Cierre sus ojos y observe cualquier imagen que pueda aparecer en la pantalla de su mente... tal vez descubra que salta de una a otra, incapaz de retener cualquiera de ellas por más de medio segundo... El primer paso para remediar esto es darse cuenta de que las imágenes no brincan, sino que Ud. brinca de una imagen a otra. Trate de hacerse plenamente consciente de su brincar y muy pronto notará pequeños movimientos en sus ojos cada vez que dirija su mirada de una imagen a otra... No haga responsables a las imágenes y no avance hasta que se dé cuenta perfectamente de que es usted el errabundo, no las imágenes. entonces descubra qué es lo que le hace brincar. ¿Es timidez, impaciencia, falta de interés, miedo? Este análisis es importante para aumentar las funciones del [yo]. Tan sólo después de que sea plenamente consciente de su actitud emocional hacia sus imágenes internas, puede intentar el análisis de sus resistencias sensomotoras... Concéntrese una y otra vez en la misma imagen hasta que la razón y objetivo de la evitación "brinque" a su conciencia (p. 262s.)
...Al desviar nuestra mentalidad de "las imágenes que vienen a nuestra mente" hacia "nosotros mismos que miramos las imágenes", mejoramos nuestras funciones del [yo]. Cambiamos de una actitud pasiva a otra más activa (p. 279).
... Con el tiempo debería haber una continua autoconciencia y conciencia activa del objeto durante todo el tiempo que usted esté despierto (p. 298) [es decir, una actitud consciente activa en todos los aspectos, acciones y momentos de la propia vida] (*De Casso, p. 121).
Y aquí la otra:
Visualice a una persona contra la cual sienta rencor. Dígale exactamente lo que piensa de él. Déjese ir, sea todo lo emocional que pueda; rómpale el cuello, dígale palabras malsonantes como nunca lo había hecho antes... esta actuación imaginaria descargará mucha hostilidad... Con frecuencia el resultado es maravilloso. En vez de que usted se obligue a ser amable y a ocultar su irritabilidad detrás de una máscara de cortesía, aclara la atmósfera. No obstante, con frecuencia esta acción imaginaria será insuficiente, especialmente si en su fantasía usted deja a un lado el miedo que experimentaría a ponerse cara a cara con su enemigo.
Después que se haya calmado, dé el próximo paso,
[Y el siguiente y último paso: reconcíliece, ponga paz a esa relación, porque para el inconsciente el conflicto resuelto es el conflicto disuelto. N. del E.]
Tomado de:
Perls, F. (1975, 1942). Yo, hambre y agresión. México: F.C.E.
________________________________________
*De Casso, P. (2003). Gestalt, terapia de autenticidad. Barcelona: Kairós.