Algunos de los primeros historiadores hawaianos documentaron una creencia en la que las enfermedades eran causadas por romper kapu o leyes espirituales y/o por emociones intensas como la ira, culpa, recriminaciones y falta de perdón. El pueblo de Tikopia en las Islas Salomon y en Rarotonga en las Islas Cook (Polinesia) creen que los errores de los padres caerán sobre sus hijos. Si un niño está enfermo se sospecha que sus padres se pelean o tienen mala conducta. Kupuna Nana Veary escribió que cuando cualquiera de los niños en su familia se enfermaban, su abuela preguntaba a los padres: "¿Qué han hecho?". Creían que solamente se curaría con el perdón entero de la familia completa. Además de enfermedad, el desorden social puede causar que la tierra sea estéril u otros desastres.
La terapia que contrarresta ésta enfermedad es la confesión. El paciente o algún miembro de su familia pueden confesarse y/o expiar la trasgresión; si nadie confiesa el error el paciente puede morir. El pueblo Vanuatu cree que mantenerlo en secreto es lo que le da poder a la enfermedad. En cuanto el error sea confesado pierde su poder sobre la persona (Parsons, 1995, p. 61). Todos liberan ("kala") al otro, lo sueltan. Se desprenden del pasado (ʻoki), y juntos concluyen el evento con un festín ceremonial llamado "pani" que frecuentemente incluye comer limu kala o alga kala, que simboliza la liberación.
Por ello, algunas familias se reunían diaria o semanalmente, para prevenir que surgieran problemas.
En 1976 Mornah Natamaku Simeona, sacerdotisa sanadora o Kahuna lapaʻau, adaptó el hoʻoponopono tradicional, de perdón familiar mutuo, a una versión individual y, luego, su discípulo Hew Len desarrolló lo que dio en llamar Hoponopono Autoidentidad 100% de responsabilidad, que resume en la oración o mantra:
“Lo siento. Por favor, Perdón. Te amo. Gracias”[1].
El principio de 100% de responsabilidad consiste en tomar la responsabilidad por las acciones de todos, no solamente por las propias. Si uno fuera a tomar completa responsabilidad por su propia vida, entonces todo lo que uno vea, escuche, saboree, toque, o experimente de cualquier forma sería nuestra propia responsabilidad porque está presente en nuestra propia vida. El problema no sería con nuestra realidad externa sino con nosotros mismos. Para cambiar nuestra realidad necesitaríamos cambiarnos a nosotros mismos. La responsabilidad total, de acuerdo a Hew Len, aboga por que todo existe como una proyección desde adentro del ser humano. Todas las conciencias son parte de un todo, así que cualquier error que sea corregido en la propia conciencia se corrige para todos.
“Si alguien aparece con rabia en mi experiencia, yo asumo 100% de responsabilidad preguntándome: ¿Qué hay en mí, qué necesito liberar, que está haciendo aparecer esta experiencia? Y observo en mi qué problemas (memorias) están causando la situación, que pueda ofrecer para que lo cancele la divinidad (…). Es bueno recordar siempre que cuando reaccionamos a lo que alguien hace, o lo criticamos, es porque existe lo mismo dentro de nosotros, son las memorias, energía que compartimos con aquella persona. Es una óptima oportunidad para (corregirse)… Por tanto, cuando noto cualquier cosa que puedo percibir como un problema, me pregunto: ¿qué hay en mí que necesito liberar?” (Dr. Len).
Basta decir que, cuando ud. quiera o desee mejorar cualquier cosa en su vida, existe solamente un lugar donde buscar: dentro de usted mismo. Y, cuando mire, hágalo con amor” (Joe Vitale).
“En conversación con una (terapeuta) le pregunté: Cuando alguien viene con un problema, ¿dónde lo busca usted? Ella me miró intrigada. Y yo le dije: En usted. Porque fue usted quien causó el problema, y su cliente le va a pagar por la cura de un problema ¡que es suyo! (…) La manipulación sucede cuando yo (el terapeuta) llego con la idea de que usted está enfermo y yo voy a trabajar con usted. La cosa es muy diferente cuando creo que usted llegó a mí para traerme la oportunidad de mirar lo que está sucediendo conmigo. En este caso no hay manipulación” (Dr. Len).
El comentario del doctor Len, podríamos parafrasearlo también como: Yo estoy reparando (sin conciencia) o sirviendo (habiendo tomado conciencia) por el programa de asuntos que me han marcado, míos y de mis ancestros (este es un comentario personal).
Referencias:
Ho´oponopono el e-book (2007). Crescent Ltda. Editado por McAllister. www.hooponopono.org.
Wikipedia:
· Parsons, Claire F., Healing Practices in the South Pacific, Institute for Polynesian Studies (1995).
· Pukui, Mary Kawena, E.S. Craighill Handy, The Polynesian Family System in Kaʻu, Hawaii, 1958, Mutual Pub Co, (Hawaii 2006)
· Veary, Nana, Change We Must: My Spiritual Journey, Institute of Zen Studies, Honolulu (1989)
[1]
Es interesante cómo Bert Hellinger, a partir de su experiencia con comunidades
africanas, crea las Constelaciones Familiares, e identifica lo que llama “Frases
Sanadoras”, palabras arquetípicas llenas de resonancia emocional. Y entre las
principales se encuentran: Lo siento, Por favor, Sí (te acepto, otra forma de
decir te amo, incondicionalmente), Gracias. La semejanza de ambos modos de
sanar es asombrosa
.