martes, 10 de marzo de 2015

Una anécdota de Perls

Fui a Viena (1936) sin dinero; no tenía recursos y tampoco ganaba mucho... Tomé una pieza barata, amoblada...que tuve que abandonar rápidamente por dos razones: una, había una cucaracha muerta en mi cama, hecho que per se no me hubiera molestado, pero llegaron sus parientes por docenas a expresar sus condolencias. No, no, no, esto sí que no.

Luego vino el veredicto de la dueña de la casa, que dijo:
- "No  se admiten visitas femeninas después de las 10"
- ¿Por qué únicamente hasta las 10?
- Bueno, porque antes de las 10 pudiera ser que algo ocurriese, después de las 10 es seguro que algo va a ocurrir.

Contra este tipo de raciocinio no hay ningún argumento valedero.

Tomado de:
Perls, F. (2003, 1975). Dentro y fuera del tarro de la basura. Santiago de Chile: Cuatro vientos, p. 55