RESUMEN
Fritz Perls es uno de los
psiquiatras que más ha influido en el desarrollo de la psicoterapia. El
presente artículo presenta un acercamiento a la comprensión de su vida desde la
mirada de la Biodescodificación. Para ello se analizaran los datos
psicogenealógicos que disponemos y las dinámicas y enfermedades que manifestó,
como medios para realizar hipótesis de sus procesos vitales. Para esto nos
hemos basado en los principales textos biográficos que existen y en la
información disponible en internet. No se pretende establecer verdades sino
abrir nuevas narrativas respecto a su vida.
Fritz Perls descendía de
una familia judía alemana de clase media, de orígenes polacos. En el ambiente que
vivió durante su infancia en Alemania se toleraba a los judíos, aunque no eran
del todo bien vistos. El padre de Fritz, Nathan, aparentemente era el mayor de
dos hermanos, y se dedicaba a la venta de vinos, viajando por todo el país. El
hermano de Nathan, Emil (diez años menor), tenía
una carrera médica, más a tono con las expectativas de la época. Este tío
falleció de cáncer rectal, en “un lecho de mierda y sangre” (una escena
semejante vivirá Fritz). De la madre, Amalie, sabemos que era la mayor de nueve
hermanos, y que dos de sus hermanas habrían muerto tempranamente.
Grete, hermana de Fritz,
menciona que sus padres estuvieron casados once años antes de tener hijos ¡once
años! Este tiempo es muy largo. ¿Qué ocurrió en esos once años: simple
dificultad concepcional o embarazos frustros? Ella nos dice: "Mi madre no
podía tener hijos, luego se operó y llegaron uno tras otro". Y
literalmente llegaron uno tras otro: Elisabeth (Else) nació el 20 de enero de 1891. Margarete (Grete)
nació el 25 de febrero de 1892 y Fritz llegó al mundo como Friederich Salomon
Perls el 8 de julio de 1893. Perls dirá en sus memorias: “Fui lanzado a una
familia en que los niños no eran la respuesta honradamente anhelada de dos
personas enamoradas.”
Nació por fórceps,
luego de un parto difícil. Según la Psicología Prenatal esto condiciona una
actitud de búsqueda de apoyo, una ayuda “que duele” (véase Cogollor y González,
1983). En sus primeras semanas estuvo a punto a de morir debido a una
deshidratación general, vómitos y diarrea, causados al parecer por una
infección en los pezones de su madre ¿Esta ausencia temprana del pecho materno
lo llevará a desarrollar su teoría de las resistencias orales y condicionará su
adicción nunca superada por el cigarrillo? Curiosamente su primer libro Yo, hambre y agresión puede entenderse
como una clave de sí mismo. Bien podría traducirse como: "Yo he sido expuesto al hambre, a morir de inanición, y he
desarrollado mi agresión como forma
de sobrevivir". Que es una forma de decir que ha habido un apego temprano
fallido, evidente en el tipo de relación que tuvo tanto con su familia de
origen como con la familia que estableció.
Perls menciona en Dentro y Fuera del tarro de la basura
(su autobiografía), y Shepard también recoge el tema, que desde joven y hasta
el final de sus días, le acompañó la duda de si Nathan, ese hombre violento y
escatimador del dinero, era realmente su padre, o si quizá lo era el famoso y
poderoso tío Hermann Staub, un abogado importante en Alemania. Y aunque Fritz alude al
incidente de haber tomado una pieza de oro como parte de que lo vean como la
oveja negra de la familia, a sus diez años, curiosamente a esa edad, el tío
Hermann ya estaría padeciendo de cáncer, puesto que falleció de ello a los 48
años, cuando Fritz tenía 11 años (tomemos en cuenta que morir por cáncer
implica varios meses previos de enfermedad). Es factible suponer que Nathan, teniendo
sospechas que no fuera su hijo, mostrara toda su violencia hacia el pequeño Fritz
y a su madre, y más aún una vez desaparecido el supuesto padre y amante
poderoso, que había vivido incluso en la misma calle. El padre trataba al
pequeño Fritz de "pedazo de mierda" y a su esposa igual. Esta palabra
“mierda” estará muy presente en la vida de Perls, como veremos.
Con el paso del tiempo, “a
medida que nos cambiábamos de un sitio a otro”, dirá Perls (lo que ocurrió
después de sus 16 años), poco a poco Nathan se va distanciando de la familia,
permaneciendo gran parte del tiempo que pasaba en casa, en su biblioteca. Una
época en la que el joven Perls se va haciendo cada vez más autónomo, alternando
sus estudios escolares con sus representaciones teatrales.
Quien fuera el último
psicoanalista de Fritz, Wilheim Reich, le dio la interpretación de que Staub
sería su padre, aunque Fritz refiere que Reich nunca le dio una explicación a
su aseveración. Sin embargo, visto en retrospectiva, la interpretación de Reich
probablemente tuviera que ver con un tercer personaje: Lucy.
Fritz tuvo un tórrido
romance con una prima lejana, casada, llamada Lucy. Ésta le contó que el tío
Herrmann la sedujo cuando ella tenía trece años. Reich podría haber hecho la
relación Hermann - Lucy / Fritz - Lucy: el hijo que busca superar al padre
apropiándose de su mujer (Complejo de Edipo). Otros aspectos a considerar, en
la posibilidad (o fantasía) de que Staub fuera el padre, son el que en la
familia habían querido que Fritz siguiera la carrera de leyes "como el tío
Staub" y que Fritz también tendría "esa afición por las mujeres
jóvenes" como su tío Staub y su padre Nathan.
Fritz nos dice: "En
general, odiaba a mi padre... en qué grado mi actitud ha sido influenciada por
el odio que sentía mi madre hacia él, cuanto nos envenenó ella con su odio, no
lo sé..."
Respecto a su madre,
Fritz vivió resentido con ella y con su hermana mayor, pues sentía que aquella
le daba toda su atención a su hija ciega, al punto que cuando se enteró de sus
muertes en los campos de concentración -Amalie el 7 de octubre de 1942 y Else a
fines de 1944-, no derramó ni una lágrima. Él no alude, en ningún lugar de sus
escritos, sobre el final de su madre, sólo habla de la muerte de su hermana. Tampoco
alude al hecho de no haber querido ir al entierro de su padre. Sin embargo en su libro
autobiográfico menciona una experiencia hipnopómpica muy significativa que tuvo
mientras escribía el libro:
Desperté
perplejo y con una sensación de pesantez. Sentado torpemente en mi cama y en
trance, tal como algunos enfermos que he visto internados en hospitales
mentales, replegados en sus rumiaciones. Ánimas, víctimas de Hitler,
especialmente parientes míos y de Lore, visitándome, amonestándome con el dedo,
empeñados en hacerme sentir culpable y responsable por ellos. Pero sigo
aferrado a mi credo: "Soy responsable únicamente de mí mismo. Tú eres responsable
de ti mismo. No acepto tus exigencias sobre mí, como tampoco acepto ninguna
intromisión en mi manera de ser". Ya me doy cuenta de que quizás me estoy
aferrando demasiado fuertemente a mi credo. (p. 113)
¿Cuánto de su famosa
oración está influido por evitar el acercamiento y, por ende, la
reactualización del sentimiento primigenio de ser rechazado? ¿Es que su énfasis
en “sólo soy responsable de mi” actuaba como defensa a la llamada culpa del sobreviviente? (Schutzembeger,
2002) ¿Esta misma culpa influyó en que no se sintiera merecedor de tener una
familia, puesto que él había perdido a la suya?
JUVENTUD
Volviendo al joven Fritz,
a los 20 años se le diagnostica una malformación cardíaca, y junto a ello
encorvamiento y asma, por lo que es exonerado del servicio militar a inicios de
la primera guerra mundial. Pero luego es convocado como ayudante médico en las
trincheras (ya había iniciado sus estudios de medicina). Su batallón estaba
encargado del ataque con gas venenoso. En este contexto empieza a fumar, “a
envenenarse”, como él mismo dijera. Probablemente su hábito fuese su forma de
expiar la culpa de haber sobrevivido y/o no haber podido salvar a sus
compañeros, envenenados por el gas en un ataque que salió mal. Aún al final de
su vida, estas muertes le eran “difíciles de encarar”.
Se gradúa de médico en
1920, ejerciendo como neuropsiquiatra. Forma parte del ambiente bohemio y
vanguardista de Berlín. En 1922, cuando Alemania vive un período de gran
inflación, un banquero, paciente suyo, le enseña a invertir en acciones. Esto
le fue útil en aquel entonces y a lo largo de su vida (Perls, 1987, Gaines, 1993).
A fines de 1923 hace un viaje fallido a Estados Unidos. Regresa frustrado, a
vivir a casa de sus padres. Esto, y la relación tormentosa con Lucy, lo empujan
a iniciar su psicoanálisis con Karen Horney (1926), y luego se interesa en
formarse como psicoanalista, acercándose al ala izquierdista (entre ellos la
propia Horney y Wilheim Reich). Habiendo viajado a Frankfurt para estudiar y
alejarse de Lucy, continúa su psicoanálisis con Clara Happel (1927) y luego con
Eugen Harnick (1928-1929). Estando en Frankfurt conoce a Lore Posner, una
psicóloga doce años menor que él, y a su retorno a Berlín continúa la relación
a distancia. En paralelo tiene varias aventuras sexuales.
MATRIMONIO
Se casa en agosto de 1929
con Lore (Laura). Laura menciona que en sus primeros años de matrimonio él
tenía dificultades eréctiles. Pero debe de haber tomado confianza, pues el 23
de julio de 1931 les nace una niña, Renate. Fritz está muy orgulloso porque
temía ser estéril. Dirá Laura: "Creo que se casó para averiguar si podía
tener un hijo".
En 1930 retoma su
psicoanálisis, esta vez con Wilheim Reich, que dura unos dos años. En enero de
1933 Hitler asciende al poder como Canciller. El padre de Laura fallece en
marzo. En abril, avizorando los peligros que se avecinan, Perls huye a Holanda,
pues era un activista antifascista. Laura y la bebé fueron con familiares de
ella al sur de Alemania. En septiembre la familia se reúne en Amsterdam y viven
con poco dinero en un lugar estrecho. Este ambiente de zozobra y limitaciones
económicas propicia un aborto, datado entre fines del 33 e inicios del 34.
Laura cae en depresión tras la pérdida. Incluso en estas condiciones, Perls
tiene una aventura con una mujer casada. En noviembre de 1933 fallece Nathan Perls.
Fritz no asiste al entierro (lo que resulta comprensible puesto que habían
salido huyendo de Alemania). Luego de una corta estancia en Holanda se mudan a
Sudáfrica (1934), donde vivirán trece años bastante prósperos, incluidos
algunos amoríos por parte de ambos.
Él permanecerá muy
cercano a Laura y Renate hasta el nacimiento de su hijo Stephen (en 1935),
teniendo Renate 4 años. Perls no quiso que naciera Stephen, según palabras de
la misma Laura. Después de la llegada del varón, Perls tomará una gran
distancia con su familia hasta el final de su vida. Él se queja de que su
esposa y su hija viven en una fuerte simbiosis ¡la misma queja que había hecho
a su madre y su hermana Else!
Fritz cuenta con 43 años,
y tiene un hijo recién nacido. Se encuentra mal física y psíquicamente. Él nos
cuenta:
En
1936 tuve muchos problemas de corazón. Sufría de unos ataques de angina tan
dolorosos que estuve contemplando, seriamente, la posibilidad de suicidarme.
[Se] me encontró una grave descompensación cardíaca. Las medicinas ayudaban
bastante, pero la agonía persistía. Y prefería matarme antes que abandonar el
cigarrillo (Perls, 1987).
Es decir que tras el
nacimiento de su hijo desarrolla problemas cardíacos, siendo que el corazón
representa a la casa (Fleche, 2010), podemos suponer que los sentimientos de animadversión
hacia el bebé le son muy intensos y su ansiedad oral es tan fuerte que ni se
plantea dejar el hábito de fumar. Todo esto a pesar de que practicaba con
regularidad la técnica de Alexander y meditaba (De Casso, p. 118).
VIDA PROFESIONAL
Ese año acudió a un
congreso psicoanalítico en Checoslovaquia, lleno de expectativas por sus
descubrimientos, pero sólo encontró desinterés, incluso del mismo Reich. Luego
visitó a Freud en Viena, de lo cual lo que más recordaría sería su corta
conversación: "Vengo de Sudáfrica para presentar un trabajo y verlo a
usted". A lo que le respondió Freud: "Bueno, ¿y cuándo se va de
regreso?"... Esto lo resintió, aunque habría que saber que Freud en aquel
entonces andaba bastante mal de salud. La actitud hacia Freud se comprende en
relación a su propia relación con su padre. En Europa se quedaría tres meses.
Por aquel entonces su
hermana Grete y su esposo Salomon (Soma) Gutfreund (también doce años mayor que
ella, como Perls respecto a Lore), habían salido de Alemania rumbo a Shangai
(1938). Vivieron allí casi una década.
En enero de 1942 Fritz se
enlista en el ejército aliado como médico. Así que viste de uniforme, tiene
mucho tiempo libre estando lejos de casa, y vuelve los fines de semana con su
familia. Ese mismo año publica Yo, hambre y agresión (escrito en 1940, ayudado
por Laura, aunque luego lo desconocería) durante su estancia en Sudáfrica. El
texto pretende ser una revisión y una ampliación del psicoanálisis. Y por ello
se desalentaría tanto ante la fría recepción de sus propuestas por parte de sus
colegas psicoanalistas. Este fue el puntillazo final de una relación maltrecha
con el psicoanálisis, iniciada tras el encuentro, en 1936, con su maestro de
aquel entonces.
En 1945 se da de baja en
el ejército. Viaja solo a U.S.A. Tiene 53 años. Se hospeda en casa del hermano
tercero de Lore, Robert, en Connecticut (su hermana segunda era Liesel y había
muerto a manos de los nazis), pero ante su falta de delicadeza como huésped, le
piden que se vaya. Va a Nueva York y gracias a Erich Fromm se hace de una
clientela. En 1946 conoce a Paul Goodman y de su mano entra al círculo
intelectual y artístico de la ciudad, entre quienes estaban el elenco del
Living Theatre. En este ambiente de apertura y exploración el “Doctor Perls” va
eliminando los límites entre la vida y la terapia, pasando a ser simplemente
“Fritz”. Un año después llega su familia. Pero otra vez a disgusto donde está,
se va a Los Ángeles, dejando a su familia en Nueva York. No se instala
plenamente, va y viene, entre diferentes ciudades, propalando su nueva terapia
Esto duró diez años. El plantaba la semilla y luego dejaba a cargo a otro.
Evitaba la disciplina y la burocracia (De Casso, p. 169, citando a Lore). En
esta etapa se hizo más evidente el tipo de relación que tenía Fritz con su
esposa: ella era una madre incondicional de un adolescente rebelde (De Casso,
citando a Shepard, p. 170). En este período viaja con Lore a Europa un par de
meses. Cuenta Fritz que fueron a visitar la tumba de su suegro:
Visitamos
la tumba de su padre y tuve una explosión de pena. Y realmente fue una
explosión. Me cogió totalmente desprevenido, como si me hubiera abierto un
forúnculo... tampoco entiendo el estallido. Nunca estuve cerca de mi suegro.
(1987, p. 202)
Perls habría recibido una
indemnización como víctima del nazismo (Bundesentschädigungsgesetz). El pago se
realizó en la década del ´50, y le permitió vivir de sus rentas y dedicarse a
su actividad profesional sin apuros. Además, invertía su dinero en diferentes
negocios (Gaines, p. 50. 100).
En 1954, en uno de sus
viajes a Miami, conoce a Marilyn Rosanes-Berret, quien le aplica el método
Bates para la mejora de la visión. Ella cuenta que Fritz estaba perdiendo la
vista. Tenía una inflamación en un ojo y miopía en el otro, por eso usaba
lentes oscuros. Tras dos años de tratamiento con ella mejora mucho de su miopía.
Respecto a la miopía no
sabemos desde cuando la padecía. Sin embargo es interesante lo que dice Van
Dusen sobre Perls, porque en la forma como lo expresa confluyen la impotencia
sexual, el hábito de fumar y la miopía:
Un
día hablábamos de su "impotencia" que se había producido durante la
Primera guerra Mundial; se refería a una impotencia que iba mucho más allá del
sentido sexual: la incapacidad de tener una fantasía interna... Él era un
médico judío... que tenía que ocuparse de los heridos y los muertos. Daba la
impresión de que el shock de estas escenas de guerra lo habían dejado pegado a
lo que era externamente visible... no tenía esta fantasía para encubrir
[distractores mentales]... significaba que se quedaba pegado a lo que había
frente a él. (Gaines, p. 68)
Este "quedarse
pegado a lo que tiene enfrente" es una precisa descripción de la miopía,
en que se ve lo que está cerca, y con dificultad lo lejano. La relación entre
la miopía y el fumar la encontramos también en estas palabras de Perls en su autobiografía:
La
mayor parte de mi memoria visual está sumergida en una especie de bruma…Tengo
sospechas que esta neblina y mi hábito de fumar están de algún modo
relacionados… Desde que comencé este libro…ocurre que veo cada vez más y mejor.
Todos estos cambios en
Fritz, de sentirse más auténtico, de impulsar su propio estilo, de empezar a
“ver más claro”, le llevó a una crisis. Sintiéndose cada vez más incómodo con
Laura, en 1956 la deja y se va a instalar en Miami. Tiene 63 años, está desalentado,
su angina de pecho se ha agravado y, según Shepard, "proyectaba vivir en
una suerte de retiro hasta que su corazón se rindiera" (De Casso, p. 223).
A pesar de todo, sigue viajando cada mes y medio a las ciudades donde ha dejado
seguidores. Alan Martin cuenta que el Fritz que él conoció había ido a Miami a
recuperar su salud, no “a esperar la muerte”, y que aunque solitario, era un
hombre que irradiaba alegría y su vitalidad sexual seguía presente (Gaines, p.
54ss).
Es en Miami donde tiene
una de sus experiencias de satori que comenta en su autobiografía: ¿Como
reflejo del cambio de etapa que estaba viviendo? (véase Ojeda, 2016). Pues a
fines de 1957 conoce a Marty Fromm, una mujer casada de 32
años, y ya a inicios de 1958, con 65 años, se encuentra en una relación con
ella, pasando de ser su paciente a su amante. Con ella reactivó su vitalidad,
experimentan juntos todo tipo de posibilidades sexuales, incluyendo a otras y
otros, y probando drogas. Una relación intensa, no exenta de celos, obsesión e
intensas peleas. Dice Marty: "Él quería ser el que manejaba todo, el
tittiritero que tiraba de los hilos". Cuando le proponen a Perls irse a
Ohio (mayo de 1958), simplemente lo decide sin conversarlo con Marty. Dice ella
que la lección que recibió fue: "Hice por ti lo posible mientras estuve
aquí. No soy responsable de ti. No te debo nada. Adiós". Y ella lo adoptó
como criterio de vida (sic) (De Casso, p. 228, citando a Shepard).
Fritz se va a Ohio para
una formación de terapeutas. Se instala en la casa de Paul Weisz por unos
cuatro meses, siendo despedido de allí, otra vez, por su dificultad de
adaptarse a su rol de huésped. Además tampoco tiene límites: hace observaciones
"terapéuticas" a la esposa de Paul, sin que ella se las pida. Ese
período en Ohio, no exento de viajes, duraría nueve meses, de modo que a
inicios de 1959 está de regreso en Florida, retomando la relación con Marty. En
este período emplea semanalmente LSD, hasta que unos meses después empieza a
evidenciarse una actitud paranoica en él. Marty comenta que esas experiencias
giraban en gran parte en relación a su padre. De Casso resume así lo que salía
a relucir en esas sesiones:
Efectivamente,
toda su vida Fritz había arrastrado, sin ser bien consciente de ello, un gran
hueco emocional, manifestado en su escasa auto-valoración y confianza en sí
mismo y, correspondientemente, en su insaciable necesidad de reconocimiento, en
su egocentrismo y en sus suspicacias y celos frente a los demás. (p. 229)
Alrededor de ésta época
viaja a San Francisco y se hospeda en casa de Van Dusen por mes y medio. Al
volver a Florida continúa su uso frenético con el LSD, lo que aumenta sus celos
hacia Marty. Por navidades viaja a Nueva York y a su retorno Marty le dice que
está interesándose en un joven (un tallerista de Fritz). Entonces, sus
hemorroides, de las que sufre desde algún tiempo atrás, sangran, en una escena
que recuerda la muerte del tío Emil. Las hemorroides nos hablan de esa falta de
lugar donde “asentarse” de la que adolecía Fritz. Pero el hecho de que sangren
cuando Marty le habla de su amorío, direcciona el síntoma a la marranada que
siente que le ha hecho ella (para el inconsciente biológico una pareja es un
familiar, un con-sanguíneo) (Fleche,
2015).
Marty se queda con él y
al día siguiente lo operan. Marty y Peter, el susodicho, lo visitan durante su
estancia en el hospital. Tres semanas después hay una nueva cirugía, por una
súbita y muy dolorosa obstrucción urinaria, debido a una próstata inflamada, lo
que termina en su extirpación. La próstata, el órgano de la potencia sexual
masculina, se acrecienta, como un intento de Fritz de virilizarse (véase
Fleche, 2015) para enfrentar al joven competidor, que encima se atreve a
“visitarlo”. Perls la conmina a decidirse por uno de los dos, y aunque Marty lo
elige a él, ya la relación está moribunda. Viajan a Europa por cinco semanas
como una suerte de bonita despedida. Al retorno Fritz va a Nueva York y ella a
Miami.
A mediados de 1960 Perls
se encuentra otra vez en casa de Van Dusen, pero esta vez, al cabo de otro mes
y medio, saca de quicio a la esposa de Van Dusen, por su actitud pesada de
"terapear" y su poco aseo y orden.
Esta situación de ser una
molestia como huésped, vivida al menos tres veces, a lo largo del tiempo, con
tres familias distintas (con Robert, Weisz y Van Dusen), evidencia una suerte
de creencia que podemos expresar así: "No merezco estar en familia".
Permanece allí hasta fines del año, cuando marcha a Los Ángeles. En este
período Jim Simkin dirá que lo ve menos iracundo, quizá debido a las dos
operaciones que se ha realizado o quizá al trabajo expresivo pictórico que ha
estado realizando con Fritz Faiss. Viaja por diferentes ciudades de los
alrededores, hasta que en 1962 decide hacer un viaje alrededor del mundo,
buscando aclarar su panorama futuro. Un largo viaje de quince meses: Hawai,
Japón, Hong Kong, Israel, Europa. Estando en Tokio intenta hacer una cura para
dejar de fumar pero sólo aguantó la abstinencia tres días, abandonando
furibundo el hospital.
Cinco de esos meses los
pasa en Israel, la tierra de sus ancestros. Dicen sus biógrafos que esta
temporada fue bastante positiva. Se desconecta de la terapia, se dedica a
pintar y a vivir la vida. Perls retorna a Nueva York cumplidos sus setenta años.
Y antes de abandonar Nueva York para volver a Los Ángeles, acude a un encuentro
de terapeutas. Él refiere:
Llevaba
aún a cuestas la desazón que sentía por mi profesión... Estaba muy afligido y
tuve un ataque de angina de pecho que me asustó y me tuvo en cama por un día...
En una sesión de grupo tuve una explosión de desesperación. Esa explosión fue
verdadera, con sollozos violentos, sin importarme la presencia de extraños. Un de profundis. Esta explosión me ayudó
bastante. Después fui capaz de reevaluar mi posición y estuve dispuesto a
retomar nuevamente mi profesión. (Perls, 119)
Faiss recuerda que a su
retorno de Israel Perls fuma menos de las tres cajetillas que solía consumir.
Aunque nunca dejó de fumar completamente, fumaba sobre todo durante las
sesiones de grupo. Gabrielle Roth también lo recuerda como fumador empedernido
y señala: "El hecho es que el tabaco lo mantiene a uno alejado
precisamente de la cosa que él proponía; mantiene la respiración arriba, en el
pecho, y no permite la inhalación profunda hasta el estómago para estar en un
espacio claro, que es el "ahora" (Gaines, p. 211).
ESALEN
Fines de 1963. Perls es
invitado a lo que luego se conocería como el Instituto Esalen. Luego, en el
segundo semestre de 1964 se instala allí. Al principio sus grupos son
reducidos, su salud es precaria, se encuentra mal del corazón, anda encorvado,
emana cansancio... El cocinero de Esalen recuerda que "era muy formal,
vestía chaqueta y corbata, y fumaba permanentemente." Pero ya se empieza a
operar una transformación positiva en su carácter. Se va haciendo más cálido.
Así estuvo hasta 1965. Durante
1966 ocurre un gran cambio en Fritz. Todo parece indicar que tras un
tratamiento intensivo de una semana, recibiendo sesiones de integración
somato-sensorial con Ida Rolf (Rolfing) sentirá que le han devuelto la vida.
Cuenta Ida:
[Luego
que] trabajamos nunca más tuvo problemas serios con su corazón. Se trataba
simplemente de organizar su cuello. Años antes había sido sometido a una
intervención quirúrgica, y cuando empezó a volver en sí, le dijo al
anestesista: "Me has herido. Hay algo malo en mi cuello". Y el
anestesista dijo: "No, eso es imposible."
Ida cuenta que durante el
trabajo con su cuello, Fritz quedó inconsciente, y ella pensó que estaba
reviviendo el episodio de la anestesia; y, al revivir la experiencia, algo se
disolvió (Gaines, p. 194). Parece ser que la operación habría sido la de las
hemorroides. El mismo Perls le da un
sentido metafórico, más cercano a la realidad biológica, al mencionar que Marty
le rompió el corazón y relacionándolo con sus problemas cardíacos de aquel
entonces. Él también cuenta que habiendo tomado psilocibina recordó cómo tuvo
que confrontar con la muerte tras la operación. Tras revivenciar aquella noche
volvió con un gran deseo de vivir (Perls, 1987).
Fritz recuerda a Ida agradecido,
en sus memorias:
Ella
me salvó la vida... En la angina de pecho los músculos del corazón y en el
brazo izquierdo se tornan muy dolorosos... Ida abrió todos los calambres en
esos músculos y pude respirar libremente… También padecía a veces de unos
dolores en la espalda, que me paralizaban, y éstos han mejorado en un 80-90%.
En total puedes ver que tengo fundadas razones para estarle muy
agradecido."
La descripción de los
achaques de Fritz tienen un curioso parecido con lo que habría vivido durante
su nacimiento (parto difícil, en el que se usó fórceps) y, en ese sentido, el
rolfing habría actuado también a ese nivel. Literalmente, Fritz renació. Luego
siguió tomando sesiones con otros discípulos de Ida.
El hombre formal de
chaleco y corbata va dando paso a un barbón, de guayaberas. Se mete de lleno a
involucrarse con Esalen e inicia su proyecto de construir su casa en las
instalaciones, una nueva casa simbólica. Una nueva vitalidad le invade. Los que
lo conocían notaron los cambios en su forma de ser: más cálido, más receptivo.
Tiene 73 años.
En su cumpleaños 75 años (julio
de 1968) está exultante. Por aquel entonces buscaba acercarse a su hijo
Stephen, que era psicólogo. Le pidió a él que fuese con su esposa (también
psicóloga) a la celebración. Tenía un particular interés en que su hijo
aprendiese de él. Pero Stephen sentía que este hombre, ausente gran parte de su
vida, ahora lo presionaba para que le siga los pasos, y no estuvo dispuesto a
ello. En cambio, no invitó a su hija
Renate, en quien, según De Casso, veía su propia necesidad de reconocimiento. Tampoco
le dejó nada especial al morir, como en cambio sí lo hizo con Stephen (su
colección de sellos). En ese año se corona como el gurú para los hippies.
LAGO COWICHAN
Nixon había ganado las
elecciones de 1968 y asumiría el cargo el siguiente año, lo que reactiva en
Fritz los fantasmas del fascismo, y empieza a pensar en irse de Estados Unidos,
cosa que haría en febrero de 1969, yendo al Lago Cowichan, en Canadá. Si cinco
años antes se había dicho que había encontrado su hogar (Esalen), ahora
emprende un nuevo proyecto: el kibbutz gestáltico.
Visita frecuentemente a
la familia de su anfitrión, Sol Kort. Esta vez se integra fácilmente a la
dinámica de esa familia. En Canadá se tornó más amable, más confiado, buscaba
menos la aprobación de los demás, fumaba menos.
En sus últimos seis meses
estuvo muy entusiasmado, viajando para publicitar su nuevo Centro, escribiendo,
dando conferencias, siendo filmado. Pero, entretanto, la muerte se fue colando
de a pocos. En su último cumpleaños, el 76, no estuvo de buen humor. Se le
incendió la barba al soplar las velas y le dio un “terror de muerte” (Gaines,
p. 303). Cada vez tenía más sueño. A fines de 1969 decide ir a Europa y
curiosamente lo hace en primera clase, a diferencia de como viajaba siempre, en
clase turista. Embarca en Nueva York, pasando antes por donde Laura. Aún en
Canadá, en uno de sus talleres le pidió al grupo que le cantasen Auld Lang Syne, una canción que ya le
habían cantado sus compañeros de viaje a su retorno en barco, a Sudáfrica, tras
su fallido encuentro con Freud en 1936, y que “le había estremecido hasta el
fondo”. ¿Presagiaba que llegaba al final de su Sueño y Existencia?
Antes de retornar de
Europa visita a un médico en Londres, en contra de su costumbre. Se encontraba
débil y tenía "fiebre de Hong Kong". Ya en Estados Unidos, a fines de
febrero de 1970, presenta náuseas y diarrea, y entre sesión y sesión de un
taller que dirigía, se echaba a la cama (Shepard, citado por De Casso, p. 420).
Días después, en el último taller que realizaría, presentaba mucho dolor,
estaba pálido y cansado, no tenía energía y no podía comer. Unas radiografías
mostraron que su corazón estaba aparentemente bien. Clínicamente le
diagnosticaron cáncer de páncreas. Tras la biopsia cayó en coma, falleciendo de
un paro cardíaco el 14 de marzo de 1970, de 76 años, a la misma edad que su
padre y su tío Emil. Aunque la autopsia reveló que había un cáncer de páncreas
en curso, su médico comentó que hubiera tardado mucho en morir a causa del
cáncer (Gaines, p. 319s). Su corazón sí se encontraba muy debilitado. Ya Ida
Rolf lo había notado pues, antes de su viaje a Europa, habiéndose encontrado
con él le advirtió de la necesidad de rolfing.
Ver parte 2 aquí.