Quien haya participado en una Constelación Familiar suele preguntarse ¿qué pasa aquí? ¿cómo es posible? (Si no la has vivido, espero que las líneas de abajo te motiven, me abstengo de describir la experiencia). Fernández, al referirse a la experiencia con el inconsciente cultural o contexto de creación, como él lo llama, logra una explicación que a mí me ha parecido genial:
"Realizamos un salto cualitativo al ampliar la conciencia dentro de un inconsciente cultural, pues nos incluimos en campos participativos sin perder autoreferencia. Esto es importante para nuestra teoría de crisis vital, ya que en esta coparticipación entramos en un campo indeterminado (desequilibrado), donde la energía cuántica (in-formación) nos dispone a la creación, pero sin perder identidad (autoreferencia).
La "autoreferencia" no se configura respecto a un yo que controla, sino en relación a un "sujeto" singular capaz de reconocer y distinguir estímulos sólo vivenciales en contextos de mayor libertad al salir de estructuras deterministas para poder entrar en otras indeterminadas. Cuando la referencia se establece con respecto a un sujeto liberado de los atributos inherentes a los objetos, es cuando afirmamos que el yo está suspendido, desidentificado." (Fernández, p. 95s)
"Si el yo deja de ser el centro pensante y elaborativo, ¿desde dónde nos interrogamos sobre nosotros y las cosas? ¿desde dónde procesamos los estímulos y la in-formación? Hemos postulado la necesidad de suspender el yo" para dar lugar a las evidencias surgidas desde el campo originario.
Al suspender la identidad proveniente de las identificaciones realizadas por el yo, aparece un sentimiento nuevo de identidad grupal que nos convierte en sujetos de experiencia singular, el cual coparticipa en un todo posible donde surgen imágenes creativas (que crean realidades). (ídem, p. 207)
Y para accesar a esto es muy importante entrar en el vacío, suspender los juicios, fluir. El constelador entra en el vacío, y se invita a los representantes a dejar sus expectativas.
El vacío es una posibilidad de creación, génesis de acontecimientos donde la creación de nuevas formas organiza el sistema. Allí es donde aparecen las imágenes, allí la imaginación es activa y creadora. Nos hallamos ante un rito, ante la esencia del ritual. (ídem, p. 159)Salomo Friedlaender, que fue uno de los inspiradores de Fritz Perls, en su libro La Indiferencia Creativa desarrolló el concepto de vacío fértil para explicar que existe un "punto cero", un estado que sigue al de retirada y precede al de surgimiento de una sensación nueva (Ginger, p. 52). Citamos a Perls (p. 17) al respecto:
Friedlaender (...) ofrece la teoría de que todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una diferenciación en opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo.Quizá, para aumentar la paradoja, haya que recordar que el vacío está "lleno"...
Referencias:
Ver también Psicología y física cuántica aquí en mi blog.
Fernández, Octavio. (1994). La Creación como Cura. Buenos Aires: Paidós.
Ginger, S. y Ginger, A. (1993). La Gestalt: Una terapia de contacto. México D.F.: Manual Moderno.
Perls, F. (1975, 1947). Yo, hambre y agresión. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.