miércoles, 2 de abril de 2014

¿Has visto una cara en la pared?

Ver animales en las formas de las nubes, en grietas, en las desigualdades de cualquier superficie, etc., es bastante frecuente. Es un divertimento usual en la infancia (claro, si el niño no está suficientemente ocupado mirando la pantalla de la computadora o del televisor), un ejercicio frecuente en soñadores empedernidos y una herramienta poderosa para artistas, creativos y meditadores.
Archivo: SharkOrSubmarine4024617900.jpg
Archivo: Pareidolia 3.jpg
Este fenómeno se denomina pareidolia, y en términos de percepción corresponde a una "ilusión", es decir, ante un estímulo ambiguo y poco estructurado el cerebro decodifica la información de acuerdo a ciertas expectativas, que pueden ser compartidas por un grupo (por ejemplo ver la cara de Jesús en un medio cristiano) o que pueden ser más de tipo personal (ver una cara "triste", como reflejo de mis propios sentimientos). Los seres humanos tenemos la necesidad de dar orden y sentido a lo que vivimos, a lo que percibimos. Por ello, y en base a nuestros aprendizajes, convertiremos unas imágenes inocentemente neutras en imágenes con sentido para nosotros.

La pareidolia, utilizada como herramienta de autoconocimiento o creatividad, sólo requiere nuestra disposición de dejar correr nuestra imaginación, sin juzgar lo que surge, precisar lo que vemos, y quizá transformarlo en dibujos, en una redacción, etc.
Archivo: Suède paréidolie.jpg
* Allí donde parece verse el rostro de un hombre de barba, en realidad es un niño con capucha sentada sobre las piernas de su padre. Este es un efecto de la llamada alternancia figura-fondo.

Demás esté decir que no es un asunto de personas trastornadas o supersticiosas. La diferencia será que ellas lo interpretarán de tal forma que no les permita reconocer que aquello que ven fuera, en realidad sólo es expresión de lo que habita dentro de ellas: emociones, sentimientos y experiencias.

Referencias: las imágenes han sido tomadas de wikipedia y de google imágenes.