lunes, 9 de enero de 2017

Hipertensión de bata blanca

Se denomina reacción de bata blanca (RBB) a la elevación de la presión arterial provocada por la presencia del médico o enfermera cuando se mide la presión arterial. La primera descripción fue realizada en 1940 por Ayman y Goldshine. Estos autores describieron un grupo de pacientes hipertensos entrenados para automedirse la presión arterial en casa en los cuales las mediciones obtenidas en su domicilio eran persistentemente inferiores a las obtenidas en consulta. El fenómeno se presenta entre un 30 y 70% de pacientes hipertensos, a los que se les eleva aún más la presión.
Pero en un 10% a 20%  de personas SIN PROBLEMAS de presión arterial también les sucede, llamándose en ese caso "Hipertensión de bata blanca" (HBB).

También existe el fenómeno contrario: Reacción de Bata Blanca invertida. Con este término se define a un grupo de pacientes con valores tensionales considerados como hipertensión arterial en las tomas casuales y que, sin embargo, presentan presiones arteriales normales en el consultorio médico. La incidencia descrita de este fenómeno es aproximadamente de un 3-4% de los pacientes. En la reacción de bata blanca influye no sólo la presencia o ausencia del médico o enfermera, sino el lugar donde la medición se produce, es decir, el consultorio médico, o, también, la interacción de ambos factores.

Los siguientes casos ilustran el trasfondo de las RBB:

Robles señala el caso donde un enfermo, que recibía tratamiento con hemodiálisis, era capaz de presentar consecutivamente una reacción de bata blanca en el consultorio médico (o en el servicio de Urgencias), mientras que al llegar a hemodiálisis presentaba una reacción de bata blanca invertida, es decir, reaccionaba de forma diferente ante dos ambientes médicos en función de la confianza que sintiera en cada uno de ellos.

Un joven de 28 años entró por propia voluntad a una consulta médica, comprobándose que tenía elevada la presión sanguínea (sistólica 175 mm Hg), mientras que con motivo de su visita al mismo doctor en un consultorio distinto, situado en otra ciudad, presentaba una presión notablemente más baja. En la siguiente ocasión, en la consulta mencionada en primer lugar, volvió a subir la presión (ahora hasta 170). Un breve análisis permitió descubrir que esta habitación despertaba en el sujeto recuerdos de la habitación de otro consultorio donde ocho años antes le habían comunicado que tenía gonorrea y le habían mostrado en el microscopio los diplococos intracelulares de su eyaculación. Este recuerdo, que había dejado de ser consciente, aumentaba la presión de la sangre (Stokvis).

También muy prometedora resulta la investigación de médicos cubanos con el empleo de la Biodescodificación para el tratamiento de la HTA en general, desde el punto de vista que detrás de una enfermedad hay un conflicto emocional no resuelto. Ver aquí la investigación.

Para muchos médicos no existe la "hipertensión emotiva" a pesar que cualquiera que tenga un pariente hipertenso sabe que si sufre una impresión tiende a subirle más la presión arterial. Molerio hace una revisión de las investigaciones que muestran que existen factores de estrés que están presentes en la HTA. Curiosamente este autor también es cubano. Considerar emotiva o no a una enfermedad guarda relación directa con otros factores ajenos a la medicina: confiar o no en la Naturaleza, valorar los aspectos psicológicos o no, estar comprometido económicamente con la industria farmacéutica o no, etc.

Cuando alguien padece de hipertensión arterial, hay unas preguntas fundamentales por hacerse: ¿que me presiona continuamente? ¿qué aspecto con mis con-sanguíneos me tiene super-tenso permanentemente? ¿a quién quiero darle mi sangre, mi vida? o ¿de quién me quiero defender?

Referencias:

  • Molerio, O. et al. (2004). El estrés como factor de riesgo de la hipertensión arterial esencial. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/hie/vol43_1_05/hie07105.htm
  • Stokvis, B. y Wiesenhutter, E. (1983). Técnicas relajadoras y de sugestión. Barcelona: Herder, p. 63s
  • Robles, N. y Cancho, B. (2002). Hipertensión de bata blanca. NEFROLOGÍA. Vol. XXII. Suplemento 3. Disponible en: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/anestesiologia/hta_de_bata_blance.pdf