sábado, 22 de febrero de 2014

Jung: el complejo y el alma

EL COMPLEJO
Define Jung los complejos como grupos de contenidos psíquicos que se han separado de la conciencia y funcionan autónomamente, "llevan una existencia aparte en la oscura esfera del inconsciente, desde la cual, en cualquier momento, pueden inhibir o estimular producciones conscientes... el complejo es una fuerza psíquica, frente a la cual, de cuando en cuando, cesa la intención consciente, la libertad del yo" (Jung, citado por Jacobi, p.71.73). "El origen del complejo es con frecuencia un ...shock emocional o algo análogo que encapsula o escinde una parte de la psique" (Jacobi, p. 73).

Esta descripción es la que actualmente usamos para entender los programas bajo los que estamos funcionando inconscientemente, generalmente instalados durante nuestra gestación o a nivel trangeneracional, y que se activan o evidencian cada cierto tiempo obedeciendo a gatilladores como ciclos temporales (síndrome de aniversario), circunstancias análogas (convertirse en padre) o patrones de vida (elección de pareja).

EL ALMA
Jung no pretende hablar del alma en términos metafísicos. Nos habla del arquetipo del alma, esa parte esencial que se evidencia como nuestro contrario sexual (ánima en los varones, ánimus en las mujeres). La llamada "imagen del alma", se manifestará en los sueños como mujer, si somos hombre (por ejemplo, Beatriz en relación a Dante), o como varón, si somos mujeres (el príncipe azul de los cuentos) (p.172s). Si la persona es intelectual, la imagen del alma tenderá a ser sentimental.

El ánima puede manifestarse como: doncella, mendiga, prostituta, compañera, etc. Ejemplos en el arte:
Kundry en la leyenda de Parsifal.
Andrómeda en el mito de Perseo.
La She de Ridder Haggard
Antinea de La Atlántida de Benoit.

Manifestaciones del ánimus:
Dionisio, Barba Azul, el cazador de ratas, Sigfrido, un galán de cine o un luchador significativos, o personajes históricos como el Ché Guevara.

Cuando no se ha desarrollado la psique, suele manifestarse de forma primitiva como objetos o animales. El ánima puede representarse entonces como vaca, gata, tigresa, un barco una cueva; y el ánimus como águila, toro, lobo, lanza, torre, etc.

Tomado de: Jacobi, Jolande (1963). La Psicología de C. G. Jung. Madrid, Espasa-Calpe