Un estudio revela que uno de cada tres británicos adultos duerme acompañado por su osito de peluche. Los encuestados confesaron que así se sienten menos estresados y el sueño profundo les llega mucho más rapidamente. Y en el 50% de los casos se trata de los 'Teddies' de su infancia. Además, un 25% de los hombres mayores de edad llevan consigo a sus ositos preferidos cuando se van de viaje de negocios.
La investigación se motivó por el hecho de que una gran parte de hombres y mujeres de negocios llamaban frenéticos a los hoteles donde se habían hospedado reclamando sus 'peluches' olvidados.
¿Adultos con ositos de peluche? Así es, la necesidad insatisfecha de afecto durante la infancia requiere de algo que la sustituya: el peluche es un juguete suave, tierno, que nos acompañaba en representación de mamá, al que abrazábamos cuando nos sentíamos solos o temerosos. Conservarlos en la adultez no le hace daño a nadie, pero es un buen motivo para reflexionar: ¿cuán adulto me siento? ¿cuán seguro? ¿cuánto amor y fuerza llevo de mis padres en mi interior, que no me hagan necesitar peluches, trapitos, o cosas por el estilo?
El Crecimiento no tiene fin...