miércoles, 19 de octubre de 2016

Confiar en tus sentidos es confiar en ti mismo

Según Charlotte Selver existen cuatro formas de interferir en la evolución natural del potencial del niño:

  1. Se le enseña al niño a darle un valor positivo o negativo  a todas las experiencias. Por ejemplo, se le dice: "cuándo" y "cuánto" es bueno que se alimente; "cuándo" y "cuánto" debe dormir; y qué partes de su organismo son "malas y sucias". Cuando se cae y llora no se le permite sentir susto y dolor, sino que los padres lo distraen inmediatamente, produciendo un bullicio y haciendo comentarios tales como "tú eres un chico bueno y el suelo es malo" [además de enseñarle que él no es responsable de sus errores, que son los demás los culpables], en vez de darle un apoyo callado que le facilite vivenciar el incidente e imprimir en su memoria las consecuencias de su conducta . También se le explica, por ejemplo, que el frío y la lluvia son desagradables y peligrosos. Así el niño crece perdiendo la confianza en sus sentidos y pre-juzgando la experiencia antes de percibirla.
  2. Los padres subestiman la sensibilidad del niño cuando expresan con exageración su percepción de las cosas; por ende atrofian la agudeza natural del olfato cuando aspiran con fuerza el olor de las flores para que el niño aprecie su fragancia. Igualmente lo hacen en relación a los sentidos del gusto y del oído al chasquear los labios y la lengua para dar a entender que la comida es de su agrado y al hablar en lenguaje de "bebé" para que el niño aprenda una nueva palabra. De este modo se le condiciona que la manera natural de hacer las cosas no es suficiente.
  3. Existe también una tendencia generalizada a coaccionar constantemente a los niños para que hagan un esfuerzo al oír, ver hablar, caminar o aprender, de modo que cuando alguna conducta se incorpora al repertorio del comportamiento sin "trabajar duro" parece no tener validez real. Muchos padres anhelan que sus hijos aprendan a controlar los esfínteres, a sentarse y a caminar, entre otros, antes que los demás niños, impidiendo así el proceso natural de maduración.
  4. Se acostumbra igualmente a interrumpir a los niños cuando se encuentran en una actividad creadora, subrayando que un "buen chico" es aquel que responde en seguida cuando se le llama. Esto confunde el ritmo innato de los sentidos, distorsionando la percepción al sustituirla por un mundo de reglas e ideas [rígidas].

Gunther señala también el exagerado uso que le da nuestra educación al sentido de la vista en comparación con los demás sentidos. Así por ejemplo, menciona que a los niños se les enseña a no tocarse y auto-explorarse, obligándoles a mantener una distancia física entre sí. Cuando llegan a adultos el contacto cuerpo-con-cuerpo ocurre casi siempre a través del sexo, y muchas veces se confina sólo a las zonas erógenas. También se les impone a los niños a evadir la excitación nerviosa aguantando la respiración o contrayendo los músculos al decirles, cuando les ocurre algo desagradable, frases como ésta: "los hombres no lloran" o "Es feo que las niñas se sienten con las piernas abiertas" [El uso del miedo y la vergüenza como métodos educativos suelen ser efectivos, y tener buenas intenciones, pero generan  efectos colaterales difíciles de desarraigar, como falta de sensibilidad, "frialdad", "dureza", bloqueo de la creatividad, personalidades sumisas o explosivas, etc.]

[Todo esto quizá se puede resumir en:
"No confíes en lo que sientes, no confíes en ti, sólo obedece".]

[Como una forma de retomar un desarrollo más natural, a fines de los años 50 Selver, con el apoyo de Charles Brooks, desarrolla  lo aprendido con su maestra Elsa Gindler, y denomina  Conciencia Sensorial, al tipo de trabajo grupal que realiza, que busca recuperar nuestra sensibilidad sensorial y la confianza en la sabiduría del cuerpo]. La sensibilización a través de la Conciencia Sensorial es un procedimiento útil para enseñar a la persona a discriminar entre una percepción y una imagen. Consiste en estimular las sensaciones propioceptivas, fenómeno que ha sido descuidado por la educación occidental.

Gunther escribe sobre la tensión muscular y dice:
La tensión no está afuera de su cuerpo. Es usted quien la produce. La tensión excesiva es un mensaje no-verbal de su cuerpo que lo invita a que usted sea más receptivo, más permisivo, y que ceda a la relajación.
[El uso del lenguaje refuerza nuestras ideas, como cuando decimos: "Estoy tenso", como algo estático ante el cual no puedo hacer nada. Qué diferente es decir: "Me estoy tensando", un proceso, algo que fluye, del que me hago responsable que perdure o no.]


[Entonces, la propuesta es que] en vez de pensar sobre qué es lo que se siente, simplemente se sienta.

Un ejemplo de ejercicio de conciencia sensorial es el siguiente:

"Cierra los ojos y busca el contacto contigo mismo... Enfoca tu atención hacia las palabras "Ahora tengo conciencia de mi postura... Ahora tengo conciencia de mis piernas..."  Fíjate si realmente estás sintiendo la experiencia o si de lo contrario la estás pensando... Concentra tu atención hacia tu sentido del oído, respira sin tratar de alterar el ritmo de la respiración... ¿Cómo es tu respiración?... Obsérvate, todo el cuerpo... ¿Qué es lo que sientes?.... ¿Estás dispuesto a permitir que tu cuerpo perciba las sensaciones al máximo?... Sacúdete las tensiones... ¿Hay algo en lo cual te gustaría fijar tu atención?... Abre los ojos y toma conciencia de lo que ves ahora, en este momento,y también date cuenta de las cosas que no viste... Relájate... comparte las vivencias con los demás" (Stevens, Awareness).

Otras prácticas pueden ser imaginarse que el propio cuerpo es jalado hacia el suelo por el aumento de la gravedad, y luego que retorna a una posición normal, sintiendo el cuerpo con mayor intensidad. También se puede pedir que se exagere la musculatura facial haciendo una expresión desagradable, tratando de mascar al mismo tiempo, para luego "dejarse ir" gradualmente. También el tocar telas, oler perfumes, escuchar música, etc. Estos ejercicios enseñan a la persona a tomar conciencia y a discriminar sus propias respuestas conductuales hacia la tensión o relajación muscular, y a recuperar sus sentidos.

Los resultados de la toma de conciencia corporal son espectaculares, pero no se sabe por qué. Obrist y Webb lo atribuyen a un fenómeno denominado Funktionlust, o sea que la persona se auto-refuerza al observar que controla músculos sobre cuya existencia anteriormente no había tomado conciencia y que generalmente ocasionan tensión. Al parecer la musculatura estriada está más ligada al control cortical de los sistemas viscerales de lo que se pensaba hasta ahora.



La Conciencia Sensorial puede ser considerada una variación de la relajación muscular profunda, instrumento auxiliar de cualquier terapia, [pero con la salvedad que es ¡mucho más interesante!]. Y es que además, subyace en ella una concepción oriental, por lo que se le considera también una suerte de meditación activa [o en movimiento].

"No es posible repetir las experiencias.
Lo único que se puede hacer es estar despierto y actuar en el momento".


Tomado de:
Kort, F. (1971). Psicoterapia de Grupo y Desarrollo del Potencial Humano. Caracas: Monte Ávila, pp. 85-90