuestas de Textura (T), un tipo de respuesta relacionada con ver en las manchas elementos con características táctiles: "es suave", "peludo", "áspero", etc. (La mayoría de personas dan una respuesta de textura, pero las que no superan una pérdída dan como promedio cuatro).

Esto sugiere una necesidad de recuperar un piel-piel, reparar el desgarro, obtener el calor perdido. Quizá por ello un peluche o un abrigo de pieles sirvan de consuelo a nuestra tristeza. Quizá por ello la fetichización de la ropa de cuero, ante la insatisfacción temprana del contacto directo epidérmico.

Referencias:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-Piel. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Montagu, A. (2004, 1971). El tacto. La importancia de la piel en las relaciones humanas. Barcelona: Paidós.
Exner, J. (1994). El Rorschach. Un Sistema Comprehensivo. Vol. 1. Madrid: Prismática. p. 52.

sábado, 7 de febrero de 2015

Parto, Respiración y Asma

"... Se sabe que el desencadenamiento del reflejo respiratorio, en el momento de nacer, resulta del masaje global del cuerpo del niño por las contracciones uterinas y por el envolvimiento vaginal; el mantenimiento de este reflejo requiere la repetición de las estimulaciones corporales globales de la lactancia y de los cuidados. El intercambio respiratorio con el medio físico depende del intercambio táctil con el medio humano. Esta dependencia se transforma con el intercambio sonoro que utiliza el aire como soporte de la palabra. (...)

Citemos uno de los resultados tomados por Margaret Ribble (1944) de la observación de seiscientos recién nacidos: "La respiración de un recién nacido es muy ligera, inestable e insuficiente en las primeras semanas después de su nacimiento. No obstante, esta función es estimulada automáticamente y de forma definitiva por la succión y por el contacto físico de la madre. Los bebés que no maman vigorosamente no respirarán profundamente, y aquellos a los que no se toma suficientemente en brazos, especialmente si son alimentados con biberón, presentan, a menudo, trastornos respiratorios y gastrointestinales. Terminan, a menudo, tragando el aire y sufren lo que se llama comúnmente cólicos. Padecen trastornos de la eliminación y a veces vomitan.

Una recensión detallada, aunque desgraciadamente antigua, de los trabajos de los psicosomatólogos y de los analistas sobre los trastornos respiratorios, se encuentra en el artículo de J. A. Gendrot y P. C. Racamier (1951): "Fonction respiratoire et oralité". Por razones de ortodoxia psicoanalítica, sin duda, estos dos autores ponen el acento en la relación entre la regulación nerviosa de la respiración y la de la digestión; privilegian la relación oral en detrimento de los intercambios táctiles, y descuidan las fallas precoces del pre Yo corporal (que yo prefiero llamar Yo-piel) en el establecimiento de los trastornos respiratorios. Por el contrario, distinguen juiciosamente los trastornos de la absorción y los de la expulsión respiratoria. Indican que el bloqueo de la expiración está en relación con un objeto malo interiorizado: "El asmático está condenado a no poder rechazar lo que absorbe progresivamente" (Gendrot & Racamier, p. 470). Señalan, en todos los casos de retención respiratoria, la necesidad de permanecer en plenitud y la angustia del vaciamiento (Anzieu).

Perls, por otra parte, destaca la relación respiración-llanto en el asma:

Supongamos que en varias oportunidades usted tuvo deseos de llorar pero no se lo permitió, contrayendo deliberadamente los músculos del diafragma. Supongamos más aún que esta forma de comportamiento, que originalmente surgió como un esfuerzo consciente por suprimir la necesidad de llorar, se convirtiera en algo habitual y automático. La respiración y la necesidad de llorar se confundirían y se harían confluyentes entre sí. Entonces habríamos perdido ambas actividades, la capacidad de respirar libremente y la capacidad de llorar. Incapaz de sollozar, nunca soltaría ni concluiría su pena; es incluso posible que luego de transcurrido un tiempo olvidaría el motivo de su pena [pero se obsesione con mantener el vientre plano, en un intento de mantener a raya la pena. N. del E.]. Tanto la necesidad de sollozar, por una parte, como la contracción del diafragma como defensa en contra de la expresión de esta necesidad, forman una línea de batalla única y estabilizada de actividad y contra-actividad. Esta lucha perpetua transcurre todo el tiempo y en forma aislada del resto de a personalidad... Esta confluencia patológica yace tras muchas de las enfermedades... Si la confusión entre la respiración y el sollozar que mencionábamos antes, se mantiene por el tiempo suficiente, puede resultar un asma (Perls, p. 48s).

Tomado de:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva. p. 125s
  • Gendrot, J. & Racamier, P. (1951). Fonction respiratoire et oralité, L´Evol. Psychiat., 16, n° 3, p. 457-478.
  • Ribble, M . (1944). Infantile experiences in relation to personality development, en Hunt, J. Mc V., Personality and the behavior disorders, New York, Ronald Press, tomo 2.
Perls, F. (1976, 1973). El Enfoque Guestáltico. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

viernes, 6 de febrero de 2015

El Yo-Piel

"La piel mantiene el equilibrio de nuestro medio interno contra las perturbaciones exógenas, pero en su forma, textura, coloración y cicatrices, conserva las marcas de esas perturbaciones. A su vez, este estado interno que ella debe preservar, en gran parte lo muestra externamente; a los ojos de los demás es un reflejo de nuestra buena o mala salud orgánica y el espejo de nuestra alma. A su vez, también, esos mensajes no verbales emitidos espontáneamente por la piel son intencionadamente desviados o invertidos por los cosméticos, el bronceado, las pinturas, los baños e incluso por la cirugía estética" (p. 28).

"El Yo-piel se encuentra en el origen de la envoltura táctil, forrada por una envoltura sonora y por otra gustativa-olfativa. Las envolturas muscular y visual son más tardías" (p. 233). Como "toda actividad psíquica se apoya en una función biológica"... el Yo psíquico se apoya en el Yo corporal que le antecede, y éste, a su vez, en las funciones que cumple la piel. ..."Señalo aquí tres de estas funciones:
  1. Es el saco que contiene y retiene en su interior lo bueno y lo pleno que la lactancia, los cuidados y el baño de palabras han acumulado dentro de él.
  2. Es la interfaz que marca el límite con el afuera y lo mantienen en el exterior, es la barrera que protege de la penetración de las avideces y agresiones que provienen de los demás, seres y objetos.
  3. Al mismo tiempo que la boca, y por lo menos tanto como ella, es un lugar y un medio primario de comunicación con el prójimo y de establecimiento de relaciones significantes; es además, una superficie de inscripción de las huellas que ellas dejan".
En nuestra piel y cuerpo están inscritas nuestras experiencias
Con este origen epidérmico y propioceptivo, el Yo hereda la doble posibilidad de establecer barreras (que se convierten en mecanismos de defensa psíquicos) y de filtrar los intercambios (con el Ello, el Superyó y el mundo exterior). Según mi criterio, si la pulsión de apego está pronto y suficientemente satisfecha, aporta al lactante la base sobre la cual puede manifestarse lo que Luquet (1962) ha llamado el impulso integrador del Yo. Consecuencia ulterior: el Yo-piel proporciona la posibilidad del pensamiento". (p. 51)

Tomado de:
Anzieu, D. (1998, 1974). El yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Luquet, P. (1962). Les Identifications précoces dans la structuration et la restructuration du Moi. Rev. Franc. Psychoanal., 26, p. 197-301.

Madre no existe, la crea el bebé

"Los padres sensibles al feedback enviado por el recién nacido se guían por él para actuar, para cambiar de actitud y para sentirse seguros en el ejercicio de su función parental. Un bebé pasivo e indiferente (como consecuencia de un trauma intrauterino o de un fallo en el código genético) es la causa de la incertidumbre y del desconcierto de los que se ocupan de él; hasta el punto, como ha detectado M. Soulé (1978), de volver loca a su madre cuando esta madre no tiene ningún problema de esta clase con sus otros hijos"... En este sentido como diría Ajuariaguerra, el niño "es creador de madre".
(...)

"El estudio experimental de los lactantes ha precisado la naturaleza de algunos de los bucles del feedback padres-bebé, que han sido posibles gracias a las etapas sucesivas de la maduración nerviosa y cuya experiencia realiza el bebé si el contexto le da la ocasión:
  • La mirada fija y prolongada del bebé dirigida hacia su madre entre las 6 semanas y los 4 meses aproximadamente (antes de los 3-4 meses, el bebé atrae la atención del adulto con la mirada, después de los 3-4 meses, por los contactos corporales, y después, las vocalizaciones).
  • La identificación precoz que realiza el bebé (de algunos días o semanas) de la melodía habitual de la voz materna, con efectos de cesación de la agitación y de estimulación de ciertas actividades.
  • Los mismos efectos se producen cuando se le presenta a la bebé una tela impregnada del olor materno.
  • La distinción refleja del bebé, seis horas después del nacimiento (¡!), entre un sabor bueno (azucarado), un sabor neutral (agua insípida) y un sabor malo (en tres grados crecientes: salado, ácido y amargo), las modulaciones progresivas de esas distinciones reflejas durante los meses que siguen, de acuerdo con los estímulos, las prohibiciones, las exhortaciones del entorno maternante y el bebé que aprende a leer en la mímica de la madre lo que ella considera como bueno o malo para él y que no corresponde siempre exactamente (incluso en absoluto) al esquema reflejo originario del bebé (Chiva, 1984).
  • La percepción de los sonidos verbales como distintos de otros sonidos y su diferenciación según las mismas categorías que los adultos desde los dos meses. (p. 66s)"
El papel de la piel en el desarrollo del psiquismo es enorme. "En el embrión, por no decir en el recién nacido, la sensibilidad táctil es la primera en aparecer y ahí está, sin duda, la consecuencia del desarrollo del ectodermo, fuente neurológica común a la piel y el cerebro (para ser más precisos, del córtex). El acontecimiento del nacimiento aporta al niño, en su momento, una experiencia de masaje de todo el cuerpo y de frotamiento generalizado de la piel durante las contracciones maternas y la expulsión fuera del envoltorio vaginal dilatado hasta las dimensiones del niño. Se sabe que estos contactos táctiles naturales estimulan el desencadenamiento de las funciones respiratorias y digestivas; en caso de insuficiencia son reemplazados por contactos artificiales (sacudidas, baños, envoltorios calientes, masajes). El desarrollo, después, de las actividades de las comunicaciones sensoriales por el oído, la vista, el olfato y el gusto resulta favorecido, en su momento, cuando las personas del entorno sostienen al niño, le tranquilizan apretando su cuerpo contra el suyo, sosteniendo su cabeza a su columna vertebral". (p. 71)

Para acotar, un niño nacido por cesárea ha perdido la experiencia arriba anotada, pero puede ser suplida por una "mamá canguro", en lo posible en contacto directo piel-piel, y también con lo que nos menciona Anzieu: "sacudidas, baños, envoltorios calientes, masajes". (Andrea Echeverri, de Aterciopelados, tiene una lindísima canción al respecto, óyela abajo)

"Como lo demuestra el lenguaje corriente que habla de "contacto" para todos los sentidos (se contacta por teléfono con alguien que se escucha a distancia, sin verle; se tiene buen contacto con alguien que se ve pero que no se toca), la piel es la referencia básica al que espontáneamente se refieren los distintos datos sensoriales. La piel, aún suponiendo que no posee la anterioridad cronológica, posee una primacía estructural sobre todos los otros sentidos, al menos por tres razones. Es el único sentido que recubre todo el cuerpo. En sí misma contiene diferentes sentidos (calor, dolor, contacto, presión..) cuya proximidad física entraña la continuidad psíquica. Finalmente, como señala Freud alusivamente (En "el Yo y el Ello", 1923), el tacto es el inicio de los cinco sentidos externos que posee una estructura reflexiva: el niño que toca con el dedo las partes de su cuerpo experimenta las dos sensaciones complementarias de ser un trozo de piel que toca, al mismo tiempo que de ser un trozo de piel que es tocado. Según el modelo de la reflexividad táctil es como se construyen las otras reflexividades sensoriales (escucharse, emitir sonidos, oler su propio olor, mirarse en el espejo), y después la reflexividad sensorial del pensamiento." (p. 72)

Tomado de:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva. p. 66s. 71s
  • Chiva, M. (1984). Le Doux et l´amer. París: P.U.F.
  • Soulé, M. (1978). L´enfant qui venait du froid. Mécanismes défensifs et processus pathogénes chez la mére de léenfant autiste, en Le Devenir de la psychose de l´enfant, París, P.U.F., p. 179-212

jueves, 5 de febrero de 2015

Orígenes de la Necesidad del Contacto Físico

Los estudios de Harlow* en monos pequeños (usando madres artificiales) demostró que los primates se apegan a sus madres, en primer lugar, en función de la suavidad de su piel. De manera secundaria, surgía la lactancia (oralidad), el calor y el efecto de ser mecido. En algunos casos, el calor tuvo preponderancia sobre la suavidad, lo que nos debe hacer pensar en diferencias surgidas en la gestación. El contacto que buscan muchos niños al tocar a sus madres (pechos, lóbulos, cabellos) está lejos de ser de naturaleza sexual, y parece cumplir la satisfacción de sentir otra vez a la madre acogedora.

Por ello Bowlby sugiere que el primer estadío del desarrollo psicosexual freudiano, más que centrarlo en lo Oral se centraría en el Apego, por lo que podría llamársele "Cutánea", entendida como contacto piel-piel, agarrarse, prenderse. Pues, tras improntarse el ave o mamífero con su madre o su sucedáneo, le sigue a donde vaya. Cuando no está la busca y la llama con el mayor desconsuelo. Este fenómeno también es notorio en el bebé humano y es lo que suele llamarse "angustia de separación", que suele desaparecer en cuanto se restablece el contacto con la madre.

Las crías de los mamíferos se agarran a los pelos de su madre para encontrar una doble seguridad física y psíquica. La desaparición casi completa de pieles sobre la superficie del cuerpo humano facilita los intercambios táctiles primarios significativos entre la madre y el bebé y prepara el acceso de los humanos al lenguaje y a otros códigos, pero hace más aleatoria la satisfacción de la necesidad de agarramiento en el niño pequeño.

Winnicott (citado por Anzieu, p. 38) nos habla de la psicopatología del apego: "si la carencia sobreviene antes de que el bebé se haya convertido en una persona, provoca la esquizofrenia infantil, los trastornos mentales no orgánicos y la predisposición a trastornos clínicos mentales posteriores; si la carencia engendra un traumatismo en un ser lo bastante evolucionado como para considerarse susceptible de resultar traumatizado, produce la predisposición a trastornos afectivos y a tendencias antisociales; si sobreviene cuando el niño quiere conquista su independencia, provoca la dependencia patológica, la oposición patológica y las crisis de cólera."

"El apego de la madre al niño se modifica a medida que éste crece, pero la reacción de desconsuelo cuando lo ha perdido no varía. El niño soporta ausencias cada vez más largas de la madre, pero sigue trastornándose dela misma forma si no viene en el momento en que le espera. El adolescente conserva esta reacción interiorizándola, porque tiende a escondérsela a los demás, incluso a sí mismo."  (madre interna). (p. 37)

Anzieu refiere que aquellos niños que tempranamente han sufrido enganchamientos excesivos y desenganchamientos bruscos e imprevisibles de forma repetida, luego presentan la llamada Personalidad Límite: personas que no están seguras de lo que sienten, más preocupados por lo que suponen que son los deseos y los afectos de los demás, viven sin mayor proyección de futuro y se comunican en forma de narración; no tienen la disposición para aprender por la propia experiencia, les cuesta desengancharse de las ideas, desarrollar un verdadero pensamiento abstracto; permanecen pegados a las sensaciones y a las emociones en su vida mental Temen la penetración, ya sea la de la vista o la del coito genital.

Referencia:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.

*Este video nos muestra los experimentos de Harlow