lunes, 26 de enero de 2015

FORMAS DE EJERCER LA AYUDA

Las personas - y a veces los profesionales de la salud- emplean y recomiendan diferentes formas de recuperar la salud física y  mental o psicológica. Repasemos algunas:

1. La Sopa de Pollo. Son los "consejitos" que todos piden y que casi nadie sigue: "haga ejercicio", "sea paciente", "deje de preocuparse tanto", "tome un curso de desarrollo personal", "cásese", "dialogue con sus hijos", "coma pecanas para el cerebro". Estos consejos son buenos en sí, pero el cliente generalmente no tiene las herramientas para implementarlos. Por ejemplo los libros pueden ser un útil suplemento a la terapia o convertirse en "sopa de pollo".

2. Arqueología Mental. La creencia que hay que desenterrar cada detalle del pasado, desempolvarlo, observarlo con atención, hablar del descubrimiento, etc. para que ya no nos afecte. Este proceso implica largo tiempo, suposiciones muchas veces equivocadas, reexperimentar dolor innecesario y un gasto importante de tiempo y dinero.

3. La Palmadita en el Hombro. O "la sobadita de espalda". Cuando, apelando al destino o a Dios, se nos dice que aceptemos lo que nos ocurre, que ya pasará, que tengamos fe, que "carguemos nuestra cruz", etc. En un mal entendimiento de la fe, se pasan por alto los conocimientos adquiridos por diversas disciplinas para ayudar a las personas a superar su sufrimiento.

4. Terapia Pepera. Se busca solución en una pastillita (o hierba, esencia, aguja de acupuntura, cirugía o lo que sea), evitando asumir la responsabilidad del propio comportamiento como causante, mantenedor o reestablecedor del estado de salud. En lo psicológico, esta estrategia suele orientarse a "controlar" al paciente (ritalin para tener atontado al niño, antipsicóticos para que el esquizofrénico esté dopado). Los medicamentos son necesarios como apoyo al cambio de estilo de vida, de pensar y de comportarse, por tanto su uso debe ser de tiempo limitado, y no "para toda la vida".

5. Psicoveterinaria. Se pretende extinguir conductas "inapropiadas", muchas veces inapropiadas para el gusto de los demás, sin considerar el sentido del síntoma o conducta. Se trata al paciente como a ratón de laboratorio, como sujeto de condicionamiento a secas (esto suele pasar en instituciones pues hay la tendencia a dejar de ver a la persona y sólo verla como el rótulo del diagnóstico). Un trágico ejemplo es el electroshock.

6. La Orejaterapia. Queja frecuente de muchos que han visitado a un psicólogo: "sólo me escucha". El profesional cree que es suficiente ofrecer un ambiente tolerante, comprensivo y apoyador y con la mínima intervención posible el cliente se desahogará y solito encontrará sus soluciones. Para eso, mejor ir a la peluquería.

7. El sádico científico. El tratamiento es hacer catarsis. Se fomenta mucha "expresión emocional y/o afectiva" pero sin integrarla. El cliente se infantiliza un rato, se siente amoroso un rato, y luego cuando vuelve a su vida sigue siendo igualito, esperando su dosis de catarsis y amorosidad en la siguiente sesión. Incluso puede llegarse al extremo de incluir el fomento del dolor físico como parte "imprescindible" de la terapia para llegar a lo "profundo".


Cada una de estas maneras representa una incorrecta interpretación de diversos enfoques terapéuticos, pues cada una tiene un momento oportuno de ser empleada (dar un consejo, apoyo moral, medicamento, condicionamiento, escarbar un poco, actitud no directiva, ejercer presión).


Adaptado de: Brenson, G. (1980). Opciones de Movida Chueca. Bogotá: Tercer mundo.