lunes, 22 de enero de 2018

El contacto inicial del bebé y sus padres

La  necesidad del bebé [al momento de nacer] es sentir que su madre le expresa con su mirada: "aquí estoy, me alegro de verte, tu llegada me hace sentir la mujer más feliz del mundo"... Esos momentos intensos dan al bebé la oportunidad de fijar por primera vez en su vida su atención completa en los ojos de su madre. Recordemos al respecto cuánto tiempo puede un bebé ejercitar la "atencion" manteniéndose quieto y fijando la mirada en su madre. Los bebés que no pudieron ejercitar su atención de esa manera manteniéndose quietos por largo tiempo perdieron la primera oportunidad en su vida de llevar a cabo tal "entrenamiento" (p. 18)

Entre las madres a quienes se permite permanecer solas con su bebé y disfrutarlo en esos momentos valiosos [inmediatamente después del parto], el 80% de lo que dicen se refiere a los ojos, pues reportan que el contacto visual de su bebé es intenso. El bebé muestra interés en ver a su madre, así como en observar su cara detenidamente... prefieren la cara de su madre a la de otras mujeres... con ella se calienta de inmediato y adquiere la temperatura adecuada... el bebé y la madre fueron hechos para estar juntos, por lo que debemos pensar en que es necesario que hayan cuidados para ambos juntos y no como individuos separados. (p. 24)

Una de las habilidades del bebé es la imitación para copiar expresiones faciales; esto es: si la madre le saca la lengua a una distancia de 20 a 25 cm., el bebé hará lo mismo después de unos segundos.

La estimulación táctil regular por parte de los padres en el recién nacido es siempre positiva, ya que modera los niveles de las hormonas del estrés infantil: norepinefrina y cortisol. Igualmente promueve la ganancia de peso, aumenta el funcionamiento del sistema de inmunidad y las conexiones cerebrales y disminuye la frecuencia cardíaca.


Los recién nacidos muestran una clara habilidad para recordar sonidos desde el sexto mes de gestación y reaccionan al sonido de la voz de su madre. Igualmente, ponen atención a la voz del padre (familiar desde la vida intrauterina) y muestran disposición e interés para responder. Los bebés parecen estar programados para mirar en la dirección de donde proviene el sonido y escuchan con interés en un esfuerzo por comunicarse.

[Al nacer y] succionar el pecho, la madre produce más leche y la hormona oxitocina, la cual baja al útero y puede detener cualquier sangrado [uterino]. El recién nacido descansa unos minutos sobre el vientre de la madre y comienza a impulsarse hacia arriba; luego con sus pies se apoya sobre el abdomen  de ella presionándolo y de esta forma estimula las contracciones del útero que decrementan el sangrado [también]... La mirada del bebé se dirige al pezón y a su madre, se chupa el dedo que tiene el sabor familiar del líquido amniótico, el cual conoce desde que estaba en el útero; pero si el bebé fue bañado inmediatamente después de nacer, gran parte de la actividad de chuparse las manos se perderá. Esto lo guiará al pecho de su madre, pues éste secreta una sustancia similar a la que se encuentra en el líquido amniótico.

Muchas madres notan que el lazo emocional con su bebé no es automático ni evidente, algunas se enamoran de su bebé desde que lo tienen dentro de su cuerpo, otras lo hacen en la primera hora de vida y aproximadamente 40% de ellas necesitan una semana o más para sentir que el bebé es realmente de ellas.

El ciclo acción-reacción-acción entre la madre y el niño abre los más diversos canales de comunicación. Estos canales capacitan al niño para transformar, paso a paso, estímulos sin significado en señales plenas de significado. Surgen las primeras imágenes del reconocer y recordar. Con la madre como un yo que representa al mundo, el niño desarrolla su confianza pre-verbal en el tú, que aleja el miedo a los extraños y a lo desconocido, y que establece las condiciones para la propia identidad. (p. 219)

Los niños que no pudieron satisfacer su vinculación con la madre sufren también de miedo al abandono; esto es, son incapaces de disfrutar y aprender si la madre no está cerca, porque constantemente piensan que no volverá y que ellos se van a quedar abandonados para siempre. Por eso necesitan la cercanía física de la madre en todo momento y sufren cuando ésta se aleja. (p. 220)

Es claro que cuando el niño está en un estado de dependencia tan profundo que necesita a su madre como al aire que respira, el padre y la relación con él no le representan ningún interés, pues no cuenta con la energía para comenzar ninguna otra relación. (p. 221)

Como cada bebé tiene diferencias individuales, los padres suelen necesitar tiempo para conocer a su bebé y darse cuenta de lo que éste realmente necesita. En ocasiones, una vez identificadas las señales de su hijo, éstas cambian, de modo que los padres deben explorar y buscar constantemente para saber qué necesita su hijo.

Una de las cosas más positivas que se puede hacer con los padres es darles la oportunidad de interactuar y cuidar a sus hijos desde el nacimiento. Está comprobado que si el padre pasó al menos 15 minutos solo con su bebé recién nacido, desarrollará un vínculo profundo con éste y deseará pasar con él un tiempo significativamente largo durante los tres meses siguientes.(pp. 24.28)

Extractos tomados de:
Rincón, L. (2008). Así fluye el amor. México: Prekop.