jueves, 5 de febrero de 2015

Orígenes de la Necesidad del Contacto Físico

Los estudios de Harlow* en monos pequeños (usando madres artificiales) demostró que los primates se apegan a sus madres, en primer lugar, en función de la suavidad de su piel. De manera secundaria, surgía la lactancia (oralidad), el calor y el efecto de ser mecido. En algunos casos, el calor tuvo preponderancia sobre la suavidad, lo que nos debe hacer pensar en diferencias surgidas en la gestación. El contacto que buscan muchos niños al tocar a sus madres (pechos, lóbulos, cabellos) está lejos de ser de naturaleza sexual, y parece cumplir la satisfacción de sentir otra vez a la madre acogedora.

Por ello Bowlby sugiere que el primer estadío del desarrollo psicosexual freudiano, más que centrarlo en lo Oral se centraría en el Apego, por lo que podría llamársele "Cutánea", entendida como contacto piel-piel, agarrarse, prenderse. Pues, tras improntarse el ave o mamífero con su madre o su sucedáneo, le sigue a donde vaya. Cuando no está la busca y la llama con el mayor desconsuelo. Este fenómeno también es notorio en el bebé humano y es lo que suele llamarse "angustia de separación", que suele desaparecer en cuanto se restablece el contacto con la madre.

Las crías de los mamíferos se agarran a los pelos de su madre para encontrar una doble seguridad física y psíquica. La desaparición casi completa de pieles sobre la superficie del cuerpo humano facilita los intercambios táctiles primarios significativos entre la madre y el bebé y prepara el acceso de los humanos al lenguaje y a otros códigos, pero hace más aleatoria la satisfacción de la necesidad de agarramiento en el niño pequeño.

Winnicott (citado por Anzieu, p. 38) nos habla de la psicopatología del apego: "si la carencia sobreviene antes de que el bebé se haya convertido en una persona, provoca la esquizofrenia infantil, los trastornos mentales no orgánicos y la predisposición a trastornos clínicos mentales posteriores; si la carencia engendra un traumatismo en un ser lo bastante evolucionado como para considerarse susceptible de resultar traumatizado, produce la predisposición a trastornos afectivos y a tendencias antisociales; si sobreviene cuando el niño quiere conquista su independencia, provoca la dependencia patológica, la oposición patológica y las crisis de cólera."

"El apego de la madre al niño se modifica a medida que éste crece, pero la reacción de desconsuelo cuando lo ha perdido no varía. El niño soporta ausencias cada vez más largas de la madre, pero sigue trastornándose dela misma forma si no viene en el momento en que le espera. El adolescente conserva esta reacción interiorizándola, porque tiende a escondérsela a los demás, incluso a sí mismo."  (madre interna). (p. 37)

Anzieu refiere que aquellos niños que tempranamente han sufrido enganchamientos excesivos y desenganchamientos bruscos e imprevisibles de forma repetida, luego presentan la llamada Personalidad Límite: personas que no están seguras de lo que sienten, más preocupados por lo que suponen que son los deseos y los afectos de los demás, viven sin mayor proyección de futuro y se comunican en forma de narración; no tienen la disposición para aprender por la propia experiencia, les cuesta desengancharse de las ideas, desarrollar un verdadero pensamiento abstracto; permanecen pegados a las sensaciones y a las emociones en su vida mental Temen la penetración, ya sea la de la vista o la del coito genital.

Referencia:
Anzieu, D. (1998, 1974). El Yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.

*Este video nos muestra los experimentos de Harlow

martes, 27 de enero de 2015

El proceso de elegir una respuesta

Aunque a continuación se hable en función de la prueba psicológica llamada Rorschach, el proceso descrito ilustra cómo funciona nuestra mente ante un estímulo y su consecuente respuesta.

Hablar del test de manchas suele asociarse a "técnica proyectiva" y a la interpretación de los contenidos. Sin embargo Rorschach, quien le dio origen, lo concibió como un estudio del proceso perceptivo. Freud ha presentado el concepto de Proyección de dos maneras, el primero como mecanismo de defensa, que convierte los peligros, sentidos como internos, en peligros externos, para manejarlos más fácilmente; y el segundo concepto como un proceso humano natural, en el que lo defensivo puede ser o no ser relevante. Murray, al presentar el T.A.T., se basó en este segundo concepto, formulando la proyección como una simple tendencia de las personas a ser influidas por sus necesidades, sus intereses y su organización psicológica general, que afecta la traducción cognitiva o a la interpretación de los datos perceptivos cada vez que el campo estimular presenta cierta ambigüedad. (p. 15)

""La naturaleza de la situación que el test (de manchas) genera fuerza al sujeto a convertir la mancha en algo que no es, dando así origen a una situación de resolución de problemas que exige cierta violación de la realidad. Al mismo tiempo, el sujeto ha de mantener su propia coherencia personal. Bajo tales condiciones, la petición de "desidentificar" el estímulo provocará la entrada en actividad de una serie compleja de operaciones psicológicas que habrán de culminar en decisiones y en la emisión de respuestas.

El problema que plantea tener que "desidentificar" el estímulo sería relativamente simple para la mayoría de los sujetos si apareciera una sola alternativa a la respuesta "mancha", pero no ocurre así. Una vez presentada la mancha se forman con gran rapidez una buena cantidad de falsas identificaciones o respuestas potenciales. Por consiguiente, un componente de la problemática situación con la que se enfrenta el sujeto que responde al test será qué respuestas potenciales verbalizar y cuales descartar"". (p. 29)

EL PROCESO DE RESPUESTA
""Si los sujetos generan una gran cantidad de respuestas potenciales a las manchas ¿por qué dan muchas menos respuestas cuando se aplica de forma normalizada?"" Parece ser que buena parte de los sujetos dan menos del 25% de las respuestas potenciales que podrían dar. Entender esto involucra tomar en cuenta las diferentes fases que existen entre la recepción estimular y la emisión de la respuesta verbal:

FASE I
1. Admisión (input) y representación o codificación del estímulo y sus partes.
""La fig. 1 es una reproducción aproximada de la actividad exploratoria ocular de una mujer de 19 años a contemplar la lámina 1 durante un tiempo aproximado de 500 ms (milisegundos).
Cada una de las flechas representa un punto de enfoque que la sujeto realiza de su campo visual. Se desconoce la extensión del campo visual periférico, pero si se aplica una estimación conservadora de una pulgada a cada lado de ese punto de enfoque, se puede extraer la conclusión de que, en el tiempo dado, la sujeto ha explorado toda la mancha, y alguna de sus zonas más de una vez. La importancia de este hallazgo radica en que el tiempo de reacción medio de 125 sujetos no pacientes para la primera respuesta a la lámina 1 es de 5,79 segundos... Lo que confirma la existencia de un período de demora entre la admisión datos y la emisión de respuestas. Es un crucial intervalo de escasos segundos en el que tienen lugar la mayoría de las operaciones que llevan al sujeto a decidir el uso que dará a las respuestas potenciales que ha generado tras encontrarse ante un estímulo"". (p. 35s)

2. Clasificación del estímulo y de sus partes. Ordenación de las múltiples respuestas potenciales creadas.
""Una vez producida la admisión de datos, éstos se codifican, se almacenan en forma de memoria de corto plazo y comienza el proceso de clasificación. La información en la memoria a largo plazo es utilizada como tabla de comparación para clasificar o "desidentificar" el campo estimular o sus partes. En algunos casos, puede que el campo en su conjunto, o alguna de las partes, quede sin clasificar debido a la ambigüedad que representa para el sujeto. Pero casi todos los sujetos, con la probable excepción de aquellos con deficiencias intelectuales o neurológicas graves, clasificarán algunos elementos del campo como suficientemente similares a objetos conocidos o imaginados como para generar respuestas potenciale"" (p. 37). Aunque parece ser que los estados psicopatológicos inhiben en parte la actividad de mediación necesaria para la formación de respuestas, un estudio de Colligan y Exner (1985) muestra que es más acertado afirmar que, en el caso de los esquizofrénicos, éstos se ponen más a la defensiva ante la situación de prueba, lo que produciría la inhibición a emitir respuestas.
""...Cuanto más fragmentado sea el campo estimular, mayor será el tiempo necesario para el proceso de codificación y clasificación. Lo cual parece confirmar la noción de que algunas manchas o zonas de las mismas se clasifican muy rápida y fácilmente, mientras que otras requieren un tiempo más prolongado de exploración.
Si se acepta esta premisa, las diferencias en el tiempo de exploración y clasificación no son tan importantes como para justificar la demora, relativamente prolongada, que tiene lugar entre la representación de la mancha y la emisión de la primera respuesta. Si se extrapolan de manera conservadora los resultados de los estudios de los diversos estudios, parece razonable extraer la conclusión de que un período de 2 a 3 segundos después de la exposición es más que suficiente para codificar el estímulo y clasificar al menos tres, si no más, respuestas potenciales ¿Por qué entonces la mayoría de los sujetos emplea al menos el doble del tiempo  y a menudo mucho más, antes de emitir su primera respuesta? Lo más probable es que los procedimientos de ordenamiento y eliminación sean los principales responsables de esta dilación."" (p. 40)

FASE II
3. Eliminación de respuestas potenciales que ocupan los últimos puestos (razón de economía)
Un factor que contribuye a limitarse en dar respuestas es el deseo de terminar rápida y eficazmente la prueba, bajo la influencia de sentirse "evaluado", tanto en su sentido de ser etiquetado socialmente como en el sentido de estar pasando un examen escolarizado, lo que genera un grado de aprensión y un nivel de defensividad.
Un segundo factor que contribuye a economizar las respuestas es el proceso de ordenación en sí: entre más de dos opciones se elige una que "parece más" y se descartan las otras.

4. Eliminación de respuestas potenciales por acción de la censura.
Los sujetos más inclinados a dar respuestas aceptables tienden a ocultar y descartar mayor número de respuestas que los sujetos menos preocupados por resultar aceptables. Los pacientes y los alumnos evaluados por su propio terapeuta o profesor dan por término medio 10-16 respuestas más (respectivamente) al Rorschach que los sujetos control. Y en el caso de los pacientes también se incluye un aumento significativo de respuestas sexuales (4.3 frente a 0.8).
La incomodidad de un examinador novato produce ansiedad en el evaluado, haciendo que éste se comporte de forma más reservada y emita menos respuestas.
Aunque un débil rapport puede generar pocas respuestas debido a la censura, parece más probable que la censura se deba a los prejuicios hacia la prueba y por los juicios de valor sobre la aceptabilidad de las respuestas: "¿si digo esto parecerá que estoy loco?"

FASE III
  • Selección de algunas de las respuestas restantes en función de rasgos o estilos.
  • Selección de algunas de las respuestas restantes por influencia de factores de estado emocional, activados por las demandas que la tarea impone.

La emisión de la primera respuesta a una mancha se produce después de que hayan tenido lugar estas operaciones.

Exner, J. (1993). El Rorschach: Un Sistema Comprehensivo. Vol. 1. Madrid: Psimática. Cap. 2.

El mapa no es el territorio

No contactamos con la realidad directamente sino a través del filtro de nuestros sentidos y de nuestras formas de percibir y conforme pasa el tiempo, también a través de nuestra memoria (grabaciones). Un mapa puede ser una representación bastante fiel pero no perfecta de la realidad.

"...Nosotros, seres humanos, no operamos conductualmente sobre el mundo directamente, sino por medio de este modelo (nuestro mapa) que comenzamos a crear desde nuestro nacimiento.

Los modelos normalmente son diferentes al mundo real en tres maneras, de la misma forma que lo son los mapas. En primer lugar, algunas partes de las grabaciones van a ser omitidas y no representadas en nuestro modelo. La inclusión de todo sería imposible, pero muchas veces en este proceso de selección de datos, se omiten unas claves. La segunda manera en la cual nuestro modelo es distinto de la realidad es por las distorsiones. Esto es un proceso de modelaje que permite ciertos cambios en la experimentación de los datos sensoriales. Este proceso puede ser constructivo, y es necesario para la conceptualización del futuro, pero también puede ser muy destructivo. El tercer proceso de modelaje que contribuye a la diferencia entre el modelo y la realidad es la generalización, en que un elemento en el modelo llega a representar toda la categoría, de la cual es un ejemplo. Esto nos permite abrir todas las puertas, todos los libros y dormir todas las noches en la misma forma, sin instrucciones especiales cada vez. La generalización nos permite operar más eficientemente de un contexto a otro, pero a la vez corremos el riesgo de generalizar equivocadamente."

Tomado de: Brenson, G. (1978). Opciones de movida chueca. Bogotá: Tercer mundo, pp. 39s.

lunes, 26 de enero de 2015

FORMAS DE EJERCER LA AYUDA

Las personas - y a veces los profesionales de la salud- emplean y recomiendan diferentes formas de recuperar la salud física y  mental o psicológica. Repasemos algunas:

1. La Sopa de Pollo. Son los "consejitos" que todos piden y que casi nadie sigue: "haga ejercicio", "sea paciente", "deje de preocuparse tanto", "tome un curso de desarrollo personal", "cásese", "dialogue con sus hijos", "coma pecanas para el cerebro". Estos consejos son buenos en sí, pero el cliente generalmente no tiene las herramientas para implementarlos. Por ejemplo los libros pueden ser un útil suplemento a la terapia o convertirse en "sopa de pollo".

2. Arqueología Mental. La creencia que hay que desenterrar cada detalle del pasado, desempolvarlo, observarlo con atención, hablar del descubrimiento, etc. para que ya no nos afecte. Este proceso implica largo tiempo, suposiciones muchas veces equivocadas, reexperimentar dolor innecesario y un gasto importante de tiempo y dinero.

3. La Palmadita en el Hombro. O "la sobadita de espalda". Cuando, apelando al destino o a Dios, se nos dice que aceptemos lo que nos ocurre, que ya pasará, que tengamos fe, que "carguemos nuestra cruz", etc. En un mal entendimiento de la fe, se pasan por alto los conocimientos adquiridos por diversas disciplinas para ayudar a las personas a superar su sufrimiento.

4. Terapia Pepera. Se busca solución en una pastillita (o hierba, esencia, aguja de acupuntura, cirugía o lo que sea), evitando asumir la responsabilidad del propio comportamiento como causante, mantenedor o reestablecedor del estado de salud. En lo psicológico, esta estrategia suele orientarse a "controlar" al paciente (ritalin para tener atontado al niño, antipsicóticos para que el esquizofrénico esté dopado). Los medicamentos son necesarios como apoyo al cambio de estilo de vida, de pensar y de comportarse, por tanto su uso debe ser de tiempo limitado, y no "para toda la vida".

5. Psicoveterinaria. Se pretende extinguir conductas "inapropiadas", muchas veces inapropiadas para el gusto de los demás, sin considerar el sentido del síntoma o conducta. Se trata al paciente como a ratón de laboratorio, como sujeto de condicionamiento a secas (esto suele pasar en instituciones pues hay la tendencia a dejar de ver a la persona y sólo verla como el rótulo del diagnóstico). Un trágico ejemplo es el electroshock.

6. La Orejaterapia. Queja frecuente de muchos que han visitado a un psicólogo: "sólo me escucha". El profesional cree que es suficiente ofrecer un ambiente tolerante, comprensivo y apoyador y con la mínima intervención posible el cliente se desahogará y solito encontrará sus soluciones. Para eso, mejor ir a la peluquería.

7. El sádico científico. El tratamiento es hacer catarsis. Se fomenta mucha "expresión emocional y/o afectiva" pero sin integrarla. El cliente se infantiliza un rato, se siente amoroso un rato, y luego cuando vuelve a su vida sigue siendo igualito, esperando su dosis de catarsis y amorosidad en la siguiente sesión. Incluso puede llegarse al extremo de incluir el fomento del dolor físico como parte "imprescindible" de la terapia para llegar a lo "profundo".


Cada una de estas maneras representa una incorrecta interpretación de diversos enfoques terapéuticos, pues cada una tiene un momento oportuno de ser empleada (dar un consejo, apoyo moral, medicamento, condicionamiento, escarbar un poco, actitud no directiva, ejercer presión).


Adaptado de: Brenson, G. (1980). Opciones de Movida Chueca. Bogotá: Tercer mundo.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Musicoterapia y terapia de grupo (1)

La curación, en la medicina tradicional tribal, suele ir acompañada de cantos, cuyo ritmo monótono, a veces lento, a veces frenético, tiene claros efectos hipnóticos. Curiosamente el dios griego Apolo, está encargado tanto de la medicina como de la música.

""El buen éxito o el fracaso de la musicoterapia depende de factores humanos tanto como de factores musicales de relación. La ponderación de la respuesta del paciente a la música debe incluir lo que cabría llamar su "historia musical"(p. 113) "": lo que mamá oía durante la gestación, lo que se escuchaba en casa, sus gustos y aversiones, eventos importantes y la música que los acompañó, etc.

""Para establecer un rapport básico entre el paciente y la música, ésta debe ser elegida para que se satisfaga su esquema y rapidez mental. Una persona apática y lerda, por ejemplo, será más fácilmente envuelta por la música triste y lenta que por la alegre y rápida, e inversamente los pacientes inquietos y distraídos serán más fácilmente alcanzados por música rápida, fuerte y de tiempos alegres. Una vez que el terapeuta se ha introducido en el carácter del paciente y ha conseguido atraer momentáneamente su atención, mediante el empleo de música de carácter contrastante puede ir desarrollando gradualmente un desvío de la atención hacia un tempo diferente o un carácter diferente."" (p. 192)

""Si la música puede ayudar al oyente a explorar y a descubrir su yo interior mediante un proceso psicológico profundo, las actividades musicales pueden auxiliar al ejecutante para que adquiera o desarrolle el conocimiento de sí mismo (p. 120)""... El sonido de las propias voces registrado tiene un enorme impacto en las personas, así como el poder oír la música con aparatos de buena calidad e instrumentos bien afinados.

El terapeuta experimentado no planea de antemano el programa, sino que procura captar la modalidad del grupo desde el comienzo y elige música que refleje esa modalidad. De este modo llega a los oyentes al momento y, si lo desea, puede conducirlo desde un estado de ánimo hacia otros sentimientos.

Oír música puede llevar a algunos pacientes a desear una forma más activa de participación. Podemos advertir que algunos de ellos comienzan a marcar el compás espontáneamente o a susurrar la tonada. Nuestra propia experiencia nos dice que las mejores actividades musicales desarrollables en términos puramente recreativos son el canto o los movimientos al compás de la música... Aunque no tengan mucha voz, aun los pacientes tímidos intentarán susurrar en un grupo vocal que brinda un sentimiento de protección."" (p. 152s)

""El grupo musical es una situación protegida de la cual pueden surgir directores, asumir responsabilidades y les permite tomar decisiones por sí mismos o por el grupo. Este último factor es importante pues algunos pacientes sufren de indecisiones y a menudo esperan que otros asuman las responsabilidades por ellos... En algunos hospitales o escuelas especiales los pacientes dan conciertos a un auditorio invitado. Así, el grupo puede sopesar aun mejor su personalidad y suele comportarse exactamente como un grupo musical de aficionados normales haría en una situación similar, poniendo de manifiesto nerviosidad en la escena, complacencia, ansiedad, el placer de estar ante las candilejas, y la emoción de vivir un momento emocionante en el cual lo real y lo imaginario acaso no sean discernibles.
(...)
Encontramos en cualquier grupo terapéutico cierto número de personas cuya conducta es imprevisible o quizá objetable, y cuya habilidad musical acaso sea muy baja. Dado que todos pertenecen al grupo, la tolerancia social y musical es la clave de esa relación interpersonal, el tipo de tolerancia que ocurre cuando hay aceptación mutua de cada uno y de los demás... Aunque el grupo musical es en esencia un grupo tolerante que se propone disfrutar, resistirá cualquier comportamiento indeseable que pueda echar a perder su función; no tolerará elementos disolventes y es probable que luche contra ellos. (p. 162s)""

""El grupo no debe ser demasiado grande para no perder la intimidad, y para permitir la relación interpersonal. Pero ha de ser lo bastante grande para estimular el contagio del grupo. nuestra experiencia es que un grupo de diez a veinticinco oyentes es en la mayor parte de los casos razonable para un enfoque terapéutico."" (p. 167) Y en el caso de ejecutantes, máximo, unos quince.

Tomado de: Alvin, Juliette (1967). Musicoterapia. Buenos Aires: Paidós.

ELEMENTOS TRANSFORMADORES EN LA PSICOTERAPIA GRUPAL

Entre aquellos elementos que impulsan el cambio en el proceso grupal se encuentran: (p. 194-208)
  1. El insight. En el espacio-tiempo de la sesión, a los aspectos internalizados aprisionarlos, descubrirlos, reconocerlos, mirarlos en ese "afuera" terapéutico que es la réplica más o menos exacta del "adentro", para entonces, en función del insight, aprobarlos, modificarlos, repararlos, o devolverlos, etc., de modo de permitir y favorecer el cambio hacia el crecimiento personal.
  2. El outsight. Se trata de la posibilidad y capacidad de percibir y descifrar la realidad contextual, ya no hablamos aquí del "afuera que exterioriza el adentro". Poder reconocer una propuesta sometedora y explotadora en una sonrisa cómplice, una palabra amable o una imagen televisiva.
  3. Relacionar el insight con el outsight. El poder eslabonar lo interno con el externo, rastrear el parentesco entre la mirada airada, punitiva, del padre de un adolescente, mirada incrustada en su interior ante la que solo cabe el temblor y el sometimiento con la aceptación del sufrimiento y la naturalización del displacer que provoca "la mirada airada" de una exigencia patronal arbitraria.
  4. La posibilidad de agrupamiento. En el sentido de la oportunidad extraordinaria de encontrarnos con otras personas, de sentirnos con alguien. La posibilidad de vivir la experiencia de que alguien se "meta" en nuestras cosas, no para apropiárselas, sino para devolverlas transformadas, descubriendo que lo de los demás también es mío. En el grupo terapéutico, hacerle bien a un compañero no significa ser amable con él, sino incluso agredirlo porque me fastidian sus conflictos también a partir de lo que a él lo bloquean o invalidan. O poder acariciarlo porque ese es su deseo, aunque él mismo no tenga conciencia de ello, y aunque en ese momento mi deseo quizá sea el de ser yo acariciado. Pero sabiendo que poder discriminar correctamente el deseo ajeno entendiéndolo, o simplemente sintiéndolo, es una forma más de discriminar el propio.
  5. La función especular, la posibilidad de observarse, escucharse, tocarse, desde el otro, siendo este otro mi espejo. Entonces no sólo con la palabra, sino también a través de las reacciones que provoco: bostezo, sonrisa, aburrimiento, interés, un cuerpo inclinándose hacia uno, etc., que permiten confirmar o modificar la propia perspectiva de sí mismo.
  6. La emulación. Las acciones de los otros miembros generan cambios en el resto, incluso estimulan a la acción de viejos deseos postergados. También es posible una emulación negativa, resistencial o poner en evidencia el rezago transformacional de alguien, que finalmente termina dejando el grupo.
  7. La solidaridad. Que incluso puede manifestarse fuera del espacio-tiempo grupal, como apoyo concreto ante cambios que desea implementar un miembro.
  8. La posibilidad de discriminar, afirmar y poner de manifiesto la propia identidad, pues a través de los Otros es que puedo llegar a ser Yo.
  9. La transformación inducida, entendida como aquella transformación que "ocurre" como emergente grupal, sin que podamos o tengamos que saber su origen o su intencionalidad. Aquí incluimos el dejar de prestar atención a las conductas parásitas o fuera de contexto.
  10. El descubrimiento y desarrollo de la capacidad de imaginar. Sobre esta condición del psiquismo se ejerce una sistemática presión social para su atrofia, pues la aceptación de prescripciones y roles alienantes son necesitados por el orden social para su mantenimiento y reproducción.
  11. La restitución del cuerpo al campo perceptivo, cognitivo y activo de la persona supone un importante vehículo hacia la transformación, además de ser transformador en sí mismo. (...) Lo corporal configura lo más concreto de la existencia. (Sin embargo vivimos alienados,) ...este distanciamiento entre la mente y el cuerpo determina la habitual, inevitable, sensación de extrañeza que todos sentimos respecto de nuestros latidos, nuestras secreciones, nuestras tibiezas. Extrañeza que de pronto puede inundarnos como reintegración catastrófica en casos de enfermedad o accidente. Relacionada con dicha alienación se halla la usual manera de referirnos al cuerpo como a algo que se "tiene", disfrazando el hecho de que en realidad se "es" un cuerpo propio, porque incluso el lenguaje no es más que uno de los registros expresivos de lo corporal (glotis, paladar, cerebro, etc.) (p. 120)
C (varón), profesor de gimnasia, y por lo tanto habituado a "vérselas con el cuerpo", le señaló a T (mujer) que por su forma de sentarse, con brazos y piernas cruzados estrechamente, daba la impresión de estar "atada", "anudada" por sí misma. Ello correspondía exactamente con las características de su personalidad global (inhibida, tímida, retraída). Le propusimos a C que hiciera algo con T, que la ayudara; este reacomodó la actitud corporal de T librándola de su "ligaduras". Se le preguntó a T qué sentía, y entonces pudo trasmitir un material ligado a sus fantasías sexuales infantiles, que hasta entonces había permanecido en la sombra.
En este ejemplo quisiera detenerme en algunos aspectos: cuando le pedimos a C que hiciera algo, que actuara, estábamos propugnando en el seno de dicho grupo la utilización de un código distinto del verbal, que resultaba indispensable puesto que T hacía gala de un "brillante" y paralizante manejo de racionalizaciones e intelectualizaciones verbales. (p. 52)
Las intervenciones facilitadoras son aquellas que se proponen asegurar una interacción operativa, con un grado de participación, compromiso e inteligibilidad que promueva  el proceso transformador.
Una intervención de este tipo puede consistir en lo siguiente:
  • Una pregunta a quien señaló algo: ¿Por qué será que se te ocurrió a ti decir eso?
  • Cuando alguien ha terminado de resaltar algo, proponer que cada uno de los integrantes del grupo digan brevemente qué sintieron, qué pensaron o qué entendieron
  • Rescatar para la interacción grupal, para la "olla", algún gesto o bostezo, denunciándolo y solicitando que sea verbalizado o que se intente verbalizarlo.
  • Si alguno de los integrantes está relatando verbalmente algo y resulta claro que la palabra es usada como defensa y no como vínculo, indicarle que interrumpa lo hablado y continúe con gestos o movimientos, etc.
En términos generales, puede decirse que una de las finalidades de este tipo de intervención es mantener un grado de "intensidad" operativa. (p. 174)

La Interpretación grupal no es aquella que se propone detectar una fantasía única, válida colectivamente, sino aquella intervención que abarca a más de un paciente. Las alternativas de selección son, según mi criterio, dos:
  1. Aquel material que se revela como más abarcador, es decir que su esclarecimiento o exploración se articulará con los impulsos, conflictos y deseos del mayor número posible de integrantes de un grupo terapéutico.
  2. El emergente impregnado de una intensidad afectiva que haga inevitable y útil su resolución, aunque sea privativo de uno sólo de los pacientes. Ya he esclarecido suficientemente que, aún en este caso, el nivel de la tarea será grupal, por la posibilidad de ocuparse del prójimo, de ponerse en su lugar, de dejar resonar en cada uno de sus conflictos emparentados, de cotejar los modelos de solución posibles con los actuados o elegidos personalmente, etc. (p. 183)
La psicoterapía debe estar al servicio (del nivel) del cliente. Estar en el grupo es como entrar a un sueño (N. del E.)

Tomado de:
O'Donnell, Pacho (1974). Teoría y técnica de la psicoterapia grupal. Bs. As.: Amorrortu,

sábado, 4 de octubre de 2014

Consideraciones para el psicoterapeuta de orientación dinámica

Sigmund Freud aconseja respeto a la actitud del psicoterapeuta (1912):
  • Ser como "un cirujano", para evitar la ambición de curar y la identificación con el cliente;
  • Ser como "un espejo", es decir alguien que permite que el cliente se vea a sí mismo. Freud da este consejo en oposición a la costumbre de algunos analistas de aquella época de contar hechos de su propia vida a los que analizaban, cuando la información sólo a usarse es la que trae el cliente. Pero no significa: conviértete en vidrio. No es necesario negar ante el cliente (o aun impedir) el interés y el afecto del psicoterapeuta por él. Pues sólo Eros puede generar Eros -nos señala Racker.
SOBRE EL FOMENTO DE LA INDEPENDENCIA Y LA DEPENDENCIA
"Quisiera poner en tela de juicio los conceptos de "independencia" y de "dependencia". Rige una marcada tendencia a considerar la independencia como algo francamente positivo, y la dependencia como algo francamente negativo, desde el punto de vista de la curación o evolución psicológica. De esta manera, el aspecto positivo de la independencia encubre al negativo, por lo que se vuelve apto para enmascarar fines neuróticos. Análogamente, el aspecto negativo de la dependencia encubre al positivo, por lo que la crítica hecha a la dependencia puede también ser puesta al servicio de tendencias o defensas psicológicas. El aspecto positivo de la independencia puede ser descrito como el estar libre de angustia neurótica en las relaciones de objeto; su aspecto negativo es el rechazo de la entrega libidinosa y afectiva. En otras palabras: lo que se llama "independencia" bien puede ser una formación reactiva a una dependencia neurótica, siendo aquella en tal caso tan (o más) neurótica que ésta. El aspecto negativo de la dependencia sería el amor con temor y odio neurótico. Por otro lado, la capacidad de dependencia es positiva: es la capacidad para depositar en un objeto una considerable parte de libido, confiando en la buena respuesta de éste. El mal uso de estos conceptos consiste, en primer término, en que el grito de batalla de la "independencia" y el rechazo de la dependencia, son puestos al servicio de tendencias narcisistas y agresivas, o bien, al servicio de la defensa frente a angustias vinculadas con la entrega libidinosa y afectiva.

Un ejemplo de la labor analítica. Un joven analista advierte la gran dependencia neurótica de un analizado en la relación con su mujer, y se lo señala. En lo sucesivo, el analizado actúa con mayor "independencia". Lo que ha sucedido puede sintetizarse en una frase: el analizado tiene ahora una defensa patológica más que las que tenía antes. Debido a su dependencia del analista, le obedece mediante una formación reactiva -la pseudoindependencia- frente a su dependencia matrimonial. Actúa en forma diferente, pero en el fondo, nada ha cambiado."

"...El analista que tema la dependencia -es decir, quien vive en angustiosa dependencia de sus objetos internos- tratará de empujar al analizado hacia una actuación "independiente", y tendrá dificultad para llevarlo a que elabore y supere su dependencia neurótica frente al analista mismo. Estaremos tentados de buscar el éxito terapéutico a través de tales cambios externos o superficiales del analizado en la medida en que nosotros mismos busquemos nuestro éxito por este camino (...); el analista debe estar altamente libre de angustia, de manera que sus deseos enlazados con su trabajo -como el deseo de curar, de comprender, de tener éxito, de ser amado, de satisfacer su curiosidad, etc.-, lo sean sin compulsión, y que pueda él soportar y elaborar fácilmente las continuas frustraciones al respecto." (Racker, p. 211ss)
Heinrich Racker (1910-1961)
SOBRE LA CONTRATRANSFERENCIA
El psicoterapeuta verá beneficiada su labor si permanece alerta a sus emociones y reacciones durante la relación con su cliente, y se acostumbra a considerarlas al informar sobre sus casos. Ello se facilita cuando el terapeuta ha realizado un propio proceso de autoconocimiento y desarrollo personal bajo el modelo en que trabaja. Desde el psicoanálisis se considera "la necesidad de continuar el análisis didáctico hasta que el candidato se haya enfrentado ampliamente con los aspectos neuróticos de su contratransferencia (pues)...la superación de las resistencias correspondientes del candidato llevarán al mismo tiempo a una mayor superación de la dependencia neurótica de su analista didáctico, y favorecerá de esta manera la introyección de un objeto bueno". Además, como sugiere Racker "hacemos bien si aprendemos a soportar que de esta verdad sobre cada uno de nosotros (nuestras contratransferencias) se enteren también algunos otros." (Racker, p. 152).

"Si el analista sabe lo que pasa dentro de él, aunque no por ello se libre de simpatías y antipatías, las controlará. Que el analista deba irritarse por las resistencias de sus pacientes, o que las acoja bien (porque le brindan una oportunidad para el análisis de las defensas) me parece un problema absurdo. Cualquier persona a la que se le obstruya el trabajo al que está dedicada se molesta; cualquiera que prevé un nuevo avance en conocimiento, siempre se alegra. Lo importante es que ni debemos permitir que ni lo molesto, ni lo agradable, nos impidan la observación y la comprensión histórica de las resistencias en el paciente."(p. 126)

SOBRE LA RESISTENCIA
La resistencia es todo acto o actitud opuesto al encuadre terapéutico, o bien, desde el enfoque psicoanalítico, opuesto al acceso del analizado a contenidos de su inconsciente. Freud, en El Problema de la Ansiedad (1936), describe cinco tipos de resistencias: 
  1. Resistencia de represión, o resistencia de defensa: no querer saber de cosas que pueden ser dolorosas. 
  2. Resistencia por ganancia secundaria, vinculadas con el Yo: se obtiene "algo" con la enfermedad. 
  3. Resistencia transferencial, también vinculada con el Yo a partir de la transacción surgida por la relación terapéutica, en un contexto diferente al contexto original en que quedó frustro el impulso. 
  4. Resistencia superyoica, según Fenichel, sería más bien de origen yoico también, en su intento de superar un conflicto con el superyó: produce "culpa". Alguien puede tener deseos masoquistas 
  5. Resistencia del ello: se toma como "mala" la vida pulsional.
  • Además de estas clases de resistencia propuestos por Freud, se han agregado otros dos: Resistencia del temor a la cura y Resistencia del carácter ("Así soy yo, y no voy a cambiar"). 
Las ideas patológicas sobre la curación pueden, en algunos casos, funcionar como resistencias desde el principio de la terapéutica. Esto sucede cuando una defensa dirigida contra un impulso prohibido, también está dirigida contra la idea de curación, porque la curación significa la satisfacción de un impulso prohibido. Muchas "reacciones terapéuticas negativas" proceden del hecho de que el cliente prefiere, como el menor mal, su status quo, aún cuando sea desagradable, a un cambio de salud que se percibe como una temida satisfacción instintiva. (p. 51). Una defensa sutil a tomar en cuenta es: "la huida a la salud". La calma también puede actuar como defensa, y genera un cierto grado de fatiga pues tiende a expresarse como rigidez de la musculatura en general o localizada.

"La interpretación de las resistencias precede a la interpretación del contenido... y hay que analizar siempre desde la superficie". Esta frase debe llevarnos a considerar que ante un pedido de ayuda, no hay que perder de vista los metamensajes del cliente, que pueden estar expresando: "quiero ayuda sólo hasta aquí", "en realidad no creo que haya solución, sólo espero contención", etc., que deben movernos a revisar las creencias y/o ganancias secundarias subyacentes y actuar sobre ellas antes de ahondar en los contenidos propiamente dichos.

Otro aspecto a considerar es algo que ya había advertido Freud. El ha señalado lo importante que es frustrar la intención de algunos clientes de dividir la entrevista en dos partes, una "oficial" y otra "no oficial", diciendo unas cuantas palabras más al terapeuta después de que ha terminado la hora o tiempo de atención.

SOBRE LA CURACION
""...Antes que existiera un Yo, un órgano especialmente diferenciado... (las) funciones eran desempeñadas por la totalidad de la sustancia psíquica. ¿No podríamos y deberíamos acaso llegar con nuestras interpretaciones a estas primeras capas relacionadas con el Ello y no al Yo? Desde luego que esto ocurre a veces. Tal es el caso que se ve muy claramente en la hipnosis... Pero cuando intentamos eliminar así al Yo, se presenta un peligro... porque al hacerse posteriormente un análisis de la transferencia, ésta se desvanece."" (Fenichel, p. 95s)

Podemos ver cómo Fenichel, representando la ortodoxia psicoanalítica, considera estrictamente necesario el poder realizar el análisis de la transferencia como base de la "curación" (en términos analíticos). Luego añade que a través de la "elaboración" de lo emergido catárticamente puede producirse la confrontación del pasado y el presente, "libre de toda magia" (sic). Quizá este es el quid del asunto. Fenichel está reconociendo implícitamente que hay otras maneras, maneras "mágicas", maneras en que el Yo no es el centro de atención, maneras en que no es necesaria la elaboración para resolver problemáticas, maneras de cura diferentes a lo que se entiende por cura "analítica".

Siguiendo a Fenichel, nos dice que cuando hay una insuficiencia del Yo la tarea es utilizar los aspectos sanos del Yo y gradualmente irlos ampliando "para efectuar el trabajo analítico". Pareciera que el objetivo girara en torno a lo analítico, y no en torno a la persona. Ampliar los aspectos sanos del Yo, sí, pero para que la persona sea más completa, más feliz, más sana, a través del psicoanálisis o como quiera conseguirlo.

La otra opción ante un Yo insuficiente, nos señala Fenichel, es realizar un período preparatorio pedagógico, para entrenar al individuo en la perspectiva y la lógica del funcionamiento de la mente y de la forma de realizar un tratamiento.(p. 96)

Racker señala que Freud, en "Más allá del principio del placer" (1920), considera la repetición como tendencia del ello, una tendencia a repetir inconscientemente ciertos impulsos "en lugar" de hacerlos conscientes. Subraya que muchas veces este hacer consciente no puede realizarse a través de los recuerdos infantiles sino sólo a través de la transferencia. Por otro lado, la resistencia proviene del yo, oponiéndose a la repetición. (p. 57).

Entonces ¿es necesario siempre recordar? Gran parte de nuestra vida son repeticiones de eventos pretéritos, por lo que viendo nuestro presente podemos inferir nuestro pasado. Podemos elegir buscar que recordar o elegir resolver, hacer cambios, dejar de repetir, y es posible que recordemos, o que no, y sin embargo, habrá operado un cambio. Esto se hace evidente al realizar ajustes perceptuales y neurológicos con una diversidad de métodos basados en neurociencias. Recordar, revivir y reelaborar adquieren un nuevo significado de este modo.

En el psicoanálisis es muy importante la elaboración, entendida como profundización de las interpretaciones recibidas. Pero, aquí se hace notoria la diferencia con la psicoterapia, donde dicha elaboración no es imprescindible para obtener resultados.

Referencias:
Fenichel, Otto (1973). Problemas de Técnica Psicoanalítica. Buenos Aires: Control
Freud, S. (1912). Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico. Obras Completas. Bs. As.
Racker, Heinrich (1960). Estudios sobre técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós