sábado, 17 de febrero de 2018

Los bebes necesitan mamás canguro

La importancia del rebozo (fular) en el apego temprano

Las experiencias que el bebé tiene junto al cuerpo de su madre le recuerdan su situación intrauterina, ya que ésta le proporciona los mismos estímulos: el ritmo o movimiento, escuchar los latidos de su corazón, el tono de su voz y sobre todo la sensación de fusión con el cuerpo de su madre.
(...)
Estoy segura de que nadie ha visto a uno de esos bebés -llevados en rebozo- llorando o pataleando por querer salirse del rebozo. La realidad es que están siempre tranquilos a pesar del ruido, la contaminación y el calor, simplemente porque sus necesidades están satisfechas.

La madre viene y va, mientras el bebé disfruta del ritmo y movimiento, así como de la sensación de contención que le brinda la madre al tenerlo unido a su cuerpo. Al estar apretado por el rebozo, revive sensaciones que disfrutó durante los nueve meses que estuvo dentro de ella.

El resultado es que estos niños crecen sin miedo, con confianza y seguridad básicas y con una profunda vinculación, no sólo hacia su madre sino  también a sus raíces, cultura y tradiciones, y fuerte identficación con su grupo social.


A continuación el testimonio de una madre con el empleo del rebozo con su hijo Carlos:

Recuerdo la primera visita la pediatra. Carlos tenía 15 días de nacido y en la sala de espera me dice una mamá al escuchar el llanto de mi recién nacido y ver mi reacción al cargarlo de inmediato: "¡Cuidado! porque luego se toman la medida y no vas a poder dejar de cargarlo" Yo sentía a mi bebé en brazos y pensaba: "si esto es lo que necesita , ¿cómo se lo voy negar?"

Realmente nunca hice caso a la palabra "engreír" y seguí mi instinto materno que me decía "Cárgalo, te necesita". Hasta en las noches, que en algún momento Carlos tenía necesidad de mí, lo cargaba en el rebozo y de esta manera le marcaba claramente un límite: "te cargo pero en el rebozo para que te vuelvas a arrullar, no te voy a entretener".

Pasado el tiempo me di cuenta de que si un bebé tiene suficiente mamá durante el día, de noche no necesita más y puede dormir tranquilamente. Durante el día organizaba muy bien mis actividades para hacer la mayoría de estas con Carlos cargado en el rebozo.

Me lo llevaba a fiestas, reuniones, bodas, no importaba el ruido o la temperatura, él cerca de mi pecho estaba a gusto, tranquilo y contento. Siempre he pensado que un bebé que no llora, en automático crea un vínculo maravilloso con su madre, y que los dos pueden invertir un gran porcentaje de esta energía en disfrutarse, los bebés en aprender y las mamás en ser felices.

Era increíble saber identificar y responder a sus necesidades desde fisiológicas hasta emocionales con solo cargarlo en el rebozo, ya que en ese momento que comenzaba hacer algún ruidito de incomodidad sabía de inmediato qué necesitaba, "ah, tiene calor", era comos saber un idioma nuevo.

Sorprendentemente ya dormía toda la noche cuando tenía 2 meses. En general dormir es como comer, un placer más de la vida. Cuando era el momento de ir a dormir lo acostaba en sus cuna, me miraba fijamente a los ojos y se acomodaba de lado abrazando a su elefante, yo pensaba: "lo que es saber que ahí estamos su papá y yo, que puede dormir tranquilo y confiadamente". Recuerdo que mis amigos se sorprendían  de que lo acostaba en su cuna, apagaba la luz, le decía buenas noches y cerraba la puerta. Así de fácil era dormir a mi bebé.

Desde que Carlos era muy pequeño trataba de explicarle todo lo que íbamos a hacer. Llevarlo a algún lado, cambiarle el pañal, ponerle el suéter y limpiarle la nariz. Yo siempre opiné que hablarles a los bebés claramente propicia un buen desarrollo del lenguaje, así como escucharlos activamente, aunque todavía no hablen.

Hoy en día Carlos tiene 1 año 8 mes. Es un niño sociable, intrépido, seguro, ingenioso, divertido, alegre, cariñoso y muy feliz. Lo sigo cargando en el rebozo y al tenerlo a la misma altura del mundo de los adultos se ha vuelto sumamente educado y sensible. Le gusta pagar a la cajera del supermercado, saludar al vigilante todas las mañanas que salimos, hasta repartir volantes en una Expo en la que le ayudamos a mi esposo en una ocasión.

Da las gracias sin que yo se lo haya pedido, por simple imitación. Estoy convencida de que en una buena vinculación, el niño tiene el amor de mamá seguro, por lo tanto puede enfocar su energía en imitar a los adultos y aprender un cantidad de cosas interminables, en vez de preocuparse y enfocar la energía en que "mamá no me deje (abandone)".

Con Carlos he aprendido que no hay mejor literatura que te aconseje que tu instinto.
_____________________________________
Abajo un video sobre el "Cuidado Madre-Canguro", diseñado para los bebés prematuros pero igual de importante para todos los bebés. Se basa en tres principios: Calor, Amor y Lactancia.



Tomado de:
Rincón, L. (2009). El abrazo que lleva al amor. México. Prekop, pp. 26, 31ss