miércoles, 12 de febrero de 2014

Los beneficios de la Meditación Zen

En 1989 Tomio Hirai estudió a un grupo de monjes budistas, observando las respuestas fisiológicas mientras ellos meditaban. Entre las cosas interesantes que identificó se encuentran: 

  1. Como producto de la meditación el ritmo respiratorio disminuye pero el volumen respiratorio aumenta y, paradójicamente, el consumo de oxígeno disminuye (25% por debajo de lo normal). Una inhalación corta (5 sg )y una exhalación larga (10 a más sg.) crean un ciclo respiratorio lento, que reduce de forma natural la velocidad de la transformación del oxígeno en dióxido de carbono. De lo que se desprende que por más tiempo se dispone de oxígeno, con los consecuentes beneficios para la salud física y mental.
  2. El metabolismo basal, es decir el gasto de energía diario que se necesita para vivir, disminuye. Esta disminución no tiene que ver con la respiración, pues en un grupo control el cambio respiratorio no afectó el metabolismo. La sospecha del decremento recae en la disminución del metabolismo energético cerebral, al desarrollarse la actitud de no-reacción frente a los contenidos mentales.
  3. A pesar de la postura meditativa (que en sesiones normales se mantiene por 45 minutos a más), se evidencia relajación muscular.
  4. Comparando la meditación Zen con la meditación Yoga, se encuentra que en la primera las ondas alfa (del estado relajado) se alteran ante estímulos sonoros corrientes, pero no se genera habituación, es decir que el meditador volverá a ponerse en un breve estado de alerta aunque ya haya oído antes el estímulo. Incluso nombres personales no hacen diferencia ¿Qué está ocurriendo? Pues lo que ocurriría es que cada vez se percibe el estímulo como nuevo. En cambio en la meditación Yoga las ondas alfa no se alteran ante los estímulos, lo que evidencia el carácter abstractivo de dicha práctica. La meditación Zen, por lo contrario, es una práctica de "atención plena sin juicio" (como un niño inocente, con capacidad de sorprenderse a cada paso).
  5. A través del electroencefalograma se identificaron los cambios en los estados de la conciencia encontrándose que al empezar a meditar se pasaba del estado beta (de vigilia normal) a estado alpha y mu (relajación con ojos cerrados y abiertos, respectivamente) en unos segundos. Luego aumenta la amplitud de las ondas alpha (esta amplitud está directamente relacionada con el nivel de experiencia meditativa). Al cabo de 30 minutos aparecen ondas tetha (comunes en la somnolencia, períodos hipnagógicos) por unos segundos. Estas ondas tetha difieren de las que aparecen durante el sueño, lo que hace suponer que cumplen una función semejante a las alpha. Mientras tanto continúan las ondas alpha como trasfondo, las que persisten incluso hasta dos minutos después de haber terminado la meditación. Es decir, relajación pura.
  6. Otro de los descubrimientos reveló un reflejo cutáneo galvánico aumentado. Este reflejo consiste en la activación de las glándulas sudoríparas. El sudor producido induce un cambio de la resistencia galvánica en la superficie cutánea ¿Qué sugiere esto? La existencia de un estado de alerta y a la vez relajado.
  7. Se encontró un caída de la concentración de lactato (ácido láctico) en la sangre, relacionado con la sensación de paz interior. (Schutzenberger, p. 174)


Los dejo con las palabras del monje Ashibé:

"Aunque soy un sacerdote Zen experimentado, la aparición de una hermosa joven en bañador y la caída repentina de una serpiente constituyen estímulos ante los que reacciono. Todo ello demuestra la claridad de la conciencia propia de la meditación Zazen. No obstante, fui capaz de volver a un estado de tranquilidad al cabo de pocos segundos. Ello no equivale a afirmar que la meditación Zazen libera a una persona de las nociones ilusorias. De hecho, aún conservo numerosas nociones ilusorias, pero ni me obsesiona ni estoy  totalmente ligado a ellas." - Kenzen Ashibé, sacerdote budista (p. 215).

El Dr. Hirai también ha publicado: Curarse con la meditación zen (la otra medicina) (2007)
Para ver el uso de la meditación en las cárceles véase: sobre la vida de Noah Levine

Referencias:
Hirai, Tomio (1994, 1989). La meditación zen como terapia. Barcelona. Océano Ibis.
Martínez Casanova, Cristina (2008). La meditación como herramienta para el crecimiento. En: www.escuelatranspersonal.com
Schutzenberger, A. (1980). Nuevas terapias de grupo. Madrid: Pirámide.