domingo, 23 de febrero de 2014

Jung: sueño, símbolo, arquetipo y lo divino

EL SOÑAR (p. 121-125)
En la terapéutica de Jung, el soñar ocupa un lugar central. Algunos aspectos que él considera:
  • Los sueños, a lo largo de los días, expresan una temática, pero no necesariamente en orden secuencial sino, más bien, "giran" alrededor de un tema. Por ello, se recomienda llevar un diario de sueños para su análisis en conjunto.
  • La interpretación según las expectativas del soñante suele ser falsa.
  • Los sueños puede ser interpretados de manera subjetiva, considerando sus contenidos como expresiones de tendencias o funciones psíquicas (simbolismo). Y también de manera objetiva, tomando a los personajes concretamente. 
El sueño tiene tres funciones principales:
  1. Función Compensadora: expresa la totalidad de la conciencia al manifestar en el contenido del sueño los opuestos de la vivencia consciente.
  2. Función Reductiva: el contenido del sueño evidencia los instintos básicos desatendidos (sexuales, agresivos). La interpretación freudiana enfatiza esta función.
  3. Función Prospectiva: como entrenamiento de un evento por venir, que se viene gestando en el inconsciente (a esto las personas suelen llamarlo equivocadamente "sueños premonitorios", de los que no dudamos, pero que tienen otras características). Caracteriza la interpretación jungiana.
SIMBOLO
"Un símbolo auténtico jamás puede ser interpretado íntegramente. Su parte racional podemos inferirla de la conciencia; su parte no-racional, tan sólo "representárnosla". Por ello un símbolo expresa también siempre la totalidad de la psique, su parte consciente e inconsciente, así como todas sus funciones" (Jacobi, p. 150). Por ello representarlo con todos los sentidos posibles es la mejor forma de acceder a su significado (aquí, por ejemplo, puede entrar el significado de los colores). Un símbolo que se entiende pierde su fuerza.

ARQUETIPO
Jung nos plantea los arquetipos como tendencias, potenciales, las plantillas de las cosas. En el lenguaje actual, sería el equivalente a lo que habita el campo morfogenético. El acceso a lo arquetípico es posible a través de las imágenes arquetípicas, que pueblan el inconsciente colectivo. Otra forma es notoria en el uso de movimientos y posturas físicas, que al realizarlas, nos conectan con determinadas actitudes y emociones (los gestos de adoración, por ejemplo) (p. 78ss).

MANDALAS
Los mandalas, tanto orientales como occidentales, revisten un gran interés en la psicología jungiana. Son considerados como autorreguladores de la psique al expresar y sintetizar la totalidad. Realizarlos o contemplarlos facilita que internamente nuestro psiquismo se integre, los aspectos opuestos confluyan.

LO DIVINO
""El hecho de que Jung se contente con lo experimentable psíquicamente y que en su teoría rehúse los puntos de vista metafísicos no significa gesto alguno de escepticismo hacia la creencia o la confianza en fuerzas superiores. "Debe evitarse severamente -dice Jung- toda afirmación acerca de lo trascendente, porque tal afirmación es siempre ridícula pretensión del espíritu humano, el cual no tiene conciencia de su limitación. El hecho de llamar a Dios o a Tao emoción o un estado del alma, expresa sólo algo acerca de lo cognoscible; pero no acerca de lo incognoscible, sobre lo cual decididamente nada puede afirmarse" (p. 215)"".

Cunado Jung habla de Dios como arquetipo, no pretende reducirlo a ello, sino que a nivel de la ciencia sólo podemos llegar hasta allí. Más allá, le corresponde a la teología o la metafísica.

Tomado de: Jacobi, Jolande (1963). La Psicología de C. G. Jung. Madrid, Espasa-Calpe.