El sentido general de la evolución va de la asimetría del desorden original a la desimetría dinamizante del progreso, pasando por la simetría estática de la materia organizada o de la vida primitiva.
Cuanto más suba un ser viviente en la escala de la evolución, más decrece su simetría, según el conjunto de los ejes:
alto - bajo,
delante - atrás,
derecha - izquierda.
En una lombriz de tierra cortada en dos, la cola fabrica una cabeza y la cabeza fabrica una cola.
Hemos notado que el testículo derecho está más alto que el izquierdo (¡como lo saben todos los buenos sastres!) ¡y que los pelos del lado izquierdo de la cara son más duros y más reacios que los del lado derecho!
El hombre ha desarrollado la desimetría de las piernas y de los brazos, del pulgar y de los dedos, de la derecha y de la izquierda.
Esta última desimetría, poco marcada exteriormente, está manifestada en el interior en la mayor parte de los mamíferos a nivel de las vísceras (corazón, hígado, riñón, intestinos), pero en el hombre, lo es también a nivel del cerebro.
De la amiba a la lombriz de tierra, del cocodrilo al canguro, al simio y al hombre, se establece así una diferenciación y una especialización creciente de cada parte del organismo.
Mientras que en [la mayoría de] los simios hay tantos zurdos como diestros, en los hombres, estos últimos representan el 90% de la población (su hemisferio cerebral izquierdo es entonces llamado "dominante"), El 10% es zurdo dentro de los cuales un 60% es varón y un 40% es mujer. [Entre las varias hipótesis para explicar la zurdería se encuentran la genética, el estrés prenatal y el desarrollo geográfico. Resalto entre las variables del estrés, la hipoxia como factor de modificación de la dominancia manual]. La incidencia de los zurdos entre los músicos es dos veces más elevada que en la población general.
Los dos hemisferios cerebrales reciben las sensaciones táctiles comunicadas por las dos manos y es la rapidez de la respuesta la que permite saber de qué lado es tratada la información. De donde se puede ver la frecuente superioridad de los deportistas zurdos en las competencias de velocidad de un cierto nivel (esgrima, ping pong, tenis, etc.), ya que en ellos, el tratamiento de la percepción visual del espacio y el comando motriz del brazo izquierdo operan en el mismo hemisferio [el derecho], ganando así algunas preciosas centésimas de segundo.
En cuanto al centro del lenguaje, está localizado a la izquierda en el 96% de la población (o sea en el 98% de los diestros pero también en los dos tercios de los zurdos, contrariamente a una opinión común).
Hemos constatado que cuando un hemisferio trabaja, los ojos tienen la tendencia a voltearse hacia el lado opuesto. Ya desde el nacimiento, el 95% de los recién nacidos, cuando se les acuesta sobre la espalda, voltean la cabeza hacia la derecha. Parece tratarse de una programación genética de la especie, de una "biogramática"... La madre pone espontáneamente a su hijo sobre el costado izquierdo de su pecho (el lado del corazón) en un 80% de los casos [habría que asegurarse si el otro 20% no es una zurda contrariada]. Una madre privada de alimento durante veinticuatro horas después del nacimiento lo pondrá, muy frecuentemente, en forma anormal, a la derecha ¡Este "bebé de derecha" necesitará dos veces más ayuda médica después, que un "bebé de izquierda"!* [quizá esté en relación con ofrecer el brazo más fuerte dado que se está débil]
En las mujeres las conexiones interhemisféricas serían más numerosas (aunque sería lo mismo entre los japoneses de los dos sexos) compensando así un mayor desarrollo lateral, mientras que la desimetría permanece más acentuada en el hombre (después de la pubertad), con un desarrollo relativamente más importante del hemisferio derecho. [Es interesante tomar en cuenta que se ha encontrado que los cerebros de homosexuales masculinos presentan similitud con las características del cerebro femenino heterosexual, y los cerebros de lesbianas se asemejan a los cerebros de varones heterosexuales.]
Algunos autores plantean la hipótesis de que la diferencia interhemisférica se trata de una huella filogenética ligada al hecho de que los primeros hombres cazadores tuvieron que desarrollar su sentido espacial y de orientación, mientras que las mujeres encargadas de criar a los niños tenían más necesidad de desarrollar la comunicación verbal.
Habremos sin duda notado de paso que, contrariamente a un prejuicio tenaz, el cerebro femenino no es solamente más verbal, sino también más lógico, más analítico y más científico, mientras que el cerebro masculino es más sintético, pero también más artístico y está más directamente ligado a las emociones [el hombre es más emocional, hacia adentro; la mujer es más emotiva, hacia afuera].
Claro está, continúa siendo difícil desenredar la parte cultural de la parte natural en todos los comportamientos sexuales habituales.
Con frecuencia oímos afirmar que la creatividad es parte de las funciones controladas por el hemisferio derecho, pero este punto de vista es debatido por las investigaciones recientes (Gardner, Borgen, Zaidel, etc.), que parecen mostrar que el cerebro derecho está especializado al contrario, en el reconocimiento de la información común y estereotipada de la vida familiar, mientras que el izquierdo que trata los elementos nuevos, originales o complejos impulsa así a la actividad creadora. A fin de cuentas, parecería que la verdadera creatividad implica un trabajo concertado de los dos hemisferios (y principalmente de los lóbulos frontales), energetizados por el cerebro límbico, y por lo tanto una movilización importante del conjunto del cerebro.
Cada hemisferio inhibe al otro; así por ejemplo, si el izquierdo está inactivo, la percepción de las imágenes y de las emociones se fuerza y a la inversa, si el hemisferio derecho está inactivo, la verbalización se vuelve más fácil.
Hemos constatado que la actividad del lóbulo derecho presenta generalmente una connotación emocional taciturna, verdaderamente pesimista, mientras que la actividad más verbal, más comunicativa, y por lo tanto más sociable del hemisferio izquierdo, lleva a un humor más alegre y optimista. ¡Y he aquí por qué la mujer es el sol del hombre! [lo femenino que ilumina lo masculino]
El exceso de producción de testosterona por la madre durante el embarazo llevaría a un desarrollo importante del hemisferio derecho (esto se ha reproducido artificialmente inyectándoselos a ratas o simios, pero esto únicamente durante el período sensible de la segunda mitad de la gestación y antes del nacimiento). Además, una sensibilidad anormal del feto a la testosterona podría ser inducida por genes específicos (y por lo tanto, parcialmente hereditario) situados en el cromosoma 15, el cual intervendría principalmente a la vez en la formación de los testículos, en los problemas inmunológicos, en la zurdera, en el tartamudeo y en la dislexia.
Las dislexias severas estarían vinculadas a anormalidades del desarrollo del cerebro in útero, más que a condiciones de aprendizaje de la cultura o a las relaciones afectivas intrafamiliares, que serían, como mucho, factores desencadenantes causales de una predisposición neurológica.
Así, hemos notado una frecuencia estadísticamente muy significativa de la dislexia entre los niños varones (4 veces más que en las niñas), en los zurdos, en los niños dotados para la música, las artes visuales, las matemáticas** y el deporte ¡así por otro lado, como en los rubios y los alérgicos!
Todas estas características estarían ligadas a un desorden de la migración de las neuronas en el curso de la vida fetal, desorden que es evidente en todas las observaciones microscópicas del cerebro de los niños disléxicos.
* Vincent, J. (1986). Biología de las pasiones. París: Odile Jacob.
**Contrariamente a una idea muy difundida, las matemáticas superiores y la geometría serían tratadas sobretodo por el lóbulo derecho ya que se trata de relaciones y de una visión sintética de las cosas, más que de un análisis lógico y estereotipado. El cálculo, al contrario, sería tratado esencialmente por el lóbulo izquierdo.
Los dos hemisferios cerebrales reciben las sensaciones táctiles comunicadas por las dos manos y es la rapidez de la respuesta la que permite saber de qué lado es tratada la información. De donde se puede ver la frecuente superioridad de los deportistas zurdos en las competencias de velocidad de un cierto nivel (esgrima, ping pong, tenis, etc.), ya que en ellos, el tratamiento de la percepción visual del espacio y el comando motriz del brazo izquierdo operan en el mismo hemisferio [el derecho], ganando así algunas preciosas centésimas de segundo.
En cuanto al centro del lenguaje, está localizado a la izquierda en el 96% de la población (o sea en el 98% de los diestros pero también en los dos tercios de los zurdos, contrariamente a una opinión común).
Hemos constatado que cuando un hemisferio trabaja, los ojos tienen la tendencia a voltearse hacia el lado opuesto. Ya desde el nacimiento, el 95% de los recién nacidos, cuando se les acuesta sobre la espalda, voltean la cabeza hacia la derecha. Parece tratarse de una programación genética de la especie, de una "biogramática"... La madre pone espontáneamente a su hijo sobre el costado izquierdo de su pecho (el lado del corazón) en un 80% de los casos [habría que asegurarse si el otro 20% no es una zurda contrariada]. Una madre privada de alimento durante veinticuatro horas después del nacimiento lo pondrá, muy frecuentemente, en forma anormal, a la derecha ¡Este "bebé de derecha" necesitará dos veces más ayuda médica después, que un "bebé de izquierda"!* [quizá esté en relación con ofrecer el brazo más fuerte dado que se está débil]
En las mujeres las conexiones interhemisféricas serían más numerosas (aunque sería lo mismo entre los japoneses de los dos sexos) compensando así un mayor desarrollo lateral, mientras que la desimetría permanece más acentuada en el hombre (después de la pubertad), con un desarrollo relativamente más importante del hemisferio derecho. [Es interesante tomar en cuenta que se ha encontrado que los cerebros de homosexuales masculinos presentan similitud con las características del cerebro femenino heterosexual, y los cerebros de lesbianas se asemejan a los cerebros de varones heterosexuales.]
Algunos autores plantean la hipótesis de que la diferencia interhemisférica se trata de una huella filogenética ligada al hecho de que los primeros hombres cazadores tuvieron que desarrollar su sentido espacial y de orientación, mientras que las mujeres encargadas de criar a los niños tenían más necesidad de desarrollar la comunicación verbal.
Habremos sin duda notado de paso que, contrariamente a un prejuicio tenaz, el cerebro femenino no es solamente más verbal, sino también más lógico, más analítico y más científico, mientras que el cerebro masculino es más sintético, pero también más artístico y está más directamente ligado a las emociones [el hombre es más emocional, hacia adentro; la mujer es más emotiva, hacia afuera].
Claro está, continúa siendo difícil desenredar la parte cultural de la parte natural en todos los comportamientos sexuales habituales.
Con frecuencia oímos afirmar que la creatividad es parte de las funciones controladas por el hemisferio derecho, pero este punto de vista es debatido por las investigaciones recientes (Gardner, Borgen, Zaidel, etc.), que parecen mostrar que el cerebro derecho está especializado al contrario, en el reconocimiento de la información común y estereotipada de la vida familiar, mientras que el izquierdo que trata los elementos nuevos, originales o complejos impulsa así a la actividad creadora. A fin de cuentas, parecería que la verdadera creatividad implica un trabajo concertado de los dos hemisferios (y principalmente de los lóbulos frontales), energetizados por el cerebro límbico, y por lo tanto una movilización importante del conjunto del cerebro.
Cada hemisferio inhibe al otro; así por ejemplo, si el izquierdo está inactivo, la percepción de las imágenes y de las emociones se fuerza y a la inversa, si el hemisferio derecho está inactivo, la verbalización se vuelve más fácil.
Hemos constatado que la actividad del lóbulo derecho presenta generalmente una connotación emocional taciturna, verdaderamente pesimista, mientras que la actividad más verbal, más comunicativa, y por lo tanto más sociable del hemisferio izquierdo, lleva a un humor más alegre y optimista. ¡Y he aquí por qué la mujer es el sol del hombre! [lo femenino que ilumina lo masculino]
El exceso de producción de testosterona por la madre durante el embarazo llevaría a un desarrollo importante del hemisferio derecho (esto se ha reproducido artificialmente inyectándoselos a ratas o simios, pero esto únicamente durante el período sensible de la segunda mitad de la gestación y antes del nacimiento). Además, una sensibilidad anormal del feto a la testosterona podría ser inducida por genes específicos (y por lo tanto, parcialmente hereditario) situados en el cromosoma 15, el cual intervendría principalmente a la vez en la formación de los testículos, en los problemas inmunológicos, en la zurdera, en el tartamudeo y en la dislexia.
Las dislexias severas estarían vinculadas a anormalidades del desarrollo del cerebro in útero, más que a condiciones de aprendizaje de la cultura o a las relaciones afectivas intrafamiliares, que serían, como mucho, factores desencadenantes causales de una predisposición neurológica.
Así, hemos notado una frecuencia estadísticamente muy significativa de la dislexia entre los niños varones (4 veces más que en las niñas), en los zurdos, en los niños dotados para la música, las artes visuales, las matemáticas** y el deporte ¡así por otro lado, como en los rubios y los alérgicos!
Todas estas características estarían ligadas a un desorden de la migración de las neuronas en el curso de la vida fetal, desorden que es evidente en todas las observaciones microscópicas del cerebro de los niños disléxicos.
* Vincent, J. (1986). Biología de las pasiones. París: Odile Jacob.
**Contrariamente a una idea muy difundida, las matemáticas superiores y la geometría serían tratadas sobretodo por el lóbulo derecho ya que se trata de relaciones y de una visión sintética de las cosas, más que de un análisis lógico y estereotipado. El cálculo, al contrario, sería tratado esencialmente por el lóbulo izquierdo.
Tomado de:
Ginger, S. y Ginger, A. (1993). Gestalt: una terapia de contacto. México D. F.: Manual Moderno, p. 199s, 221-225